unque la situación aún no llega al colapso, la pandemia de covid-19 ha sumido a la Justicia vasca en un atasco de procedimientos, retrasos y juicios aplazados ante el que reclama medidas "urgentes" para responder a las demandas de la sociedad, en su condición de "servicio esencial" para el ciudadano.

Los problemas que la segunda oleada de la enfermedad está generando en los juzgados de Euskadi no pueden entenderse desconectados de la primera, cuando el confinamiento decretado por el Gobierno obligó a aplazar centenares de asuntos que se acumulan desde entonces en los despachos, con una tasa de resolución que entre abril y junio cayó un 17,2%, con un 13,1% menos de sentencias impuestas y con un significativo aumento del 69,9% en la tasa de congestión.

La actividad judicial se fue retomando poco a poco tras la desescalada, pero las nuevas normas de seguridad ante el SARS-CoV-2 han ralentizado el proceso hasta volver a empantanarlo debido a la reducción de los aforos de las distintas dependencias, que además deben ser desalojadas y desinfectadas completamente antes de cada nuevo uso con los consiguientes retrasos.

Una situación que, según explica a Efe el juez decano de Donostia, Ricardo Bandrés, en el Palacio de Justicia de la capital guipuzcoana se solucionó en un primer momento destinando algunas salas de vistas (más espaciosas) a la toma de declaraciones y derivando a la tarde los juicios que deberían haberse celebrado en ellas por la mañana.

Esta actuación encontró un marco legal en el estado de alarma decretado por el Gobierno, pero dejó de tener efecto el pasado 21 de septiembre, lo que está suscitando ahora una nueva oleada de suspensiones de vistas que ya habían sido señaladas por la tarde hasta finales de octubre.

"Se están produciendo retrasos en la Administración de Justicia pero no por la voluntad de los jueces que somos conscientes de lo que está en juego", admite Ricardo Bandrés, quien no oculta su malestar porque entiende que se les está "negando los medios necesarios" para dar respuesta a la actual coyuntura.

"Ahora, el problema principal es que no hay personal para celebrar los juicios de tarde", describe el decano donostiarra, quien aclara que sí sería posible seguir con las vistas vespertinas porque los jueces están dispuestos, aunque para ello sería preciso que "hubiera un acuerdo" entre los sindicatos y las administraciones para que los funcionarios también lo hicieran, algo que hasta el momento no se ha producido.

Tanto el juez decano de Vitoria, José Luis Núñez, como la presidenta de la Audiencia de Álava, Mercedes Guerrero, coinciden también en la idoneidad de poder seguir celebrando juicios por la tarde para mantener el ritmo de señalamientos anterior a marzo y garantizar las medidas de seguridad en el Palacio de Justicia alavés.

No obstante, Núñez precisa que en los juzgados de Vitoria los señalamientos se están celebrando con "normalidad". "Estamos en una normalidad, dentro de la nueva normalidad", recalca.En cualquier caso, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ya anunció el viernes que se van a arbitrar las medidas oportunas para posibilitar que los juzgados vascos sigan funcionando por la tarde como se ha hecho desde mayo.

nuevas salas polivalentes Otra posible solución al atasco pasaría en algunos lugares por la creación de nuevas salas polivalentes en espacios ahora en desuso que, mediante unas sencillas adaptaciones, podrían destinarse tanto a vistas como a tomas de declaración. Sin embargo se trata de una opción que, en opinión de Ricardo Bandrés, choca con la "falta de voluntad" y con la "burocracia", pues la Administración debería adjudicar las obras en un proceso que requiere unos plazos y un tiempo que la Justicia "no tiene".

Por su parte, el presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) en el País Vasco, Santiago Romero Buck-Arstad, incide también en otros problemas que la Justicia "arrastra desde hace años" en Euskadi y que el coronavirus no ha hecho más que "agravar", como la falta de un "buen programa informático de gestión procesal" y las carencias que impiden poner en marcha el "teletrabajo" y los "juicios telemáticos".

Unas herramientas informáticas que permitirían a los jueces seguir con su actividad con normalidad desde sus domicilios en caso de tener que confinarse y facilitar la comparecencia de testigos, víctimas y acusados en las vistas y declaraciones a pesar de que eventualmente estén en cuarentena, sin tener que suspender citaciones y juicios como ya está ocurriendo.

Hay quejas por la falta de un "buen programa informático de gestión procesal" y por las carencias que impiden poner en marcha el "teletrabajo"