madrid - La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pidió hace tres meses un alto el fuego global por la pandemia de la covid-19 no ha evitado que, desde entonces, al menos 21.347 personas hayan muerto víctimas en escenarios de guerra, entre ellos más de 5.800 civiles que han sido objetivo directo de ataques, alertaron o una decena de ONG.

La iniciativa del alto el fuego partió del secretario general de la ONU, António Guterres, que pidió en marzo, con la pandemia de la covid-19 en plena escalada, que se interrumpiesen temporalmente los conflictos para permitir la asistencia sanitaria de quienes más lo necesitan. Sin embargo, ni siquiera una resolución del principal órgano ejecutivo de Naciones Unidas -aprobada el 1 de julio- ha derivado en una mejora generalizada de los contextos de guerra y la ONU advirtió de que la inseguridad puede derivar en situaciones de hambruna en Sudán del Sur, Yemen, República Democrática del Congo y la zona noreste de Nigeria. La cifra de niños hambrientos ha aumentado en 110 millones como consecuencia de la pandemia.

Las ONG lanzaron su advertencia a partir de los datos del proyecto ACLED, que hace seguimiento de la violencia en el mundo. Estas estadísticas son solo una estimación conservadora de las posibles víctimas del conflicto, ya que el estudio deja fuera a las víctimas de daños colaterales o a las de fuego cruzado. Las organizaciones pidieron que, aprovechando la reunión de jefes de Estado y de Gobierno prevista para este jueves en el Consejo de Seguridad, los líderes internacionales "renueven el llamamiento" y den pie a una mayor respuesta frente a la covid-19 en zonas que se están viendo afectadas por conflictos y crisis humanitarias. Por su parte, el presidente de World Vision, Andrew Morley, también alertó de que está en juego "el futuro de toda una generación de niños" si no se actúa "ahora" y, al pedir un nuevo impulso al llamamiento internacional, ha subrayado que, en una pandemia como la actual, "no sirve otra cosa más que un esfuerzo unido y global" y abogó por dar voz a las mujeres, que históricamente "han tenido éxito en la negociación de treguas temporales.

El buque se dirige a Cerdeña. El Ministerio del Interior italiano autorizó el desembarco de los 125 migrantes y refugiados que viajan a bordo del Alan Kurdi en el puerto de Arbatax, en la isla de Cerdeña. También confirmó que se activará un proceso para repartir entre distintos países europeos a las 133 personas que fueron rescatadas el sábado -ocho ya habían sido evacuadas-. El 80% de los migrantes serán trasladados fuera de Italia, sin especificar a qué países, informa la agencia de noticias Adnkronos.