Han pasado cinco días desde que un incendio acabara en Grecia con el mayor campo de refugiados de Europa, conocido como el infierno de Moria, y los más de 12.000 migrantes que se han quedado sin techo se resisten a instalarse en el campo temporal que construye el Gobierno. De momento, ya han entrado 800 aunque no hay ni instalaciones sanitarias ni agua corriente.