- John Hume, que recibió el premio Nobel de la Paz en 1998 por sus esfuerzos para acabar con el conflicto en el Irlanda del Norte, murió ayer a los 83 años de edad en una residencia de Londonderry donde vivía por la demencia senil que sufría desde hace años.

“Estamos profundamente tristes de anunciar que John ha muerto tranquilamente a primera hora de esta mañana después de una corta enfermedad”, dijo la familia en un comunicado recogido por la prensa británica. “Era muy querido y su pérdida se ha sentido profundamente en su extensa familia”, añadió.

Hume fue un destacado activista del movimiento por la defensa de los derechos civiles durante la década de los 60 y ya en los 70 fundó junto a otros el Partido Socialdemócrata y Laborista (SDPL). Llegó a formar parte del Gobierno norirlandés y a ocupar un escaño en Westminster.

Su mayor logro está relacionado con el conflicto en el Ulster. Estuvo implicado en las negociaciones secretas que dieron lugar al Acuerdo Anglo-Irlandés de 1985, rechazado posteriormente por ambas partes, y en el Proceso Hume-Adams que favoreció el primer alto el fuego del IRA en 1994 y despejó el camino hacia los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.

El peso político de Hume puede apreciarse en el homenaje que le rindieron personajes muy distintos del arco político de Reino Unido e Irlanda desde que se conociera la noticia de su fallecimiento. Uno de los primeros en pronunciarse fue el ex primer ministro británico Tony Blair, bajo cuyo mandato se firmó el acuerdo de paz. “John Hume era un titán político, un visionario que se negó a creer que el futuro tenía que ser igual que el pasado”, dijo el antiguo líder laborista.

Boris Johnson le describió como “un gigante político” que “se opuso totalmente a la violencia y se comprometió a perseguir sus objetivos por vías exclusivamente pacíficas y democráticas”.

Por su parte, Gerry Adams, expresidente del Sinn Féin, antiguo brazo político del ahora inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), subrayó que “en este triste día, debo decir que no tendríamos la paz que disfrutamos hoy si no fuera por John Hume”.