in de semana de sol y calor. Los arenales vascos registraron una gran afluencia, repletos de bañistas en busca de un refrescante chapuzón. Unas playas en las que las mascarillas fueron protagonistas. Los bañistas, además del protector solar, se aplicaron también la mascarilla para prevenir la expansión del covid-19, cumpliendo así en su gran mayoría con la normativa que establece su uso obligatorio en Euskadi desde este pasado viernes.

Unas prendas que son imprescindibles también en los paseos por la arena y desplazamientos por la orilla, y de las que únicamente se puede prescindir una vez ya asentados en la toalla, mientras se permanezca en un espacio determinado -siempre y cuando se pueda respetar la distancia de metro y medio entre las personas- o para darse un chapuzón en la mar.

Una medida que respetaron y que comparten por "responsabilidad" los bañistas que se acercaron ayer a la playa de Ereaga. "Ponerse la mascarilla es algo que hay que hacer para que esta situación no vaya a más", afirmaba Josetxu, quien se mostró "de acuerdo" con la obligatoriedad de su uso. Por eso, cuando decidió salir a correr por la mañana no se olvidó del dispositivo de protección fácil. "Mientras estaba corriendo no la llevaba puesta porque me ahogo. Es cierto que para hacer deporte es más complicado, pero para el resto de cosas hay que llevarla siempre", señaló. Así que no dudó en ponérsela mientras disfrutaba de un momento de respiro a la sombra contemplando el mar.

En la misma línea se mostraba Susana, quien consideró que la pandemia es un problema que afecta a todos y que hay que atajar de forma común y solidaria. "La gente tiene que cumplir con la normativa y llevar la mascarilla, así como evitar las masificaciones".

Quien también cumplió a rajatabla con la normativa establecida fue Amaia, que cargada con una silla en una mano y el capazo en la otra no se olvidó de ponerse la mascarilla a la salida del arenal tras disfrutar de la soleada jornada. "Llevar mascarilla es lo que toca ahora, no hay más", zanjó. Por lo que pudo comprobar, la mayoría de la gente "respeta y cumple" con la normativa. Incluso a la hora de dar un paseo por la orilla. "Es una situación más complicada, lo mismo que guardarla cuando se va al agua, pero es lo que hay", agregó.