Las lluvias torrenciales continuaron ayer en el sudoeste de Japón, donde dejaron al menos 45 muertos y una decena de desaparecidos, además de numerosas localidades inundadas y graves daños materiales en viviendas e infraestructuras. Las precipitaciones llevaron ayer a la Agencia Meteorológica de Japón a declarar la alerta máxima en las prefecturas de Fukuoka, Saga y Nagasaki.