MQ Igurco dispone de una unidad de cuidados paliativos y de una unidad de atención al final de la vida en la residencia y hospital de cuidados IMQ Igurco Araba, en Vitoria-Gasteiz.

La finalidad de este tipo de unidades es atender al paciente con una enfermedad crónica avanzada o paliativa, oncológica o no oncológica. Se trata de patologías como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia cardiaca, la insuficiencia renal crónica terminal, la demencia avanzada o las enfermedades oncológicas en estadio final. Todas ellas son irreversibles y no existe un tratamiento activo específico ni curativo para ellas. En esta fase de la enfermedad el tratamiento es paliativo, es decir, conservador, para atender los síntomas y mejorar el confort del paciente.

Nuestra unidad se encuentra en un entorno sociosanitario, no hospitalario, destinado a pacientes en situación al final de la vida, de complejidad baja o media, donde se facilita la presencia permanente de la familia. La estancia media de los pacientes suele ser superior a 20 días.

Tiene como objetivo principal cuidar y aliviar el sufrimiento físico, psicológico y espiritual del paciente, así como acompañarlo, a él y a su familia, garantizando su bienestar e intimidad en todo momento.

El perfil habitual de los pacientes ingresados en esta unidad es el de un paciente paliativo, con un pronóstico de vida limitado, generalmente inferior a 6 meses, que bien por deseo propio, por complejidad clínica o por su situación sociofamiliar, decide pasar la última fase de su enfermedad en un centro preparado para su cuidado en esta fase de la vida.

El protocolo de actuación consta de una valoración integral del paciente a su ingreso. Se realiza un registro exhaustivo de los síntomas físicos (dolor, disnea (dificultad para respirar), tos, vómitos, estreñimiento…) y psicológicos (sufrimiento, depresión, agitación…), aplicando procedimientos y administrando fármacos para el control de los mismos.

Posteriormente y debido a la situación cambiante de este tipo de pacientes, se efectúan evaluaciones clínicas diarias, aplicando un plan de cuidados multidisciplinar, adaptado a cada una de las necesidades del paciente y su familia y dinámico en cada fase de la enfermedad.

Para todo ello la unidad dispone de un médico con especialidad en Geriatría y amplios conocimientos en Medicina Paliativa; un equipo de enfermería las 24 horas, que aplica protocolos, curas paliativas y técnicas específicas para el control de síntomas; psicólogo para apoyar emocional y psicológicamente al paciente y sus familiares; y auxiliares de enfermería, que realizan los cuidados generales y específicos del paciente, como ayudar en las actividades básicas de la vida diaria, cuidados de la piel y la boca, etcétera. El equipo también cuenta con fisioterapeutas y un terapeuta ocupacional para mantener la autonomía del paciente el mayor tiempo posible, así como un servicio religioso católico como soporte en la esfera espiritual y un trabajador social para el asesoramiento técnico en las fases finales de la enfermedad.

Como dijo Cicely Saunders, primera especialista que abordó los momentos previos a la muerte en enfermos al final de la vida desde una perspectiva contemporánea y considerada como una de las precursoras de los Cuidados Paliativos: “Usted importa por lo que usted es. Usted importa hasta el último momento de su vida y haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no sólo para que muera de manera pacífica, sino también para que, mientras viva, lo haga con dignidad”.