- Desde hoy y hasta el próximo viernes, el BEC acogerá los exámenes de HABE de los niveles B2, C1 y C2. En total, llegarán hasta el recinto ferial de Ansio cerca de 12.000 personas desde los tres territorios. El último escollo antes de lograr el título una vez se ha decidido que no haya prueba oral como medida excepcional ante la pandemia.

“Nuestro plan de actuación gira en torno a tres ejes básicos: el uso obligatorio de la mascarilla, el mantenimiento de la distancia de seguridad de dos metros y la limpieza de manos”, indicó Jokin Azkue, director de Habe. A eso hay que añadirle un aspecto básico; la responsabilidad individual. Así, las cerca de 1.600 personas que hoy, en cuatro turnos, se examinarán en el BEC deberán tomarse la temperatura antes de acudir a las instalaciones de Ansio, lugar al que, se solicita, que no lleguen con más de una hora de adelanto para, de esta manera, evitar aglomeraciones. Allí, las puertas de acceso estarán abiertas para que no sea necesario tocarlas y varios centenares de pegatinas marcan la distancia de seguridad entre personas en los pasillos de acceso.

Antes de acceder al pabellón correspondiente, los examinados, que deberán traer de casa el material necesario para hacer la prueba, deberán lavarse las manos con gel hidroalcohólico. Cada pabellón contará con seis aulas en las que todo está colocado y medido para que en ningún momento se deje de respetar la distancia de seguridad. Asimismo, los examinados tendrán que poner su DNI en la parte delantera de la mesa, bien visible, para que los cuidadores del examen no tengan que manipularlo en ningún momento. Cuando acabe la prueba, los examinados saldrán por filas, y por un itinerario diferente al de entrada. Cuando los examinados enfilen la salida del pabellón, al igual que harán cuando entren, deberán lavarse las manos con gel hidroalcohólico y ya saldrán al exterior.

Estos exámenes suponen la vuelta de la actividad pública del BEC tras tres meses de cierre al público. Un periodo en el que desde el recinto ferial han trabajado en la realización de protocolos propios que permitan que la actividad del BEC se adapte a las normas sociosanitarias derivadas de la pandemia.