Vitoria, 11 jun (EFE).- Los ciudadanos vascos puntúan con un 7,4 el grado de satisfacción que tienen con su vida, satisfacción que es similar en los tres territorios y mayor entre las personas que gozan de buena salud, los más jóvenes y los que tienen una buena situación económica.

El Instituto Vasco de Estadística, Eustat, ha publicado una encuesta, con datos de 2019, en la que se recoge que la nota de 7,4 es la mejor obtenida desde 2014, cuando se situó en 7,1.

Los más satisfechos, con un 8, son las personas que dicen tener muy buena salud y los menos (5,2) los que consideran que la tienen mala o muy mala. Por edad, la nota sube hasta el 7,8 entre jóvenes de 16 y 24 años y baja al 7,3 entre los mayores de 65.

No se aprecian diferencias entre mujeres y hombres y, en lo que respecta al nivel de instrucción, los mejores resultados los obtienen los que tienen estudios superiores (7,6), frente a los que no los tienen (6,5).

Los desempleados muestran una de las puntuaciones más bajas (6,7) y los que consideran que su situación económica es buena obtienen un 7,7, mientras que la cifra baja al 6,6 cuando esta situación se percibe como mala.

En cuanto al tiempo de ocio, las personas mayores son las más satisfechas (7,5), frente a las de 35 a 49 años, que obtienen un 6. También lo califica con buena nota (7,3) el colectivo de las personas inactivas, al contrario de lo que ocurre entre las ocupadas (6,1).

La satisfacción con la economía doméstica (6,9) aumenta a medida que lo hace la percepción de buena salud y varía desde el 5,6 entre las personas con una salud mala o muy mala hasta el 7,4 de las que la consideran muy buena.

Están más satisfechas con este parámetro las residentes en Gipuzkoa (7), que las de Álava y Bizkaia (6,9 y 6,8, respectivamente).

En cuanto a la edad, se observa que el más satisfecho es el grupo de jóvenes de 16 a 24 años de edad (7,3). El peor valor de este indicador se da entre las personas paradas (4,9).

Por su parte, la confianza en los poderes públicos obtiene el peor resultado (4,5), aunque es el indicador que más ha mejorado (1,2 puntos) respecto a 2014. Sólo un 5,4 % de la población confía "mucho" en los poderes públicos, frente al 45,1 % que confía "poco". En todos los grupos poblacionales los poderes públicos suspenden, excepto en el de las personas nacidas en el extranjero, donde alcanza la mejor puntuación (5,4).

La valoración de las relaciones personales alcanza su valor máximo (7,7) entre las que declaran muy buena salud y el mínimo (6,9) entre las consideran que la tienen mala o muy mala. Los parados (7,4) tienen peores relaciones personales que los ocupados o inactivos (7,6 en ambos casos).

El indicador de estado de ánimo, cuya media para el total de la población alcanza un 6,3 (dos décimas menos que en 2014), obtiene el valor más bajo entre las personas con salud mala o muy mala (5) y el más alto entre las que declaran tenerla buena o muy buena (6,8).

Por territorios, los residentes en Bizkaia (6,2) son los que tienen un estado de ánimo más bajo, frente a las residentes en Álava y Gipuzkoa, cuyas medias alcanzan 6,3 y 6,4, respectivamente.