- El excoronel y ex viceministro de Defensa salvadoreño Inocente Montano se ha quedado como el único acusado en el juicio por la matanza de jesuitas españoles en El Salvador en 1989, una vez que la Audiencia Nacional declarase prescritos los hechos para René Yusshy Mendoza, quien fuera teniente del ejército.

En la primera sesión de la vista oral de ayer, dedicada a las cuestiones previas, el tribunal accedió a la petición de la defensa de Yusshy Mendoza de declarar extinguida la responsabilidad penal del ex teniente salvadoreño y miembro del batallón Atlácatl, ejecutor de los asesinatos, cuya condición pasa ahora a ser la de testigo.

Con esta decisión, Montano se queda como el único acusado en este procedimiento, en el que se enfrenta a 150 años de prisión por el asesinato de esos cinco jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacuría, entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA) e ideólogo de la Teología de la Liberación.

La petición fiscal para Montano contrastaba con la de Yusshy Mendoza, pues la Fiscalía solo reclamaba una pena de un año por cada uno de los cinco asesinatos, al aplicarle la eximente incompleta de miedo insuperable y dos atenuantes por confesión y por haberse ofrecido a reparar el daño, en correspondencia a su “muy” activa colaboración con la Justicia.

Pero eso ya no será así tras la decisión del tribunal, que fue previamente respaldada por todas las partes tras la petición de la defensa de Yusshy, que recordó que su cliente ya fue encarcelado en el país centroamericano hasta 1993 cuando la Ley de Amnistía le puso en libertad.

El letrado explicó que “el plazo de prescripción vence a los 20 años” y que contra Yusshy “no se dirigió el procesamiento hasta 2011” sin que previamente existiera querella, denuncia o escrito de parte contra él, además de mencionar que los jesuitas salvadoreños y el actual rector de la UCA destacan su colaboración estos años.

La Fiscalía reconoció que “ya han pasado sobradamente esos 20 años” y que, por tanto, “procede declarar prescritos los delitos” mientras que las acusaciones se han adherido a ella no sin antes subrayar que Yusshy “está reinsertado, tiene trabajo, no ha vuelto a delinquir, desde 2012 mostró su arrepentimiento y gracias a su colaboración se tienen elementos probatorios”. Y además, precisaron, “pidió y recibió perdón”.

Yusshy, que siguió la sesión desde el Consulado, pasa a ser testigo y declarará el próximo 7 de julio de forma presencial.

El ex coronel Montano, que portaba como todos los participantes en la vista una mascarilla, siguió esta primera jornada casi sin pestañear desde el banquillo de los acusados.

Ahora, el juicio se reanudará mañana a las 10.00 horas con la declaración del ya septuagenario Montano, en prisión provisional desde 2017, que se queda como único acusado en el procedimiento.

De hecho, la nueva condición de testigo de Yusshy dibuja un nuevo panorama en el devenir del juicio toda vez que su interrogatorio, ahora obligado a decir la verdad, se antoja clave contra Montano.

El ex coronel es el único procesado puesto a disposición de la Justicia española -fue entregado por EEUU el 29 de noviembre de 2017-, después de que las autoridades salvadoreñas denegaran las órdenes de extradición contra una veintena de ex militares, acusados de participar en el diseño y ejecución de los asesinatos.

La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en medio de la mayor ofensiva insurgente registrada durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992), un comando de soldados de elite ejecutó a los religiosos en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA).

Los cinco jesuitas asesinados fueron los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno. También asesinaron junto a ellos a los salvadoreños Joaquín López (sacerdote), la empleada doméstica de la Universidad Julia Elba y su hija menor Celina Mariceth Ramos.

Un ejemplo para El Salvador. El abogado Arnau Baulenas dijo ayer que el juicio en contra del ex viceministro de Defensa salvadoreño Inocente Montano por su presunta responsabilidad en el asesinato de cinco jesuitas españoles en 1989 debe ser un ejemplo para que en El Salvador se juzgue a los responsables de crímenes de guerra.

Optimismo en La Compañía de Jesús. La Compañía de Jesús de Centroamérica y la UCA se mostraron optimistas ante el comienzo del juicio contra Montano y señalaron que esperan que la vista pública “permita revelar la verdad sobre este crimen que conmovió al mundo entero”.

Un “significado simbólico”. El provincial de la Compañía de Jesús, Antonio España, manifestó que tanto los religiosos latinoamericanos como los españoles hubieran deseado que el juicio se hubiera podido celebrar en El Salvador, por el “significado simbólico y restaurativo” que hubiera podido tener para el país y por poder representar a las miles de víctimas salvadoreñas que quedaron en el anonimato.