CAN'T breathe -no puedo respirar-". El estadounidense George Floyd repitió esta frase once veces antes de morir a manos de un oficial de policía de Mineápolis el 25 de mayo. Su voz se apagó, pero no la del resto de afroamericanos que protestan en la calle desde hace días para denunciar este crimen racista. Las últimas palabras de Floyd son ahora el grito de quienes pueden cambiar el mundo y hacer justicia. Sin ir más lejos, ayer se escuchó en Bilbao en una concentración que se desarrolló frente al Palacio de Justicia bajo el lema Sin justicia no habrá paz, y a la que acudieron cientos de personas que se arrodillaron con el puño en alto en señal de protesta.

"Quiero vivir, no sobrevivir", "¿Soy yo el siguiente?", "Las vidas negras también importan", "Stop racismo" o "La colada es lo único que debería ir separado por colores" eran algunos de los eslóganes que se podían leer en las pancartas de los manifestantes que se concentraron a las 11.00 horas frente al Palacio de Justicia para denunciar el racismo "institucional y social" y en memoria de George Floyd. "Queremos que el racismo se acabe. Todos somos personas y los negros llevamos siglos sufriendo discriminación", manifestó Kimani, de Senegal, que aterrizó en la villa hace 14 años y contó que se ha sentido rechazada en numerosas ocasiones. "Me costó encontrar trabajo, y aunque finalmente lo encontré, tenemos que luchar para que tengamos todos los mismos derechos y las mismas oportunidades", apuntó emocionada.

En este sentido, la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente (CNAAE) aprovechó el acto organizado en la capital vizcaina para alertar sobre las condiciones de pobreza estructural, la explotación laboral y la falta de oportunidades a las que se ven sometidas las personas negras. Todo ello se plasmó en un extenso comunicado que leyeron Quinndy, Dam, Fatou, Jessica y Suzy en cinco idiomas diferentes -inglés, árabe, francés, euskera y castellano, respectivamente- y que logró emocionar a los asistentes. "Nuestra denuncia va dirigida a todo un sistema que se construye desde la marginalización, la explotación, criminalización y asesinato de nuestros cuerpos negros", expuso Suzy.

Además del último asesinato racista de George Floyd también se hizo alusión a las miles de muertes de "nuestros hermanos y hermanas en el mar mediterráneo", las más de 15 personas muertas en Tarajal (Ceuta) y al fallecimiento de la nigeriana Maureen Ada Otuya el 2 de junio de 2013 a manos del falso shaolin en Bilbao.

La CNAAE remarcó que lleva décadas denunciando el racismo institucional y social que viven en España. La última vez fue en el año 2016 en el informe de la sociedad civil africana y afrodescendiente sobre el racismo en el que se manifestaba, entre muchas otras cosas, que el gobierno español debe "dar una mayor visibilidad a la historia y la cultura de los afrodescendientes a través de museos, monumentos, artes visuales y otros medios", destacaron.

Un discurso que caló hondo en todos los asistentes, incluidos en los que estaban de paso. "La fuerza del discurso me ha hecho quedarme y darme cuenta de que tienen que cambiar muchas cosas", dijo Mari Luz Prieto. Un hecho que también compartió Daniel Muro que acudió al acto junto a su hija pequeña. "Todo empieza por la educación. Tenemos que hacerles saber que lo que importa no es el color de la piel", apuntó.

Tras una distendida protesta llena de emociones, el acto se cerró al grito de "las vidas negras importan, no pararemos hasta erradicar el racismo. ¡Poder negro!". Los asistentes se arrodillaron y alzaron su puño al cielo, tal y como se hizo al mismo tiempo en diferentes puntos de Euskadi para recordar a Floyd. "Sin justicia no habrá paz", concluyeron.

"El racismo tiene que acabar; los negros llevamos años sufriendo discrimnación"

Manifestante

"Queremos denunciar la explotación y el asesinato de nuestros cuerpos negros"

Manifestante

"Con la fuerza del discurso me he dado cuenta que tienen que cambiar muchas cosas "

Manifestante

"A los más pequeños tenemos que hacerles saber que lo que importa no es el color de la piel"

Manifestante