- Las comunidades autónomas podrán determinar la movilidad entre sus provincias en la fase 3 de la desescalada, pero el traslado entre distintas comunidades autónomas no se producirá hasta que se alcance la "nueva normalidad", según explicó ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa. De este modo, contradijo la versión de su compañero de gabinete, el ministro de Transportes José Luis Ábalos, que dijo el lunes que sería posible que en aquellos territorios que estén en fase 3, se pudiese "establecer un nivel de movilidad bien dentro de una comunidad autónoma o incluso entre comunidades que estén en una misma fase".

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Illa precisó que las autonomías pasarán a tener "gobernanza plena" en la fase 3, por lo que podrán decidir si permiten la movilidad entre las unidades territoriales de su propia comunidad.

También serán las comunidades las que propongan y decidan su progreso a la llamada "nueva normalidad", "momento en el que se puede dar la movilidad" entre las distintas comunidades autónomas.

"Corresponde a los presidentes de las comunidades autónomas la adopción del pase a la nueva normalidad", subrayó.

Illa insistió en que es "imprescindible seguir a rajatabla" las recomendaciones de higiene y protección y adelantó que la obligación del uso de la mascarilla seguirá vigente cuando se alcance la nueva normalidad, al igual que será aún esencial mantener la distancia de seguridad de dos metros para evitar contagios.

El titular de Sanidad avanzó que el Gobierno está buscando el "instrumento jurídico más apropiado para preservar" durante la nueva normalidad "todo lo necesario" para evitar contagios.

Precisó, además, que la desescalada no se ha acelerado hasta la fecha, puesto que se han mantenido los plazos de 14 días y evaluado la evolución de la epidemia para permitir los cambios de fase.

A pesar de que para el 21 de junio los territorios que están más retrasados (en la fase 1) como la Comunidad de Madrid, Barcelona y su área metropolitana y el grueso de Castilla y León no habrán superado todas las fases de desescalada (si esperan los 14 días inicialmente establecidos entre fase y fase), el Gobierno no contempla solicitar nuevos estados de alarma, ni siquiera pensando en que sólo fuera de aplicación para unas áreas determinadas.

Sin el estado de alarma, sostiene el Ejecutivo, no se puede restringir la libertad de circulación de manera general en todo el país y para confinar a una población en concreto sin este instrumento se puede recurrir a la legislación ordinaria, pero con aval de un juez, como ocurrió con la cuarentena que se impuso a un hotel entero en Tenerife en febrero pasado o con el confinamiento de la ciudad catalana de Igualada.

Por lo tanto, a partir del 21 de junio se entrará en principio en todo el país en la etapa de la "nueva normalidad" que, en palabras de Illa, "no significa otra cosa que aprender a convivir con el virus hasta que no tengamos a disposición una terapia o vacuna" contra el coronavirus.

De este modo, los ciudadanos de aquellos territorios que entren antes del 21 de junio en la nueva normalidad podrán viajar a otra Comunidad Autónoma siempre y cuando se trate de un territorio que esté en su misma situación, esto es, que también haya salido del estado de alarma.

Se requiere que de la fase III se salte a la nueva normalidad, una decisión que en cualquier caso puede tomar una CCAA de un día para otro, si considera que la evolución de la pandemia en su territorio lo permite.

Cansancio. El director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, reconoció ayer que "se le van las fuerzas", aunque aun tiene para aguantar, tras varios meses de lucha contra el coronavirus que han dejado a los equipos sanitarios del país muy cansados. Así lo dijo en rueda de prensa al ser preguntado por si él y su equipo "tenían las mismas fuerzas que en el mes de marzo", en la que explicó que algunos sanitarios sí han podido tener ya un descanso, pero los equipos de salud pública aun no han disfrutado de él.