- La postura de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA) en esta crisis es conocida. Para este vitivinicultor y vocal del Consejo, es necesario buscar fórmulas en las que el apoyo a las bodegas pueda condicionarse a garantizar la compra de uva a precios dignos, pero también hay que controlar el aumento de la masa vegetal, incluso parando las 3.000 hectáreas previstas para 2021.

¿Qué perspectiva de futuro se plantean?

-La perspectiva es que nos quedan cuatro meses escasos para la vendimia y todavía no hemos empezado con la cosecha del año pasado. ¡Mal!. El otro día estuvimos reunidos en UAGA planteando la necesidad de encontrarnos con el Gobierno Vasco y con la Diputación de Álava, para plantearles la apertura de una línea de ayuda económica asequible, porque el ciclo de la viña no para, sigue funcionando (ahora mismo estamos terminando la espergura, el desniete, los despuntes, la colocación de los sarmientos en el alambre, dando tratamientos ya que comenzamos el año con unas tormentas fuertes y ya hemos visto por mildi) con lo cual el gasto no se reduce, pero la entrada de capital está minimizada. La situación se ve complicada...

En esta situación ¿hay que hacer una lectura diferente de las plantaciones de cara al futuro?

-Soy de la opinión y esa es la postura que hemos llevado al Consejo Regulador, de que antes de hablar de bajadas de rendimientos -que seguramente habrá que hacerlas viendo la coyuntura-, lo que tenemos que plantear es de la eliminación de esas tres mil y pico de nuevas hectáreas de plantación.

¿Por qué?

-Cuando se hizo el estudio de Emilio Barco para presentar en el Ministerio con el fin de ayudar en la decisión del aumento de la masa vegetal en ninguno de los escenarios, incluso con un crecimiento del 1 por ciento en ventas, cabía el incremento de la masa vegetal. La interpretación que se hizo luego por parte de la Mesa del Consejo Regulador, o al menos de su mayoría, fue la que fue: el incremento de setecientas y pico hectáreas anuales, que nos llevan hasta estas tres mil y pico que tenemos aplazada la plantación hasta el año 2021.

¿El crecimiento ha sido mayor que el necesario?

-La realidad es que ahora mismo, el año pasado, antes de entrar en esta pandemia, en Navidades, estábamos ya en una ratio de crecimiento de 3,26, es decir por encima del 2,60 de los años 90 y la devaluación de la uva y del vino a granel es tan patente que con un 3,25 estamos en un rango de devaluación del producto y ahora mismo estimo que estaremos cerca del 4. Es decir, que el incremento de la masa vegetal no tiene ninguna justificación. Y eso que la recuperación no va a ser de hoy para mañana. Aquí, aparte de la incorporación de la hostelería y del sistema de vida rutinario, que va a ser lento, el acumulado tiene que ir saliendo. Con lo cual esto no va a ser como decir que ya estamos recuperados del virus.

¿Cómo valora el papel de la Interprofesional y el Consejo?

-Han hecho un ejercicio de contención. Tendremos que pensar qué otras vías de promoción de la marca general son las acertadas.