- Una de las claves para la vuelta gradual al trabajo y a ese escenario denominado nueva normalidad es averiguar el grado de inmunidad frente al covid-19 alcanzado por la población. Y para avanzar en este conocimiento en los sectores económicos que se van a ir reincorporando a la actividad el Gobierno Vasco ha puesto en marcha una iniciativa que arrancará con la realización de pruebas a 2.000 trabajadores del personal del Consorcio Científico-Tecnológico, Basque Research and Technology Alliance (BRTA) y del transporte público.

La denominación oficial de la iniciativa tecnológica es Proyecto para la reanudación y mantenimiento de la actividad productiva en Euskadi en el contexto de la amenaza del COVID-19 (PRAP). Se trata de una actuación “de carácter integral de base tecnológica”, que prevé un “procedimiento homogéneo” para que las empresas puedan compartir “información anonimizada” de sus trabajadores con Osakide-tza. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, dijo ayer en la presentación del PRAP, que no se producirá “ningún problema” con la protección de datos, que se cuidará este aspecto “con mucho celo” y solo se facilitará el nombre del trabajador en caso de un resultado positivo, ya que es obligatorio comunicarlo a Sanidad.

El PRAP Euskadi se iniciará con una prueba piloto que arrancará la próxima semana sobre una muestra de mil profesionales de los agentes que componen el BRTA y otros mil del personal del transporte público vasco. Después las empresas u organizaciones que quieran se sumarán al proyecto que combina la realización de test con otras herramientas tecnológicas y de análisis de datos para conocer el impacto del coronavirus entre los trabajadores, los riesgos y evolución futuros. La incorporación de las empresas al proceso se hará dando prioridad a las de sectores esenciales y se prevé que muchas lo hagan a través de las organizaciones empresariales y sectoriales y de los clusters.

El propósito del proyecto -destacó Tapia- es “dar un salto cualitativo” y aplicar, mientras no exista una vacuna, “una metodología eficaz en la contención del virus entre los trabajadores de manera sistematizada”, para lo cual se unirán “todos los recursos humanos, equipamientos y tecnología de Red Vasca de Ciencia y Tecnología”. Tapia señaló que se trata de conocer qué ocurre con los trabajadores que se incorporan a su puesto de trabajo en un escenario que exige gestionar “una nueva realidad marcada por la recuperación paulatina de una actividad que convivirá con el virus en un periodo de plazo indefinido y desconocido” y teniendo en cuenta que no se pueden descartar posibles rebrotes.

La consejera afirmó que esta iniciativa asume que la identificación de personas inmunes o no inmunes permitirá a empresas, organizaciones y administración “personalizar las medidas más adecuadas para proteger la salud de sus trabajadores”, a la vez que se podrá “optimizar el relanzamiento del conjunto de actividades productivas, sociales y económicas, incluidas las industriales”.

Tapia indicó que se pondrá en marcha la validación científica y clínica de una red de laboratorios y equipos de muestreo que permitan “afrontar y absorber con plenas garantías la realización extensiva de pruebas y diagnósticos”. Todos los centros, servicios de diagnóstico clínico de titularidad privada de Euskadi están a disposición del Departamento de Salud desde ayer.

Los resultados de los test a diferentes grupos de profesionales y la información obtenida mediante un cuestionario de hábitos relacionados con su actividad laboral, se analizarán en una infraestructura tecnológica específica. A esta información se le podrán añadir otro tipo de datos procedentes de medios asociados a la evolución de la enfermedad, como aplicaciones móviles. “Dado que la gestión de los datos va a ser crucial a futuro, la introducción de la inteligencia artificial podría ayudar a modelar matemáticamente la expansión de la pandemia. La intensidad y forma de una posible expansión resulta crucial para poder actuar y contener los focos de infección”, resaltó la consejera. Añadió que todo esto, permitirá “la obtención de conclusiones e información de valor añadido tanto para el Sistema público de Salud como para la toma de decisiones de las propias organizaciones empresariales”.