- El profesor titular de Bioquímica y Biología Molecular del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad pública de Navarra (UPNA), médico alergólogo de la Clínica San Miguel y profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Salud de la UPNA, Alfredo Resano está trabajando en el posible uso de vacunas convencionales, principalmente en personal sanitario, para reactivar su sistema inmunitario ante un posible ataque del coronavirus. El proyecto denominado Escudo, busca inmunizar a la población frente al coronavirus SARS-CoV-2, o por lo menos conseguir que la enfermedad sea más leve, y evitar un porcentaje tan alto de fallecimientos.

¿En que consiste el ensayo clínico?

-Mientras se intenta buscar una vacuna para el virus, lo cual va a costar bastante tiempo, se nos ocurrió la posibilidad de utilizar las que ya existen, que están en el mercado. Son vacunas que se hayan utilizado no con la idea de vacunar frente al patógeno para el que fueron diseñadas, sino para inducir una respuesta inmunitaria innata que es lo que hacen muy bien las vacunas. De este modo, cuando se administra una de estas inyecciones, hay un fenómeno que ocurre, una respuesta inmunitaria innata, que es que si yo estoy utilizando un antígeno para vacunar y en este momento aparece otro antígeno para el cual yo no pensaba emplear ésta, al final quedaré vacunado para generar una respuesta inmunitaria específica para ambas. Además, generará memoria, que es la parte que nos interesa. Es decir, que cuando yo me vuelva a enfrentar al patógeno, pueda rechazarlo y lo haré frente a los dos antígenos, aunque sólo haya utilizado una vacuna diseñada frente a uno de ellos. Lo que buscamos es tener alerta al sistema inmunitario, para que esté de alguna manera instruido o enseñado para cuando aparezca el coronavirus de manera preventiva, podamos luchar contra él de una manera más sencilla.

¿A quiénes se le administraría la vacuna?

-La idea sería administrarla inicialmente a personal de riesgo como personal sanitario, bomberos, policía y todas aquellas personas que por la profesión que tienen, van a estar en contacto con un paciente que está infectado por covid-19. Por otro lado, no descartamos poder utilizarlo con personas mayores, pero inicialmente tal y como está la situación actual, como no sabemos quién está contagiado, pues la idea sería poder empezar a utilizarlo el personal sanitario, personal de limpieza de hospitales, etc. Estas vacunas han demostrado ser seguras en niños y personas mayores. En ancianos se utilizan sobre todo para infecciones respiratorias, lo cual quiere decir que el paciente quedaría protegido incluso para un propio patógeno que viniera como consecuencia de la infección. Así que en principio son todo ventajas o beneficios. La única desventaja que podrían tener es que no deberían ser utilizadas, porque todavía no hay experiencia, en pacientes en los que la enfermedad ya está avanzada, porque si ese paciente va a ser de mal pronóstico, es probable que el sistema inmunitario se volviera en contra del paciente. Es decir, la velocidad de propagación del virus es más rápida que la velocidad que el paciente tiene para generar una respuesta específica contra él. De manera que si llega un momento en el que se encuentra con una carga viral muy alta y el sistema inmunitario hace lo contrario. En un paciente asintomático por su parte, aunque está teniendo lugar una respuesta adecuada, lo que podríamos hacer es que la respuesta fuera más potente o más rápida. Por otro lado, ahora están saliendo casos de pacientes que una vez pasada la enfermedad, vuelven a infectarse. Entonces, esto nos haría pensar si la respuesta inicial que se ha dado no ha sido totalmente eficiente. Estas vacunas tienen una ventaja, que es que se administran de manera continua a diario y cada 12 horas, de manera que siempre tienes alerta al sistema inmunitario.

¿Por qué existe tanta variación en la respuesta del sistema inmunitario de las personas?

- Existe un efecto que es muy perceptible. Casi todos los niños quedan protegidos porque su sistema inmunitario es muy plástico, muy maleable, de manera que, como todavía se le está enseñando qué es propio y que es extraño, la respuesta inmunitaria en ellos es muy rápida. Además, si te fijas, también están dentro de un calendario de vacunación, con lo cual, el sistema inmunitario está continuamente entrenándose. En el caso de los pacientes que les afecta el coronavirus, que suelen pacientes ancianos o mayores, el problema es que el sistema inmunitario con la edad acaba perdiendo funcionalidad y también por el hecho de que el propio virus lo que va a hacer es potenciar enfermedades secundarias si los hubiera, como la diabetes tipo dos, o la insuficiencia cardíaca o respiratoria. Entonces, esto básicamente les hace tener más puntos para que para que todo vaya mal.

Si en el futuro nos enfrentamos a una situación similar, ¿podrían ser reutilizadas?

-Exacto. Si vuelve a haber otro virus para el cual tú no has generado una respuesta memoria suficiente como para poder eliminarlo, con esto tendrías una oportunidad más para poder protegerte. Ahora tenemos la pandemia, digamos 1.0, que se debe al coronavirus, pero dentro de equis años puede ser que tengamos otra. En este caso, si nuestra hipótesis es correcta, tendríamos un arsenal de vacunas que se podrían probar para poder ganar tiempo hasta que tengamos la vacuna definitiva.

¿Cómo se administran?

-La vía de administración de estas vacunas, es la parte más importante porque se realiza por vía oral o nasal. Esto se realiza con un spray; o por vía oral, de manera que queda protegida la inmunidad innata de la mucosa frente a la entrada del virus en el sitio donde debería actuar, o donde va a empezar a actuar la infección por coronavirus. Esto los diferencia de otras inyecciones que ahora están empezando a probar como la vacuna de la tuberculosis, es administran por vía intradérmica o intramuscular y no por vía nasal.

¿En qué punto se encuentra ahora mismo esta investigación?

-La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) está revisando el protocolo ético, nos ha mandado alegaciones y hemos contestado, y ahora estamos a la espera de su respuesta para poder iniciar el ensayo clínico. Para cuando nos den el visto bueno, ya tenemos contratada una empresa que se dedica a la síntesis de estas vacunas bacterianas, que tiene ya preparadas cerca de 2.000 dosis para poder realizar el ensayo clínico. En él utilizaremos tres centros o tres hospitales como son el Complejo Hospitalario de Navarra, la Clínica San Miguel y el Hospital Clínico San Carlos en Madrid, para hacer un estudio multicéntrico en el que se tratarían cerca de 1.000 pacientes sujetos. El ensayo clínico se va a llevar a cabo junto con el Navarrobiomed, que es el tramitador. Por otro lado, nos han apoyado el delegado del Gobierno de Navarra, José Luis Arasti; y el consejero de Universidades, Innovación y Transformación digital, Juan Cruz Cigudosa. También nos avalan el rector de la Universidad Pública Navarra, Ramón Gonzalo, y el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Roberto Aguado. Además, tenemos el beneplácito de la Sociedad Española de Inmunología, Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Sociedad de inmunología de la Comunidad Autónoma de Madrid (SICAM).

"Permite tener en alerta el sistema inmunitario, para que esté instruido o enseñado para cuando aparezca el coronavirus?