Más de mil personas que dormían en las calles de Londres han sido realojadas en hoteles y apartamentos para su confinamiento durante la pandemia de coronavirus, en lo que, "si se continúa aplicando", puede convertirse en una oportunidad inesperada para acercarles a un hogar.

Así lo explica a Efe Paul Atherton, un cineasta que vive en la calle desde hace diez años, que se refiere a la cifra de reubicados anunciada a través de Twitter por el alcalde de la capital británica, Sadiq Khan, como "una parte de los cientos o miles de personas" que aún quedan en la vía pública.

Este es uno de los colectivos más vulnerables en caso de contraer la COVID-19, ya que suelen padecer otras patologías que agravan el diagnóstico, como indica el Centro para el Impacto del Sinhogarismo, y están más expuestos a la enfermedad al tener mayor dificultad para aislarse.

A sus 52 años, Atherton llevaba dos durmiendo en el Aeropuerto de Heathrow hasta que fue reubicado hace un par de semanas junto a algunas de las cerca de 200 personas sin hogar que se encontraban en las instalaciones.

Para él, este es el primer paso del programa "Housing First" (La vivienda primero), que busca dar a este sector de la población un sitio al que llamar hogar sin pasar antes por otro tipo de alojamientos, para, una vez en su domicilio, tratar los problemas individuales de cada sin techo.

Y es que, de acuerdo con el departamento de comunicación del grupo hotelero IHG, que ha llegado a un acuerdo con la administración de la capital británica, se han ofrecido "más de 1.300 habitaciones" a los sin techo, quienes, una vez alojados, reciben "apoyo, comida y, si así lo requieren, medicamentos".

El objetivo en los próximos meses, tal y como apunta Rick Henderson, el director ejecutivo de Homeless Link -la organización nacional que agrupa los diferentes servicios para personas sin hogar-, es que quienes han sido realojados "no regresen a la calle" y sean, en su lugar, "provistos de una vivienda adecuada".

Desde un apartahotel de Marylebone, en el distrito londinense de Westminster, Atherton cree que existe "una alta probabilidad" de volver a dormir a la intemperie una vez concluya el brote, pues considera que los hoteles "no sirven como residencia a largo plazo".

No obstante, confía en que "si se logra cambiar la percepción de la población", se pueda acabar "de una vez por todas" con la carencia de vivienda para el colectivo de los sin hogar.

"Por primera vez, podemos ver más allá del sinsentido del dinero, la economía y el egoísmo. Nuestra vida entera ha cambiado, aunque sea de manera temporal, y nos permite modificar completamente nuestra forma de hacer las cosas", señala.

Pese a ello, aún quedan muchos sin techo en las calles. De acuerdo con las cifras oficiales proporcionadas por la Red Conjunta de Información y Sinhogarismo (CHAIN, por sus siglas en inglés), más de 3.600 personas durmieron a la intemperie en Londres en el último trimestre de 2019.

En esta ciudad vive algo más del 60% de las personas sin hogar del total de 280.000 que, según la asociación Shelter, hay en Inglaterra. La mayoría de ellas están en alojamientos temporales, normalmente comunitarios y, por tanto, inapropiados para un correcto aislamiento.

A todo ello se suma la falta de acceso a comida caliente y a lugares de aseo, pues muchos de los sitios habituales que proveían estos servicios han cerrado debido a la pandemia de coronavirus.

Hasta que dejó el aeropuerto, Atherton estuvo viviendo a base de alimentos fríos de una cadena de supermercados británica, lo que llegaba a costarle 15 libras diarias (unos 17 euros), que pudo permitirse -explica- solo por su pensión de discapacidad de 100 libras a la semana (aproximadamente 115 euros).

Ahora recibe una tarjeta para el supermercado y dispone de WiFi, pero subraya que otros residentes en hoteles se ven obligados a ir a "los pocos comedores comunitarios" que permanecen abiertos, pues en muchos casos no disponen de cocina o poseen algún tipo de minusvalía que les impide cocinar.

El Gobierno británico anunció el 17 de marzo la apertura de un fondo de emergencia de 3,2 millones de libras (más de 3,6 millones de euros) para ayudar al aislamiento de los sin techo, que se sumaron a los 492 millones de libras (en euros, unos 564) que estaban destinados a terminar con el sinhogarismo en el Reino Unido.

Esta financiación está a disposición de todas las autoridades locales inglesas, a las que se reembolsará el coste de proveer alojamiento y servicios para asegurar el confinamiento de todo aquel que duerma en las calles.