- Algunos de los usuarios del servicio de teleasistencia Beti On, la famosa medalla con botón de alarma, quieren saber cuándo podrán volver a ir a un partido de fútbol o con qué frecuencia pasa el autobús que les acercará al supermercado. Otros dicen estar convencidos de haberse contagiado del covid-19 y, aunque no tengan ningún síntoma, requieren que les pongan en contacto con un médico de forma urgente. En el servicio están recibiendo muchas consultas sobre dudas médicas y prácticas y también llamadas que solo buscan romper la soledad impuesta por el confinamiento. Y los profesionales de Beti On, que a menudo son la conexión con el mundo de muchas personas mayores y dependientes, están dando respuesta a todas estas demandas.

Desde que comenzó el estado de alarma a causa de la pandemia de coronavirus las pulsaciones del botón de la medalla de Beti On, que comunica a los usuarios con los operadores del servicio de teleasistencia, se han duplicado y superan las mil diarias. "Las pulsaciones del botón que se están realizando estos últimos días son sobre todo porque nuestros usuarios tienen muchas dudas ligadas al coronavirus. Entre las consultas que nos hacen hay cuestiones médicas, pero también otro tipo de dudas, como si pueden salir a la calle, qué se puede hacer y qué no, sobre cuando va a acabar esto... Un día llamó un señor para quejarse y para preguntarnos cuando volverán a abrir los bares. Otro decía que quería ir al fútbol. En las llamadas hay un poco de todo: dudas, quejas, cuestiones varias. Y es normal, porque nosotros somos la primera voz de los servicios públicos para muchísimas personas que están en sus domicilios", indica Iñigo Mijangos, director de Beti On.

Mijangos asegura que en Beti On están recogiendo "un montón de dudas diversas" y hacen de filtro para los servicios sanitarios y de emergencia. "Servimos de filtro a los servicios de emergencias, a los servicios de urgencias y al teléfono de consejo sanitario de Osakidetza -explica-. Recibimos más de mil llamadas entrantes cada día de las que derivamos a consejo sanitario entre ochenta y ciento y pico. Eso supone que más del 80% de las llamadas y de las consultas ya las hemos resuelto nosotros".

El servicio vasco de teleasistencia tiene más de 55.000 usuarios que, en su mayoría son personas mayores, en situación de dependencia o de vulnerabilidad. Beti On, a través de la alarma con botón, les presta ayuda y atención en situaciones de emergencia, un accidente o percance. Pero el servicio también ofrece apoyo psicológico y social, seguimiento sanitario y personal, orientación y acompañamiento. Y son esas funciones tan importantes para las personas mayores las que se están demandando más desde que todos los ciudadanos estamos en confinados en casa.

Muchos de los usuarios de Beti On ya pasaban mucho tiempo en casa, en ocasiones solos, debido a su edad o sus limitaciones de movilidad, pero ahora notan con más intensidad la soledad y el aislamiento. "Siempre ha habido personas que llaman porque quieren charlar, porque sienten soledad", reconoce Iñigo Mijangos. Añade que los profesionales del servicio tienen información sobre el grado de relaciones sociales de las personas usuarias, su estado de salud, sus actividades diarias, etc. "Y hay personas a las que habitualmente llamamos, y ahora seguimos haciéndolo, porque entendemos que están en una situación más delicada o su número de contactos sociales es menor que el de otras personas". "Para aquellos usuarios que tenemos registrados como personas con un montón de visitas, de llamadas, de contactos sociales, ya sean primos, hijos, familiares o amigos, no hemos reforzado el servicio, porque sabemos que estos días también tendrán llamadas y seguirán en contacto telefónico con su red. Pero también hay quien tiene una situación de soledad, voluntaria o no, y a esas personas tenemos que seguir llamándoles nosotros para aliviar su soledad y tenemos que darles un servicio muy cercano", explica el director de Beti On.

En las últimas semanas se ha insistido mucho en que las personas mayores son grupo de riesgo ante el coronavirus, que deben protegerse y aislarse frente a cualquier vector de contagio. Unas recomendaciones que dejan a muchos mayores solos en su casas y con la angustia de poder sufrir una enfermedad especialmente grave para ellos. Sin embargo, Iñigo Mijangos no percibe que tengan miedo. "Nuestros usuarios -puntualiza- piden mucha información sobre la situación que vivimos, información de todo tipo, pero no tienen miedo. También nos preguntan sobre la ayuda que pueden prestarles los voluntarios si necesitan algún medicamento o no pueden hacer la compra, así que les ponemos en contacto con Guztion Artean y luego nos cuentan que están encantados con la ayuda recibida".

Aunque parece que el confinamiento hace que todos seamos más conscientes de nuestras necesidades de contacto social, Iñigo Mijangos asegura que las llamadas a Beti On de usuarios que se sienten solos, que quieren charlar con alguien, oír una voz amiga que les pregunte qué tal están o que requieren atención, no están siendo precisamente las más abundantes en las últimas semanas. "Ahora -dice el director del servicio de teleasistencia- parece más bien que todos nos hemos vuelto hipocondríacos. Hay personas que aunque lleven dos o tres semanas casi sin salir de su domicilio quieren que les pasemos con el médico urgentemente. Les preguntas si tienen síntomas, si tienen fiebre, tos, y no tienen nada, pero insisten en que tienen el coronavirus. De verdad que lo tengo, te dicen. Aunque estos casos son los menos. En general yo diría que la población está tranquila y no tiene miedo. Más bien al contrario, la población mayor de Euskadi está tranquila, está bien atendida y bien informada. Parece que ahora los mayores demandan más información, pero la verdad es que son personas bastante sensatas".

55.000

Más de 55.000 personas mayores, en situación de dependencia o de vulnerabilidad cuentan en Euskadi con la ayuda, atención y supervisión de los profesionales del servicio de teleasistencia Beti On, conocido por la medalla de alarma con botón rojo.

4,5 sobre 5

Beti On está muy bien valorado. Según el balance de satisfacción de 2019, nueve de cada diez personas usuarias valoran como "muy buena" y "buena" la atención que reciben y le conceden una puntuación de casi 4,5 puntos sobre cinco. La asistencia en caso de una posible emergencia, la tranquilidad que genera a los familiares y la posibilidad de solicitar ayuda frente a cualquier incidencia suponen las características más útiles. Asimismo, el proceso de instalación tecnológico como la medalla -pulsador que se lleva en todo momento en casa- cumple las expectativas de las personas usuarias, con un 80% de personas que la consideran muy positivo.

"Parece que ahora los mayores demandan más información, pero, la verdad, son sensatos"

Director de Beti On