- El Govern de la Generalitat ordenó desde las 21.00 horas de ayer el confinamiento de alrededor de 70.000 personas que residen en las localidades barcelonesas de Igualada, Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y Òdena para evitar la propagación del brote de coronavirus que afecta esta zona, que ya suma 58 contagios. Así lo anunció en rueda de prensa el conseller de Interior, Miquel Buch, que ha detallado que nadie podrá entrar ni salir de este perímetro, salvo quienes presten servicios básicos.

En las horas previas al cierre, se restringió la movilidad pero se permitió la salida de las personas dentro del perímetro con residencia en el exterior -que deberán permanecer dentro-, así como el regreso de los residentes que se hallaban en otras ciudades. La consellera de Salud, Alba Vergés, subrayó que se garantizará el suministro de alimentos y otros productos, así como la prestación de servicios esenciales. En caso de no obedecer al confinamiento decretado, la sanción prevista en la Ley de Protección Civil puede ascender hasta los 60.000 euros, según han informado fuentes del ejecutivo.

El comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent, informó de que el dispositivo policial destinado a este efecto constará de 106 policías, que se subdividirán en tres grupos. El primero se ocupará del "control perimétrico", otro se dedicará a "asistir a la ciudadanía" y el tercero y último será para "acompañar" a efectivos de servicios básicos como la limpieza de calles o el abastecimiento de alimentos. Dentro del perímetro de confinamiento, los ciudadanos sí que podrán moverse, pero desde el Govern se pide a las alrededor de 70.000 personas afectadas que minimicen su actividad para frenar cuanto antes la escalada de casos de coronavirus, que afecta especialmente al Hospital de Igualada. Con 36 profesionales afectados y 200 más confinados preventivamente, Vergés admitió que la situación es "realmente muy compleja" y que para abordarla se están adoptando medidas como redirigir a algunos pacientes y reprogramar asistencias no prioritarias.

El repunte de la crisis del coronavirus, que supera ya los 3.000 casos y suma 84 fallecidos, conllevó ayer nuevas medidas para tratar de evitar su expansión, como el cierre de colegios y espacios y eventos culturales en más comunidades, mientras amenaza la Semana Santa.

Madrid continúa siendo la comunidad más afectada y acumula casi la mitad de los positivos, con otros 364 nuevos casos que elevan el total a 1.388; de ahí que la sangría de suspensiones, aplazamientos y cancelaciones en los tribunales continuara ayer, en la que varios juzgados han comenzando a anular las vistas programadas. No solo eso: en el primer día en que los padres trabajadores tuvieron que apañárselas para teletrabajar con sus hijos en casa o que instituciones como el Museo del Prado echaron el cierre, la incertidumbre llegó al aeropuerto de Barajas, donde se mezclan estadounidenses que intentan regresar con otros viajeros que cancelan sus vuelos al país tras las restricciones anunciadas por el presidente Donald Trump.

Sin embargo, el peor escenario se dibuja en los hospitales madrileños, colapsados y con las reservas de sangre en picado. La Consejería de Sanidad de esta comunidad ha comunicado a los sindicatos la suspensión de permisos y licencias de vacaciones al personal sanitario y ha autorizado a los centros a flexibilizar las jornadas laborales según las necesidades. Más de 56.000 personas han firmado una petición en Change.org para solicitar que los hospitales privados ofrezcan sus recursos; según la sanidad privada, a día de hoy atiende en sus centros hospitalarios de Madrid 120 casos.

El Ayuntamiento de Madrid, además de recomendar salir lo menos posible de casa, ha tomado medidas drásticas como prohibir velatorios de personas que hayan fallecido por Covid-19 o tengan síntomas de enfermedades respiratorias. También las funerarias catalanas han decido no prestar ningún servicio de velatorio o ceremonia.

Según el último balance del Ministerio de Sanidad, el total de casos confirmados asciende a 3.004; hay 84 personas fallecidas por el coronavirus y otras 189 han recibido el alta. Por detrás de Madrid, la comunidad con mayor número de positivos es País Vasco (346), seguida de Catalunya (260) y La Rioja (220). Les siguen Andalucía y Castilla-La Mancha, ambas con 115; Comunidad Valenciana (94); Castilla y León y Navarra, las dos con 92; Aragón (64), Canarias (51), Asturias (49), Galicia (35), Murcia (26), Baleares (22), Extremadura (19) y Cantabria (16).

El avance del coronavirus ha llevado a otras autonomías a seguir la recomendación lanzada por el Gobierno de suspender las clases, una medida que ya habían adoptado las más afectadas. Así, a lo largo del día fueron comunicando que tomaban esta decisión, desde hoy o a partir del próximo lunes, Galicia, Asturias, Murcia, Cataluña, Canarias, Navarra, Aragón, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha.

Tras provocar la suspensión de las Fallas, el coronavirus hace peligrar ahora la celebración de la Semana Santa: la Junta de Castilla y León ha pedido al Gobierno y a la Conferencia Episcopal que se suspenda en esta comunidad, y en Sevilla, el alcalde, Juan Espadas, y el arzobispo, Juan José Asenjo, mantuvieron un encuentro para trabajar de forma conjunta de cara a estos festejos.

#yomequedoencasa. Desde las redes sociales (las etiquetas #yomequedoencasa o #cerradMadrid han sido tendencia) y desde las instituciones se repetían ayer los llamamientos a la conciencia social a quienes puedan extender el virus por las distintas regiones.

Murcia. El Gobierno de Murcia ha pedido a quienes lleguen de Madrid o Euskadi que hagan cuarentena de catorce días si se desplazan a la región.

Cantabria. El Ejecutivo de Cantabria también apela a la responsabilidad de quienes se están desplazando a su territorio. En su caso, les piden 72 horas de cuarentena. Que "hagan la mínima vida social posible" y, "si están recluidos en sus domicilios, mejor".