Madrid - El Gobierno respaldará hoy la ley integral contra las violencias sexuales, que modificará el Código Penal con la creación de nuevos delitos y acabará con la distinción entre abuso y violación gracias a la introducción del consentimiento, una de las principales reivindicaciones del movimiento feminista español.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, llevará al Consejo de Ministros el anteproyecto de ley integral por la protección de la libertad sexual y contra las violencias sexuales en la semana del 8-M, Día Internacional de la Mujer.

La adaptación del Código Penal al Convenio de Estambul para que el consentimiento sea la clave para determinar una violación y no dependa de la intimidación y la violencia, una reforma conocida como sí es sí, es el aspecto más conocido de la ley, pero esta legislación aspira a ser integral e incluye no sólo más cambios punitivos, sino un enfoque amplio contra la violencia sexual.

El anteproyecto "amplía el foco" e introducirá nuevos delitos en el Código Penal y modificaciones en las penas, que serán "proporcionales y eficaces", según Montero.

"Hay penas que suben, hay penas que cambian muy mínimamente y sobre todo lo importante no es el número de penas, sino que amplía el foco, que se consideran violencias machistas muchas cosas que no se consideraban", declaró ayer la ministra.

La ley es un "marco normativo integral que reconozca como formas de violencias machistas de violencias machistas todas las conductas que impliquen la vulneración en cualquier forma del derecho a decidir acerca de la vida sexual".

Agresiones sexuales, acoso, acecho, extorsión y engaño pederasta- también cuando se lleven a cabo mediante tecnologías de la información y la comunicación- o infección intencionada de enfermedades de transmisión sexual son algunas de ellas.

La ley también conllevará la creación de una red de servicios de información y asistencia integral especializada, con "centros de crisis" que atiendan a las víctimas de delitos sexuales las 24 horas del día. Y la sensibilización y la prevención serán pilares básicos de su funcionamiento.

Aunque esta ley era uno de los compromisos recogidos en el acuerdo de Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, su camino hasta llegar al Consejo de Ministros no ha sido precisamente el de la unanimidad.

En febrero, fuentes de Unidas Podemos reconocían "discrepancias" en el seno del Ejecutivo -sobre todo entre Igualdad y Justicia- respecto a la ley, cuyo impulso ha coincidido con la decisión del Gobierno de hacer un paquete de reformas del Código Penal en el que se incluyera la revisión del delito de sedición.

Sin embargo, Moncloa salió presurosa a negar esas diferencias y a asegurar que había un consenso total en torno a la ley de libertad sexual y que el anteproyecto vería la luz la semana del 8-M. Irene Montero explicó ayer que el Gobierno se ha volcado y ha trabajado de forma consensuada en la ley, un proyecto del que el Ejecutivo está "orgullosísimo".

Fuentes del Ministerio de Justicia han indicado que expertos y penalistas están realizando las últimas aportaciones para "mejorar el texto", "un procedimiento habitual" para "lograr el mejor texto posible".

La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, explicó ayer tras la Ejecutiva Federal del PSOE que el anteproyecto de ley pueda aún ser objeto de algún tipo de modificación y que otros ministerios podrán incorporar "elementos que consideren urgentes para la libertad de las mujeres". Recordó que el anteproyecto de ley es parte del "acervo programático del Partido Socialista y de su programa electoral".

Contribución ministerial La ministra Montero precisó que el borrador que llevará hoy al Consejo de Ministros está "bastante depurado" después de las aportaciones que ha recibido de los distintos ministerios y que éstos podrán seguir contribuyendo una vez se apruebe el anteproyecto, que también recibirá previsiblemente modificaciones en su tramitación parlamentaria.

La titular de Igualdad reconoció que el crédito de esta ley no es ni de su ministerio ni del Gobierno, sino del movimiento feminista español, que ha exigido en las calles que se acabara con la distinción entre abuso y violación y ha reivindicado respeto por la libertad sexual de las mujeres.

El auge de las manifestaciones feministas de 2018 coincidió con el fallo de La Manada, la violación grupal a una joven en los Sanfermines: la denuncia de la violencia sexual se convirtió en una de las principales reivindicaciones del movimiento.

Las calles se llenaron de protestas y las consignas "tranquila hermana, aquí está tu manada", "no es abuso, es violación" o "yo sí te creo" recorrieron el país de norte a sur.

Y con tal magnitud que ya el Gobierno de Rajoy empezó a estudiar la reforma del Código Penal para acabar con las contradicciones de la tipificación de los delitos sexuales. Una moción de censura y dos elecciones después, este cambio se va a articular mediante una ley que pone énfasis en la prevención y sensibilización contra la violencia sexual.

La clave

Objetivos. Prevenir, detectar, sancionar y erradicar las violencias sexuales, así como proteger y reparar a las víctimas son los objetivos de la ley, en palabras de Montero, que aspira a que esta legislación sea tan pionera como la ley 1/2004 contra la violencia de género.

La frase

Montero "El crédito de la ley no es del gobierno, sino del movimiento feminista"

La ministra de Igualdad, Irene Montero, explicó ayer que la propuesta inicial de su departamento ha sufrido "cambios" y ahora es "un borrador depurado", si bien recordó que aún quedan más pasos y más rondas de contacto.

La cifra

1.763

Un total de 1.763 policías, repartidos en 173 unidades territoriales de atención a la mujer y a la familia (UFAM) asumen específicamente la misión de atender a las víctimas de violencia de género en España.