Los familiares de los enfermos de coronavirus en estado crítico en la ciudad de Wuhan buscan de forma desesperada en las redes sociales chinas a pacientes curados que quieran donar su plasma, ya que los anticuerpos desarrollados por algunos de ellos pueden ayudar a curar la enfermedad.

Pacientes y familiares de enfermos graves ingresados en los hospitales de la ciudad, foco de la epidemia, explicaron que la mayoría de los centros no disponen de ese plasma y además el tratamiento solo se puede realzar en uno de ellos, el Jin Yintan de Wuhan.

El 14 de febrero las autoridades sanitarias anunciaron que el tratamiento con plasma se había empezado a aplicar a principios de mes a varios pacientes en estado grave, que habían mostrado síntomas de mejoría entre 12 y 24 horas después.

Han, de 32 años, tiene a su padre, de 62, ingresado en estado crítico en el hospital Xiehe de Wuhan, que no dispone de plasma de enfermos recuperados.

"El hospital nos recomienda que busquemos la sangre nosotros mismos y, si la encontramos, nos ayudan a contactar con el de Jin Yintan, que es el único que hace el tratamiento", relató por teléfono.

Explica que su padre, que vivía con su madre y con él, empezó a tener fiebre el 20 de enero y que, "preocupado por contagiar la enfermedad al resto de la familia", decidió irse a vivir a otro apartamento él solo.

"Hizo la cuarentena él mismo. Le compré un inhalador de oxígeno para respirar mejor", cuenta.

El 28 de enero el estado de su padre comenzó a empeorar, pero en ese momento no había camas en los hospitales de Wuhan, saturados por el aumento exponencial en esas fechas del número de infectados.

Solo cuatro días después pudo ser ingresado en el hospital Xiehe, donde su salud se fue agravando, aunque por el momento sigue a la espera de que quede una cama libre en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pese a que su situación ya es crítica.

"Me llamó el hospital ayer por la mañana para decirme que su estado era muy malo y que lo han tenido que entubar", explica inquieto Han.

"He escuchado que el tratamiento con plasma es efectivo y hay pacientes que ya se han curado con ello. Por eso, estoy buscando la sangre, aunque el hospital ya me dijo que la situación de mi papá es muy crítica y ya no hay mucha posibilidad", dice.

Otro caso demoledor es el de Wang Licheng, un contagiado de coronavirus cuyos padres también lo están. Toda la familia está ingresada en un hospital de Wuhan, aunque en distintas secciones.

Su madre comenzó a sentirse mal el 20 de enero; su padre, poco después, y él mismo, el 2 de febrero, cuando todos los hospitales estaban saturados y escaseaban hasta las mascarillas y los trajes protectores.

"Ahora quiero buscar la sangre de los curados para mi padre porque tiene además problemas de desnutrición, le han bajado las defensas y el virus está le está atacando el corazón", dice por teléfono desde su cama del hospital.

Wang explica que algunos doctores del centro que acoge a toda su familia no están del todo seguros de usar el tratamiento de plasma "porque no se sabe todavía si funciona bien y si hay efectos secundarios".

"Solo la vamos a usar como último recurso en el último momento pero en nuestro hospital no hay sangre de recuperados por eso buscamos en Weibo (la red social china similar a Twitter)", señala.

Este enfermo, que lleva diez días ingresado, asegura que ahora las condiciones en el centro sanitario son buenas, "mejor que fuera", pero que al principio faltaba suero para alimentar de forma intravenosa a los pacientes.

"Los doctores vienen de todas las provincias del país, y no hay un criterio unificado a la hora de aplicar los tratamientos. En mi hospital no usan ahora los antibióticos, sino que solo observan nuestra situación", señala.

En el hospital, sin embargo, no hay pañales para adultos y tiene que comprarlos para él y para sus padres a través de un servicio de mensajería por internet, que ahora sí funcionan mejor, no como al principio de la epidemia, cuando ni siquiera los mensajeros trabajaban.

Yang Li en el sur de China, pero tiene a su padre y a su madre infectados y hospitalizados en Wuhan, foco de la epidemia. Su padre está en la UCI en estado crítico, y su madre por el momento está leve.

El tercer día del Año Nuevo chino, el 27 de enero, su padre le dijo que había estado con gripe y tos, ella pensó que era una enfermedad normal, pero cuatro días después tanto él como su madre fueron diagnosticados de neumonía por coronavirus.

El 14 de febrero, su padre fue ingresado en estado grave en la UCI, aunque nadie avisó a Yang.

"Al principio recibí llamadas del hospital pero desde que se puso grave no he recibido ninguna, no sé en qué estado está hora", se lamenta la joven, que intenta averiguar algo sobre la situación de su padre a través de amigos en la ciudad, ya que ella misma no puede viajar a Wuhan debido a la cuarentena.