Vitoria. El consejero vasco de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, ha asegurado que la empresa Verter Recycling SL es "plenamente responsable" de la seguridad y estabilidad del vertedero de Zaldibar que colapsó el pasado día 6 sepultando a dos trabajadores que aún no han sido localizados.

Arriola comparece este martes junto con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y otras tres consejeras del Gobierno Vasco en la Diputación Permanente del Parlamento para explicar la gestión del Ejecutivo autonómico tras el derrumbe.

Ha precisado que el verano pasado el vertedero fue sometido a una inspección "exhaustiva y meticulosa" que detectó 23 "desviaciones" aunque ninguna grave ni "vinculada con la estabilidad"; y que "si se hubiese encontrado algún indicio" de lo contrario "se habrían tomado las medidas adecuadas con la urgencia debida".

Ha señalado también que el vertedero se estaba llenando a un ritmo mayor del previsto inicialmente pero que no hay limitación legal para ello y que "depende de un correcto Plan de Explotación y cumplimiento de la Autoridad Ambiental Integrada, que hace plenamente responsable a la propiedad de la seguridad y estabilidad del vertedero".

Con el proyecto inicial el vertedero iba a tener una vida útil de 35 años desde su entrada en funcionamiento en 2011 y que con el actual ritmo de llenado "le podían quedar un máximo de dos o tres años, hasta 2022", ha expuesto Arriola, que ha recordado que Verter Recycling tenía permiso para almacenar amianto.

Desde la apertura del vertedero se han practicado 7 inspecciones y en varias se encontraron algunos incumplimientos "no relevantes", aunque en 2014 y 2017 el grado de incumplimiento fue calificado de "medio-alto".

La última inspección fue en junio y julio de 2019 y detectó 23 faltas, ninguna grave. "En absoluto había indicio alguno que hiciera pensar que el vertedero presentaba problemas de estabilidad", ha aseverado.

En todo caso esos incumplimientos han motivado un expediente sancionador que Arriola firmará "en los próximos días". Además, se le abrirá otro por el derrumbe del día 6.

El consejero ha informado además de que el 21 de enero una delegación del Gobierno Vasco se reunió con la empresa para analizar las correcciones a diversas desviaciones y que Verter Recycling aportó un estudio de estabilidad elaborado en mayo de 2019 que afirma que "el vertedero es estable con la configuración actual".

En la misma comparecencia la consejera de Salud, Nekane Murga, ha asegurado entender las "dudas" e "inquietud" de los vecinos de la zona por la posible afección de este suceso en la calidad del aire y del agua y, por tanto, en la salud de las personas.

Los valores "elevados" de furanos y dioxinas que se han detectado "no suponen un riesgo para la salud", pero "hay que aplicar el principio de precaución" y por ello su Departamento ha procurado "reducir la exposición de las personas con medidas sencillas y efectivas", como no ventilar o no hacer deporte al aire libre.

"Con la salud no se juega, hemos actuado desde la responsabilidad y con rigurosidad y transparencia", ha dicho Murga.

La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, ha subrayado por su parte que la mesa de crisis se constituyó "inmediatamente" tras tener conocimiento del desprendimiento, que "en los contactos iniciales" nadie de la empresa mencionó la presencia de amianto y que a este hecho se sumó "una dificultad severa: la inestabilidad del terreno".

La consejera, que ha repasado cronológicamente todas las decisiones de su Departamento desde ese momento, ha asegurado que cuando se supo que había amianto se tomaron las medidas necesarias para descontaminar la ropa y materiales usados por los equipos de rescate.

La titular vasca de Trabajo, María Jesús San José, ha explicado por su parte que los integrantes de los grupos de rescate que en las primeras horas estuvieron expuestos al amianto serán sometidos a controles médicos y formarán parte del grupo de trabajadores expuestos a este material, aunque con la "aclaración" de que la exposición fue puntual.