Al inicio de cada legislatura tras las elecciones vascas, y una vez conformado el pertinente Gobierno, una de las primeras tareas que se llevan a cabo dentro del Departamento de Políticas Sociales es la elaboración de una estrategia que marca, de cara a los próximos cuatro años, las líneas de actuación con la comunidad gitana de Euskadi. Una labor que conocen de cerca desde Biltzen, el Servicio vasco de Integración y Convivencia Intercultural, de titularidad pública, que se encuentra adscrito al Departamento de Políticas Sociales del Gobierno Vasco y que realiza su trabajo desde 2004.

De manera general, Biltzen trabaja en favor de la inclusión y el disfrute de los de los derechos de la ciudadanía por parte todas las personas residentes en Euskadi, con independencia de su origen racial y/o étnico, lengua o adscripción religiosa, entre otras muchas.

Y, entre esas iniciativas, la comunidad gitana tiene un hueco especial a través Consejo Gitano, un órgano consultivo adscrito al Departamento de Políticas Sociales del Gobierno Vasco para el desarrollo de todas aquellas políticas relacionadas con la comunidad gitana.

"Se trata de un consejo participativo, con representación de las administraciones públicas -distintos departamentos del Ejecutivo, diputaciones y ayuntamientos a través de Eudel- y también aquellas asociaciones sociales que trabajan con la comunidad gitana", explica Javier Pérez, responsable de la Secretaría de Consejo Gitano a la que se presta asistencia desde Biltzen. La vicesecretaría de este Consejo recae en manos de un representante de la comunidad gitana vasca y actualmente está ocupada por Ramón Motos Jiménez.

La Estrategia vasca con el Pueblo Gitano para la Promoción e Inclusión de la Comunidad Gitana en Euskadi tiene como objetivos avanzar en la mejora y equiparar la calidad de vida de las personas gitanas con el resto de los estándares en los que se mueve la sociedad vasca; así como promocionar su participación.

También, muy importante impulsar el conocimiento y reconocimiento de la cultura y la entidad gitana con el objetivo de garantizar su derecho a la convivencia. En definitiva, a que el pueblo gitano pueda "ser sin dejar de ser". "Ser vascos y vascas como cualquiera de nosotros, sin dejar, por ello de dejar de ser gitanos y gitanas", insiste Javier Pérez.

Quince años de trabajo en múltiples áreas como la salud, mujeres y la educación, que gota a gota, va logrando que cada vez más jóvenes de la comunidad gitana estén mejor formados e integrados en la sociedad. Precisamente, la colaboración con el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, está logrando mejoras para la búsqueda de empleo e inserción laboral. Y, a su vez, la eliminación de barreras para su contratación.

Porque la desconfianza y los recelos, en ocasiones, generan discriminación. "No sirve de nada que ellos se formen y hagan ese esfuerzo, si cuando se presentan a una entrevista de trabajo son rechazados, de forma activa o pasiva", insiste Javier Pérez. Importante, también la celebración del Día Gitano en Euskadi cada 16 de noviembre y que el año pasado se festejó en la Casa de Juntas de Gernika.