- Siete meses después de haber asumido la competencia de Prisiones, el Gobierno Vasco quiere poner el acento en el lado humano de la cárcel, en el papel que puede ejercer como puente para que los ciudadanos que cumplen condena se reintegren de la forma más exitosa posible a la vida en sociedad, esa de la que una mala decisión les apartó un mal día y a la que tarde o temprano tendrán ocasión de volver. "Cualquiera puede tomar en su vida decisiones erróneas y terminar en una cárcel. Nadie estamos libres de equivocarnos y tener que pagar nuestros fallos con la privación de libertad", dijo ayer Beatriz Artolazabal, quien añadió: "Todos y todas debemos tener derecho a una segunda oportunidad".

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales es precisamente quien ha impulsado la elaboración de un documental que pretende acercar a los ciudadanos la realidad que viven las personas privadas de libertad más allá de los prejuicios y los estigmas.

Artolazabal situó la gestión penitenciaria como "una pata más de las políticas sociales". Como añadió el director del centro, Benito Aguirre, Zaballa es "el mayor centro sociosanitario" de Euskadi. La prisión alavesa es la mayor que hay en la CAV y conviven más de 750 personas que pueden recibir tratamiento a sus problemas psiquiátricos o de adicciones además de estudiar o aprender oficios que les ayuden en la reinserción.