- La recuperación del autogobierno tras la aprobación del Estatuto de Gernika hace 43 años posibilitó avanzar en la institucionalización en Euskadi. Ahora, cuando a su pertinaz incumplimiento se suman los nubarrones de la tendencia a la “recentralización”, es el momento de ir varios pasos más allá y actualizar la relación con el Estado. Así lo afirmó ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, durante una conferencia pronunciada en Madrid, en la que abogó por aprovechar el “mecanismo de éxito del Concierto Económico” para alumbrar una “nueva fórmula de concierto político vasco”.

Planteó acordar la “modernización de esa forma de relación singular y bilateral que simbolizan nuestros derechos históricos” mediante un nuevo pacto institucional y político con el Estado. Urkullu se pronunció en estos términos con motivo del centenario de Deusto Business Alumni, la asociación de antiguos alumnos de la Escuela de Negocios de la Universidad de Deusto, cuyos actos inauguró. En un discurso con un marcado carácter económico, en el que desgranó el modo en que Euskadi ha hecho frente a las últimas crisis y el fruto de dicha labor, reprochó al Gobierno español que “no está cumpliendo con su compromiso” de completar las transferencias pendientes, tras el acuerdo que se alcanzó en febrero de 2020.

Dados los actuales “riesgos, amenazas y retrocesos”, emplazó a “asegurar la vigencia y actualización” del autogobierno adaptándolo a “la nueva realidad de la Unión Europea en el marco de un nuevo modelo territorial del Estado”. Para ello, instó a echar mano de los principios de “reconocimiento mutuo, respeto institucional, cooperación y mecanismos bilaterales” que garanticen el cumplimiento de los acuerdos.

Iñigo Urkullu comenzó su discurso El modelo vasco de desarrollo humano sostenible con un recordatorio del 85 aniversario del bombardeo de Gernika, que fue citado por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en su intervención en el Congreso. Reivindicó por ello la memoria histórica como “antídoto frente a todo tipo de totalitarismos” en una Europa que está “abierta a las personas que buscan auxilio y amparo”, en referencia a los refugiados ucranianos.

Durante su intervención sobrevoló de forma inevitable el choque que ha mantenido con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que aboga por una reducción de la presión fiscal en detrimento de las ayudas sociales. Iñigo Urkullu defendió en cambio que “nuestra prioridad es garantizar la cohesión social, no dejar a nadie atrás y generar oportunidades de empleo”.

“El empleo es la mejor política social”, insistió en su explicación del concepto de desarrollo humano sostenible, en presencia de invitados como el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, el portavoz del Grupo Vasco, Aitor Esteban, y una amplísima representación del mundo económico. Los dos pilares de dicho modelo son, aseguró, el progreso económico y social, y como ejemplos de su éxito citó el descenso del paro al 9,1% en el primer trimestre del año y un gasto en protección social por persona que se sitúa por encima de la media europea y es un 40% superior a la media española.

Otro de los ejes de su discurso fue la defensa de la “cultura política del acuerdo”, que ha redundado en la “estabilidad institucional” en Euskadi, con el apoyo de algún partido de la oposición en cerca la mitad de los acuerdos parlamentarios alcanzados. “Liderazgo compartido y participación de la iniciativa privada y de los agentes sociales”, reivindicó.

“Nuestra prioridad es garantizar la cohesión social, no dejar a nadie atrás y generar empleo”

Lehendakari