- La respuesta a la crisis provocada en Euskadi por los efectos de la invasión rusa de Ucrania llegó ayer por fin al Parlamento Vasco. Atrás quedaba una intensa ronda de contactos y el reto de traducirlos en acuerdos para orientar las medidas a adoptar. El lehendakari aprovechó su intervención ante la Cámara para detallar el grueso del montante que el Gobierno vasco movilizará para hacer frente a los efectos que la invasión rusa está provocando y provocará tanto en la sociedad como en la economía vasca. Serán 200 millones, enmarcados en sendos fondos de “rescate social” y “rescate económico”, que se complementarán con “medidas transformadoras” para atender las demandas de las empresas y que serán aprobadas el próximo martes por el Consejo de Gobierno.

Así, a las medidas “inmediatas” que el Gobierno vasco ya tiene activadas desde marzo se sumarán otras “complementarias” a las adoptadas por la Unión Europea y el Gobierno español, que Iñigo Urkullu valoró en los citados 200 millones de euros. Un dinero que saldrá de los “remanentes”, el “colchón” de 1.877 de ahorro logrado por el Ejecutivo gracias a su gestión de los últimos ejercicios.

Según explicó el lehendakari, el grueso del “fondo de rescate social” estará dotado de 15 millones e integrará, entre otras cosas, ayudas para paliar la pobreza energética y un paquete dirigido específicamente a la acogida de refugiados ucranianos, que según confirmó, son ya un total de 1.200 personas, de las que 554 están en primera acogida en el sistema estatal y en los albergues de Oñati y Berriz.

Por su parte, el “fondo de rescate económico” contará con una dotación de 143 millones de euros y contempla programas de ayudas por un importe de 63 millones para empresas y micropymes que se dirigen a las industrias “gasintensivas”, al aplazamiento de alquileres en parques tecnológicos y polígonos, y al asesoramiento legal. En este capítulo también queda consignada la ampliación en 60 millones de las ayudas a empresas del primer sector y se plantean también otras ayudas destinadas al sector comercial dotadas de 20 millones. El Gobierno vasco también aprobará una partida de 40 millones que se añadirá a la ya operativa para avales y líneas de financiación de empresas y a las “medidas transformadoras” que le ha reclamado el tejido empresarial.

Ante quienes desde la oposición planteaban un cambio profundo en el modelo económico, Urkullu reclamó confiar en el modelo vasco; un modelo, dijo, “socialmente equilibrado y económicamente eficaz”.

En este sentido, el lehendakari subrayó que “gracias a la gestión rigurosa de los recursos públicos, Euskadi es un país solvente”. Y frente a EH Bildu, Podemos y PP, que le han venido reclamando que rompa la hucha, respondió pidiendo “confianza y templanza”. “No es prudente gastar todo el ahorro. Gestionemos los remanentes de manera responsable”. “El destino de los remanentes nos permitirá amortizar la deuda, hacer frente a las necesidades extraordinarias, dar respuestas a las medidas complementarias de rescate social y económico y, si fuera preciso, ampliarlas”. “Tenemos un modelo propio y equilibrado que funciona, que no podemos poner en riesgo”, concluyó, antes de garantizar, eso sí, que su Ejecutivo seguirá analizando día a día la situación y las necesidades y el grado de eficiencia de las medidas para, si fuera preciso, seguir ampliándolas.

Tras una larguísima jornada de debate, llegó el turno de las votaciones. Un receso “para organizar la votación” aceleró la actividad parlamentaria. Reuniones cruzadas, apartes en las escaleras de la Cámara. Consultas al móvil, cruces de papeles, llamadas... El parón que inicialmente iba a durar siete minutos se fue hasta los 40, buscando acuerdos propuesta por propuesta. Finalmente, los partidos que sustentan al Gabinete Urkullu, que partían con una suma de fuerzas que les garantizaba la mayoría absoluta, acercaron posturas con Elkarrekin Podemos y el grupo de PP y Ciudadanos. No así con Vox, que ni siquiera quiso asistir a la ronda de contactos con el lehendakari, ni con EH Bildu, enfangada su relación con el PNV y con el propio lehendakari durante la refriega parlamentaria tras haber acusado a Urkullu de alterar la dinámica del debate proponiendo su propio plan de 200 millones. El pleno se celebraba a propuesta de EH Bildu.

Jeltzales y socialistas dieron luz verde a unas diez iniciativas de Elkarrekin Podemos y a otras tantas de PP-C’s. Desde la formación morada, David Soto se felicitaba por haber conseguido visibilizar que en el origen de esta situación está “la crisis energética” y por haber “impulsado” desde la “responsabilidad” la acción del Gobierno hacia algunas de sus tesis. De igual manera, Luis Gordillo también se mostraba razonablemente satisfecho con el nivel de acuerdo alcanzado gracias a la “altura de miras”. En el conjunto de las propuestas aprobadas por los grupos hay algunas novedades como pedir que el transporte público mantenga las tarifas.

Por su parte, el parlamentario de EH Bildu Iker Casanova aseguró que no ha habido una actitud favorable para acordar y reiteró que su formación no dará “cheques en blanco” ni se pondrá detrás de aquellos planes que lleguen a la Cámara “sin consensuar”, aunque insistió en ofrecer su disposición al diálogo de cara a futuros plenos en los que se traten esta u otras cuestiones.

Acuerdos. Los partidos que integran el Gobierno pactaron con Elkarrekin Podemos-IU y el PP varias propuestas que se suman a las de PNV y PSE. Entre ellas: reforzar los programas de ayuda social y reducción de la pobreza energética, así como las medidas de acogida a los refugiados; dar luz verde a un paquete de medidas económicas, financieras y fiscales para dinamizar la economía y mantener el empleo; o ampliar los recursos destinados a facilitar la financiación y liquidez del tejido empresarial. Además, se señala la necesidad de avanzar en la “soberanía energética” y en el abaratamiento de los costes energéticos y se trasladará a la Mesa de Diálogo Social la propuesta de mantener los complementos a las personas acogidas a ERTE con ingresos inferiores a 20.000 euros. También se aprobó que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu acelere un nuevo modelo energético que apueste por la desvinculación de los combustibles fósiles.

“Lo urgente es proteger la economía, el empleo, el tejido industrial y a las personas vulnerables”

Lehendakari