Pedro Sánchez tiene fama de superviviente. Resurgió de sus cenizas tras una intensa batalla con el aparato del PSOE, y él mismo escribió su conocido manual de resistencia, cómodo con esa etiqueta. Pero, de la supervivencia épica, ha pasado para muchos a acomodarse porque no tiene enfrente una alternativa viable que le dispute el Gobierno español. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se lo imaginaba el año pasado repantingado en su sillón. Sin demasiado estrés por el descontento de sus socios de investidura, al constatar que ninguno de ellos podría aliarse con un PP en brazos de la ultraderecha de Vox. Ahora, en plena guerra de Rusia contra Ucrania, Ortuzar denuncia que Sánchez se lo toma con calma a la hora de tomar medidas, porque cree que tiene una "cláusula de comodidad". Pero esa cláusula tiene letra pequeña y efectos secundarios. "En estos últimos tiempos, está perdiendo bastante crédito en la calle", lanzó el jeltzale en una entrevista en Bilboko Herri Irratia.

El PNV no ha ocultado su inquietud por la tardanza de Sánchez en aprobar medidas, en una crisis que amenaza de manera muy directa a la industria vasca por ser una gran consumidora de energía y ser más vulnerable al incremento de los precios de la luz. El mismo miércoles, Sánchez reconocía al PNV que se ha inspirado en su propuesta para costear la decisión de topar el precio del gas, pero lo hacía varios días después de haber dejado caer la moción jeltzale en el Congreso de los Diputados. El presidente admitía que serán los usuarios del sistema energético quienes asuman el coste, que no irá a déficit de tarifa ni a deuda en los Presupuestos, y que sería esa la propuesta a la Comisión Europea. "Esta propuesta que va a llevar Sánchez a Bruselas se la propusimos nosotros hace diez días y nos la echaron atrás. ¿Por qué hemos perdido diez días? No es tanto lo que se hace, que es bueno, sino cómo se hace y lo que se tarda", lamentó.

Tanto Ortuzar como el lehendakari dieron un margen de confianza a Sánchez, las instituciones vascas han ido actuando dentro de sus potestades, y admitieron a Moncloa que varias medidas dependen de la Unión Europea. Sin embargo, hay otras, como la bonificación al precio del carburante, que correspondían a Madrid y llegaron tarde, como la aceptación de los tres proyectos del Gobierno vasco para acogerse a fondos europeos. "Hay cosas que se pueden hacer, y no sé a qué esperamos", volvió a criticar Ortuzar, que le pide que "arranque".

"LENTO, PERO ESTABLE"

"LENTO, PERO ESTABLE"Cuando se le preguntó si ve estable al Gobierno de Sánchez, fue categórico: "Lo veo lento. Estable, sí, porque los que le estamos dando apoyo y sostén no voy a decir que no nos quede otro remedio que dar apoyo, pero es lo único que hay, lo único posible. Ellos son conscientes, porque lo que vendría acabamos de ver lo que es, y no parece que el PP de Casado y el de Feijóo sean tan diferentes hasta hoy en la respuesta a los grandes desafíos del Estado y los problemas que hay".

"No sé si eso da una cláusula de comodidad al Gobierno que le permite ser lento. Se tiene que dar cuenta de que, en estos últimos tiempos, está perdiendo bastante crédito en la calle. Y nos preocupa. Esa lentitud, esa sensación de que hay muchas voces en el Gobierno y cantan canciones diferentes, está dañando la imagen del Gobierno. De rebote, nos daña a los que apoyamos y nos hace las cosas más complejas", avisó.

REBAJA "POPULISTA" DE IMPUESTOS DEL PP

Añadió que su decisión unilateral sobre el Sahara "deteriora las relaciones y la credibilidad del Gobierno" y, ante el riesgo de que se interprete que el PNV es cómplice, ha decidido alzar la voz. Por otro lado, aclaró que no le parece "mal" ir a un endeudamiento mayor para no perjudicar a nadie ni tocar los impuestos, pero la deuda española es "temeraria" y pide tener "cuidado" porque habrá que pagarla en un escenario de elevada inflación. Vio "populista" la propuesta del PP de bajar impuestos y recordó que sostienen hospitales y servicios.

Ortuzar se pronunció también sobre la intención de Pedro Sánchez de elevar de manera progresiva el gasto en Defensa hasta alcanzar el 2% del PIB. Ortuzar constató que a nadie le gusta gastar más dinero en armas, pero añadió que, "si son armas disuasorias, bien gastado está". "No podemos pecar de buenistas", alertó, recordando que hay otros como Rusia que están utilizando la fuerza y ese gasto estará bien si sirve para evitar conflictos.