La Agencia de Reinserción Social del Gobierno Vasco, Aukerak, que echó andar el pasado 1 de enero, ha sido presentada a los medios por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal; y su director, Carlos Roy. Ambos expusieron que este nuevo organismo, derivado del traspaso el 1 de octubre a Euskadi de la competencia sobre Prisiones, pretende implantar un nuevo modelo penitenciario basado en la reinserción a través de la formación laboral.

El objetivo es alcanzar “de forma paulatina y progresiva”, en las próximas legislaturas, los niveles de éxito de los países que ya han implantado estas prácticas, y que se materializan en un porcentaje de reinserción del 40% de los presos y presas, frente al 25% del Estado.

La meta es reeducar para resocializar y reinsertar mediante talleres de formación adaptados al potencial y vocación de cada recluso, y fomentar de forma paralela el cumplimiento de penas en régimen abierto. “Hay que explorar áreas de formación diferentes a las ya existentes, como la logística, la atención socio-sanitaria y los cuidados a la dependencia o la artesanía”, señaló la consejera en la sede de Aukerak, ubicada en las dependencias del Seminario de Gasteiz.

Según señaló, la formación para una salida laboral de quienes han cumplido una pena de prisión “se puede conseguir explorando las habilidades y el conocimiento de las personas presas y revirtiéndolas en su beneficio, como una válvula de salvación, una puerta hacia otra vida que puede estar a su alcance a través de su inclusión socio-laboral”.

Por ello, se ha elegido como símbolo de Aukerak una mariposa, que representa “la metamorfosis y el cambio” y hace referencia, por el aleteo de las alas, al llamado efecto mariposa, “con el que un simple gesto puede ser el inicio de la transformación”, dijo Artolazabal.

Catálogo de puestos de trabajo

Por su parte, Carlos Roy confió en poner en marcha en este ejercicio un Servicio de Orientación y Acompañamiento integral, para lo cual se realizará un perfilado de las personas internas, se elaborará un catálogo de puestos de trabajo de los talleres productivos y se colaborará con empresas externas. En lo inmediato, el objetivo es “promover el interés de la población reclusa en la formación” y “fomentar el trabajo productivo”.

Además, en 2022 el Gobierno Vasco invertirá seis millones de euros en incrementar las plazas residenciales para que las personas que no dispongan de recursos puedan progresar de grado y cumplir sus penas en régimen abierto.

Trabajadores

El equipo de Aukerak cuenta con la experiencia de la plantilla que formaba parte del Ente estatal TPFE. Son en total 17 personas, 10 en las tres prisiones vascas y el resto en la sede de Aukerak, y según Roy este mismo año se aprobará una RPT para ampliar la plantilla.

Por otra parte, en las cárceles vascas trabajan alrededor de 700 funcionarios que atienden a 1.365 reclusos, tanto en los centros como en tercer grado. Esta plantilla está notablemente envejecida, con una edad media de en torno a 55 años, y por ello se ha cerrado un acuerdo con el sindicato mayoritario, Acaip-UGT, para fijar un margen de dos años en la definición de los puestos y la metodología de trabajo del funcionariado de prisiones vasco.

Una de las acciones concretas que Aukerak quiere llevar a cabo es eliminar la prohibición de que los hijos de internos menores y mayores de diez años puedan compartir tiempo y espacio en las visitas a sus padres y madres.

La norma “no es positiva y no sabemos cuál es la razón”, dijo Artolazabal, quien destacó, por último, que “nada de todo esto tendría sentido si no se tuviera en cuenta a la víctima”, y por ello “cada acción, cada paso, está encaminado a reparar el daño causado y a velar por las necesidades de la víctima”.