- Hay comunicación, pero no hay avances. Así resumían ayer fuentes de la Ejecutiva del PNV la situación del diálogo con el Gobierno español sobre la reforma laboral pactada con los sindicatos CCOO y UGT y la patronal. Los jeltzales se mantienen en el voto en contra y así seguirán hasta que se blinde la prevalencia de los convenios vascos sobre los estatales.

Queda un mes por delante hasta que el Congreso de los Diputados debata si convalida el decreto sobre la reforma laboral, y Pedro Sánchez se resiste a abrir el melón de las cesiones, como la incorporación de una cláusula que blinde la prevalencia de los convenios autonómicos que recoge el acuerdo interprofesional vasco de 2017. En una entrevista concedida a la Cadena Ser, lo fió todo a la abstención de los grupos, y también mantuvo una reunión con portavoces económicos del PSOE para pedirles que hagan pedagogía y se lance una campaña en redes. Su idea es que el PP se abstenga y que, como un efecto dominó, socios de su gobierno como PNV y ERC pierdan capacidad de presión y se abstengan también para no mostrarse en contra del acuerdo entre sindicatos y patronal. Pero, para los jeltzales, este es un argumento tramposo, porque el PNV se debe a la mayoría sindical vasca, que es otra, presidida por ELA y LAB. Tampoco le compran a Sánchez la idea de que los agentes sociales han cedido. “Lo han hecho, pero han logrado otras concesiones. A nosotros, se nos plantea un trágala”, censuran fuentes consultadas por este periódico. Recuerdan que piden una sola concesión.

A Pedro Sánchez se le preguntó si es cierta la información que señala que su ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha llamado al PP para pedirle que se abstenga, y el presidente español fue muy ilustrativo: “El ministro me ha dicho que no pero, en todo caso, me parece pertinente esa llamada”. Sánchez acusó al PP de practicar una “oposición negacionista”. De manera implícita, pidió la abstención de todos: “Hay una mayoría de grupos parlamentarios que estoy convencido de que no van a impedir la convalidación de este real decreto ley tan importante”, dijo.

Pero, en paralelo, los socios mantienen sus exigencias. Desde ERC, Marta Vilalta se ofreció a negociar, pero exige que prevalezcan los convenios catalanes, recuperar la autorización administrativa para los ERE y los salarios de tramitación.

Inés Arrimadas, desde Ciudadanos, volvió a ofrecerse ayer a Sánchez para apoyar esta reforma, si bien sus votos no son suficientes y, en función de las condiciones que ponga, podrían alejar el respaldo de otros grupos. De hecho, la propia Arrimadas planteó su apoyo para que Sánchez no tenga que cumplir las condiciones que exigen ERC, EH Bildu y BNG. No aclaró si votaría a favor o abstención, pero abogó por la responsabilidad para “demostrar que Sánchez siempre puede elegir una alternativa a sus socios radicales separatistas”.

Tampoco existe un discurso uniforme en el Gobierno español. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se abrió hace unos días a tramitar el decreto como proyecto de ley, lo que da margen a que los grupos puedan enmendarlo e incorporar aportaciones. Pero Bolaños aclaró un día después que no tiene por qué ser así, y pidió respetar lo pactado con los agentes sociales. La vicepresidenta Yolanda Díaz, de Unidas Podemos y artífice de la reforma, también apeló al consenso pero evitó aclarar si se tramitaría como proyecto de ley. Bolaños ha parecido estos días el ministro menos flexible.

La coordinadora de Podemos Ahal Dugu y diputada en el Congreso, Pilar Garrido, apostó por trabajar con “intensidad” los apoyos, pero cerró filas sin fisuras con la reforma laboral y opinó que PNV y EH Bildu están “en la escenificación”. Cree que no llegará “la sangre al río” y que no existe “un problema real” con la prevalencia de los convenios aunque, si se añade, “bienvenido sea”. Les afeó que vayan a Madrid a pedir “qué hay de lo mío” en lugar de “ser más colaborativos”, dijo a Europa Press.

“Hay una mayoría de grupos parlamentarios que estoy convencido de que no van a impedir la convalidación”

“El ministro Bolaños me ha dicho que no llamó al PP, pero me parece pertinente esa llamada”

Presidente del Gobierno español