- La detención de Josep Costa coincidiendo ayer con el cuarto aniversario de la declaración unilateral de independencia (DUI) volvió ayer a judicializar el conflicto catalán. El exvicepresident del Parlament fue puesto en libertad sobre las 14.50 horas tras acogerse a su derecho a no declarar como investigado ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por presunta desobediencia cuando formaba parte de la Mesa de la Cámara que presidía Roger Torrent al tramitar resoluciones a favor de la autodeterminación y de reprobación de la monarquía. El dirigente de JxCat dio plantón a la jueza Maria Eugènia Alegret el pasado 15 de septiembre alegando que no asistía porque no reconocía la “autoridad” del tribunal para juzgar ningún acuerdo del Parlament. “No estoy dispuesto a establecer una mesa de diálogo con jueces y fiscales represores que no tienen nociones básicas de lo que es la separación de poderes”, justificó entonces. Los Mossos lo detuvieron a primera hora de la mañana y lo trasladaron a los calabozos del alto tribunal catalán, donde permaneció unas tres horas hasta que hacia las 14.30 horas compareció ante la magistrada para quedar libre apenas un cuarto de hora después.

Ese arresto llevó al president en el exilio, Carles Puigdemont, a censurar que no era “legal” y obedecía a “razones políticas”. Y añadió: “El día elegido por los tribunales de la santa represión para hacer un gesto de autoritarismo tampoco es ninguna casualidad”. El jefe del Govern, Pere Aragonès, proclamó que “ante la represión y la judicialización permanente contra el independentismo: amnistía, autodeterminación e independencia”. Costa, que se tuvo que autodefender porque sus abogados Gonzalo Boye e Isabel Elbal se hallaban en Alemania por motivos laborales, presentará una querella “por detención ilegal” al entender que además fue “desproporcionada y sin ningún tipo de base legal”. “Ordenar el arresto de alguien por un presunto delito que no lleva aparejada pena de cárcel es, lógicamente, desproporcionado y arbitrario, más aún cuando el único motivo es tomarle declaración sabiendo que no va a declarar”, describió.

Costa explicó que cuando fue trasladado ante la jueza lo primero que hizo fue denunciar su “detención ilegal” y pedir que el secretario de la sala le diese poderes para recusar a la jueza, porque tener abierto un pleito en su contra -a raíz de la querella que interpondrá por su arresto- es motivo para apartarla del caso. Antes, hacia las 10.30 horas, había pedido su liberación mediante un habeas corpus interpuesto ante el juzgado 15 de Barcelona. Costa piensa que un juicio por desobediencia se puede celebrar sin el acusado, por lo que no entiende por qué si la vista se puede llevar a cabo sin su presencia, se puede ordenar su detención para conducirlo ante el tribunal en fase de instrucción.

El mundo independentista reaccionó con el lógico enfado. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ilustró el escenario: “Hoy es 27-O y han detenido al exvicepresident del Parlament. El Estado no lo olvida”. Incluso más duro fue el secretario general de Junts, Jordi Sànchez: “Es una provocación más y una muestra de su nula voluntad de diálogo. Es una detención ilegal porque no se puede detener a alguien para que declare por un posible delito que no conlleva petición de prisión. Shame! (Vergüenza)”. Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, también fue expresivo: “La represión no se detiene, nosotros tampoco”. La diputada de ERC y actual vicepresidenta primera del Parlament, Alba Vergés, afeó que el Estado quiera convertir la Mesa del Parlament “en un órgano censor”, y precisó que hay una solución al conflicto que pasa por “aprobar una amnistía general”.

“Me querellaré contra la jueza, la detención es ilegal, desproporcionada y sin ninguna base legal”

Exvicepresident del Parlament

“El día elegido por los tribunales de la santa represión tampoco es ninguna casualidad”

Expresident de la Generalitat