- El lehendakari ha afrontado el décimo aniversario del cese de ETA con un doble mensaje. Por un lado, ha puesto el foco en el recuerdo a las víctimas. Por otro, en clave de futuro, ha llamado a construir la convivencia entre todos, desde una memoria honesta y la transmisión de valores a los jóvenes, y con cierto optimismo por los avances que se están produciendo desde Gogora, el reconocimiento a las víctimas de todo tipo de violencia, o la modificación de la política penitenciaria. Iñigo Urkullu tuvo ayer a la tarde un recuerdo especial para las víctimas ausentes de ETA, las más de 850 que perdieron la vida y no llegaron a ver la nueva Euskadi en paz. En un acto celebrado en el Instituto de la Memoria Gogora, en Bilbao, como colofón de la jornada, el lehendakari vio en estas vidas arrancadas de cuajo el máximo exponente del sinsentido y la injusticia de la violencia.

Urkullu exigió que se reconozca el “error radical” que supuso el recurso a las armas y la estrategia que trató a las personas como meros objetos al servicio de una causa política. Planteó construir el futuro entre todos desde una memoria “honesta” que admita lo sucedido, en un acto cargado de emoción donde también tomó la palabra María Jauregi, hija del gobernador civil de Gipuzkoa asesinado por ETA. Jauregi lanzó igualmente un mensaje a favor de tender puentes y construir el futuro, reconocer a las víctimas de todas las violencias y tener claro que el recurso a las armas nunca tuvo justificación. En ese sentido, el acto se centró en las víctimas de ETA, pero se escucharon mensajes inclusivos contra todas las violencias, también los abusos policiales. El PP estuvo presente, al contrario que EH Bildu.

El lehendakari cerró la jornada con este acto en Gogora, En memoria de las víctimas, construyendo la convivencia. Se proyectó un vídeo para recordar a los ausentes, y un segundo clip en colaboración con EITB con testimonios de niños nacidos cuando ETA ya había decretado su cese, hace diez años. Desconocen lo que es ETA y, para ellos, esa palabra no es más que la conjunción copulativa en euskera. El vídeo tenía la intención de provocar una sonrisa pero también de poner el foco en la transmisión de padres a hijos, y en él aportaron sus reflexiones Naiara Zamarreño (hija del concejal del PP asesinado por ETA), Jon Doral (hijo del ertzaina también asesinado por la organización ya disuelta) y María Jauregi.

Urkullu no quiso señalar a nadie, pero sus declaraciones llegan después de que EH Bildu y Sortu admitieran que el dolor padecido por las víctimas nunca debió producirse. Urkullu coincidió en que las víctimas necesitan una muestra de solidaridad, pero no solo eso, sino también “una valoración crítica” que admita que el dolor que padecieron “fue injusto”. La propia EH Bildu se ausentó del acto. No envió representación parlamentaria (no estuvo Julen Arzuaga, la representación habitual en Gogora), ni tampoco acudió Jone Goirizelaia desde el Ayuntamiento de Bilbao. Sí asistieron representantes de los grupos parlamentarios del PNV, PSE, Elkarrekin Podemos-IU y PP+C’s (Carmelo Barrio excusó su presencia por un problema, pero el grupo garantizó su representación con Luis Gordillo). El Gobierno Vasco acudió casi en pleno.

El lehendakari comenzó con un recuerdo a las víctimas ausentes, “que no han podido desarrollar y culminar sus proyectos de vida”. Defendió que “ningún ser humano es un objeto cuya vida pueda ser instrumentalizada por nadie para ninguna causa”. “Recurrir al terrorismo, como hizo ETA, es arrogarse la capacidad de decidir sobre la vida y la muerte de otras personas. Es un error radical. Un error ético, político y democrático”, dijo, para añadir que nunca tendría que haber existido y que el fin de la violencia no debe llevar sin más a pasar de página. “Las víctimas necesitan reconocimiento y solidaridad. Pero, además de eso, se debe hacer una valoración crítica de la actitud que generó todo ese dolor. Para construir un futuro honesto, justo, se debe reconocer que el daño causado a las víctimas fue injusto”, zanjó. Pidió condenar ese dolor y rechazar el uso de la violencia para lograr objetivos políticos.

A partir de ahí, puso en valor que se está “avanzando” gracias al Instituto Gogora, las leyes de reconocimiento de las víctimas del terrorismo y del abuso de poder, la política penitenciaria “se ha modificado” y se están realizando estudios para clarificar el pasado. “Avanzamos en las iniciativas de educación para los derechos humanos, la convivencia y la memoria. Vamos a profundizar en la justicia restaurativa”, añadió. Urkullu opinó que Euskadi avanza porque tiene “la determinación de acompañar a las víctimas”. Apostó por “construir un futuro entre todas y todos”.

María Jauregi defendió que “la juventud tiene que conocer todo el sufrimiento que hemos padecido aquí, con el único objetivo de que no se vuelva a repetir”. Aclaró que se debe transmitir “sin odio”, porque ese odio genera más sufrimiento. Puso como ejemplo que ella misma hablará a sus hijos sobre su abuelo, y que lo asesinaron por no compartir sus ideas políticas. Pero también citará otras historias, que nunca deberían haber sucedido y que no solo se refieren a víctimas de ETA, sino a los GAL o los abusos policiales. Aludió a Joxi Zabala y Juan Carlos García Goena, entre otros.

“Para construir convivencia, además de a las víctimas de ETA, tenemos que tener en cuenta a todas las víctimas de las diferentes violencias que hemos padecido en este país. Las fuerzas de seguridad del Estado también han vulnerado derechos”, recalcó. Jauregi concluyó asegurando que “el uso de la violencia jamás ha tenido, ni tendrá, justificación alguna”, y que el futuro se debe construir “entre todos y todas”. “La sociedad es plural y debemos respetarnos mutuamente. A través del diálogo debemos intentar buscar puntos de encuentro entre diferentes, construyendo puentes, sin dejar a nadie atrás”, dijo.

El acto estuvo plagado de guiños, como la participación del grupo de dantzaris Kukai, el mismo que actuó en la jornada de reconocimiento de las víctimas de abusos policiales. Estuvieron presentes, además, afectados por otras violencias del Foro de Víctimas de Bilbao. También cantó la soprano Klara Mendizabal, nieta de José Antonio Santamaría, exjugador de la Real Sociedad asesinado por ETA en 1993 en la Tamborrada. Las canciones eran de Imanol.

Se pudo ver a una veintena de familiares de víctimas de ETA, como Mari Carmen Hernández, viuda del concejal del PP Jesús Maria Pedrosa; Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea; y Jordi Lidón, hijo del juez José María Lidón. Urkullu estuvo acompañado por la consejera Beatriz Artolazabal, y la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro. Cerró en Gogora una jornada que comenzó con la transmisión a los jóvenes para garantizar que nunca se repita lo sucedido. El encuentro con universitarios en Azkuna Zentroa culminó con un mensaje: “Konfiantza”. Se abrirá un proceso de escucha a los jóvenes.

“Avanzamos; hace falta una memoria honesta que mire al futuro, un futuro a construir entre todos”

Lehendakari

“Para la convivencia, además de a las víctimas de ETA, hay que tener en cuenta a todas”

Hija de Juan Mari Jáuregui