l 19 de octubre de 1936, a través de un decreto del constituido Gobierno Provisional del País Vasco se adoptaron oficialmente como símbolos vascos la ikurriña y el escudo de Euzkadi. Esta institución se constituyó el 7 de octubre de 1936, durante la guerra militar tras un golpe de Estado fallido, bajo la presidencia del lehendakari José Antonio Aguirre, del PNV. Esta semana se han cumplido 85 años de la efeméride.

Desde Sabino Arana Fundazioa valoran que los símbolos poseen un papel imprescindible y su expresión visual son los emblemas, que poseen una carga simbólica para un colectivo y buscan reproducir unos ideales políticos, culturales y sociales determinados. “Los símbolos vascos que se institucionalizaron por primera vez fueron la ikurriña, como bandera, y el escudo de Euzkadi”, aportan.

Los dos primeros artículos del decreto gubernamental hacían referencia a la formación de ambos símbolos. Así, en el primero se pormenoriza que el emblema del Gobierno de Euzkadi consistirá en un escudo de cuatro cuarteles, circundado de una corona de hojas de roble e integrado, por su orden, por las armas de “Araba, Bizkaya, Gipuzkoa y Navarra” -con esta grafía publicados entonces-, en sus propios colores, eliminando de ellas los atributos de institución monárquica o señorial y de luchas fratricidas entre vascos, y agregando los símbolos de su primitiva libertad.

El segundo artículo hacía referencia a la ikurriña del siguiente modo: La bandera de Euzkadi llevará sobre fondo rojo bermellón un aspa verde vivo y superpuesta una cruz blanca, los cuales llegarán, respectivamente, hasta los ángulos y los puntos medios de los lados de la bandera. La anchura de las bandas de estas figuras será de 0,20 metros cada una para un pabellón de cinco metros en horizontal y dos metros ochenta centímetros en vertical, reduciéndose o ampliándose proporcionalmente las medidas según el tamaño total de la enseña.

“Unos días más tarde se realizó una modificación en cuanto a las medidas de las cruces de la ikurriña, con lo que fueron más anchas que en su diseño original. La medida adoptada, al parecer, era para que se distinguiera mejor en los buques durante la guerra”, apostillan desde Sabino Arana Fundazioa.

El exsenador Iñaki Anasagasti recuerda un dato curioso al respecto. Comienza aportando que desde los hermanos Arana la enarbolaran en Castejón -merindad de Tudela-, “la ikurriña había dado en el clavo por su vistosidad, sus colores llamativos y alegres y por haber sido asumida por un combativo nacionalismo vasco de tal forma que no solo en Euzkadi sino en todo el mundo era la bandera conocida”. Llegada la guerra y constituido el primer Gobierno Provisional del País Vasco el 7 de octubre de 1936, este ejecutivo debía aprobar sus símbolos y denominación y lo hizo en la primera sesión.

Y aquí llega la curiosidad poco conocida. Santiago Aznar Sarachaga (Bilbao, 1903-Caracas, 1979), consejero socialista del Gobierno Vasco y responsable de Industria y Navegación, “tenía problemas con el enarbolamiento de los buques originándose verdaderas trifulcas en cubierta entre los sindicatos y los partidos. En esa tesitura, consideró que la ikurriña era en ese momento la bandera más representativa y la propuso siendo asumida sin votación por los republicanos, el consejero comunista, socialistas y nacionalistas y aprobada su obligación de enarbolarla”.

Anasagasti glosa que consta del siguiente modo en el Diario Oficial del Gobierno Vasco con la especificación de sus dimensiones ya conocidas líneas más arriba. “Desde entonces fue la bandera de Euzkadi, superando aquella frase que dijo Fraga Iribarne en Venezuela de que antes de que se izara la ikurriña había que pasar por encima de su cadáver en 1978. Aprobado el Estatuto de Gernika en 1979, la ikurriña es, como en 1936, la bandera oficial vasca”.

En 1994, Sabino Arana Fundazioa recibió la entrega de una doce de históricas y emblemáticas ikurriñas. El acto se llevó a cabo en el marco de la celebración a mediados de aquel julio del centenario de la primera aparición en público de la enseña de los vascos y las vascas. Una exposición titulada Ikurriña, 1894-1994. Cien años en la vida de Euskadi permitió verlas todas. Fue el presidente del Bizkai Buru Batzar de PNV, Luis María Retolaza, quien se encargó del discurso de agradecimiento por la entrega de las bicrucíferas. Las familias que las cedieron lo hicieron en Sabin Etxea.

La más antigua databa de 1907 y procedía de Güeñes. También entregaron otras de batzokis o de agrupaciones locales, de la organización de mujeres Emakume Abertzale Batza y de batallones nacionalistas, entre otros. Como curiosidad también estuvo presente las que ondearon en el coche del lehendakari Leizaola. El propio Retolaza donó para la exposición la enseña que presidió durante décadas el despacho del vicelehendakari en el exilio Joseba Rezola.