- ERC apostará por la mesa de diálogo aunque se quede sola. Los republicanos trasladaron ayer este mensaje a sus socios tanto en el Congreso como en el Parlament después de que la detención de Carles Puigdemont en Cerdeña haya acrecentado la desconfianza de Junts en este foro. "No intentar una negociación es rendirse, y nosotros no lo haremos", zanjó en la Cámara catalana el republicano Josep Maria Jovè mientras Pere Aragonès echaba fuera el balón de la CUP, que le instó a fijar fecha para el referéndum antes de 2025. "Somos conscientes de que tenemos delante un muro, el del Estado, pero necesitamos abrir grietas profundas y adaptar las estrategias a los aprendizajes adquiridos", sostienen desde Esquerra. Una visión de la jugada que llegó en paralelo al señalamiento de JxCat al Gobierno de Pedro Sánchez.

La posconvergente Miriam Nogueras le avisó de que el arresto del expresident fue "un putiferio y lo ha cambiado todo", dando por muerta la mesa, "una cortina de humo", al creer que no se puede negociar con quien "no manda" y está en manos de "instituciones que abanderan el fascismo". "Han inventado un diálogo ficticio como solución al problema de Catalunya, así tienen a los catalanes calladitos durante unos años y a la vez pueden seguir utilizándola como excusa para rascar votos a la derecha", se explayó la portavoz de Junts en la Cámara Baja. Y remató echando en cara al Ejecutivo de Sánchez su relato que presenta a los independentistas como "el terror de una España ejemplar", acusándole de haberles "pegado, encarcelado y enviado al exilio", de tener "ilegalmente intervenidos" los móviles de muchos de ellos y de achacarles "terrorismo".

Meritxell Batet tomó la palabra tras el segundo turno de Nogueras para reprenderla por utilizar "términos absolutamente inadecuados para el decoro y la dignidad de la Cámara". La posconvergente le solicitó la palabra para defenderse, pero la presidenta de la Cámara se negó. Sánchez tiró de ironía comparando el discurso de Nogueras con el de un jugador de la NBA (Kyre Irving) que dice que "detrás de las vacunas hay una conspiración" y quieren "conectar a los negros con un ordenador que tiene un plan satánico". "Ni usted misma se cree lo que está diciendo hoy aquí", le recriminó.

El debate de política general en el Parlament evidenció que el independentismo carece de estrategia conjunta hacia su objetivo. Después de que el president indicara a JxCat y la CUP que no hay "atajos mágicos" para la independencia, el partido de Puigdemont conminó a rehacer la unidad y apeló a ERC a trabajar la cultura de la coalición en el Govern porque no es un "gobierno de subordinación". El presidente de Junts, Albert Batet, está seguro de que Moncloa supervisó la operación contra el expresident y consideró que no se puede negociar con un Estado que vulnera el estado de derecho y se salta la justicia europea. "Dejen de hacer el ridículo", le espetó al líder del PSC, Salvador Illa. "Llegará un día, esperemos más pronto que tarde, que Puigdemont volverá a Catalunya como ciudadano libre, como presidente del 1-O y como presidente legítimo, su vuelta y la del resto de exiliados representará la recuperación de la libertad de nuestro país", verbalizó. "Lo que ha pasado es tan grave y evidente que, aunque algunos lo quieran, no lo podemos esconder, obviar o maquillar", señaló a Aragonès, a quien recordó que el Govern está formado por partidos que lograron un empate técnico en las elecciones.

Mientras, el president tuvo que afanarse en pedir a la CUP que se ciña al pacto de investidura, que no incluye "fechas concretas" para el referéndum, aunque reconoció como "insuficiente" la agenda del reencuentro de Sánchez. El cupero Carles Riera aseveró que su formación ha pasado "del escepticismo a la perplejidad" con respecto a la mesa, que ven como "un fracaso rotundo". "El referéndum es el elemento que más tensiona al Estado y es legible por la comunidad internacional", añadió, antes de reclamar que se aproveche la posibilidad del que se pueda celebrar en Escocia. "Exploren lo que quieran pero ya les decimos que no obtendrán ni una gota de agua", recalcó. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, apeló a la CUP a dar un paso adelante sin "congelar el conflicto en 2017".