- Año y medio de pandemia han afectado al funcionamiento interno del PNV, que siempre se ha preciado de tener una conexión a pie de calle con la sociedad vasca a través de sus batzokis, que le permiten poner el termómetro a las preocupaciones ciudadanas. Los jeltzales han visto cómo sus sedes sociales han estado condicionadas durante los últimos meses por las restricciones. El PNV pretende ahora reconectar con la sociedad a través del proceso de escucha activa que anunció el presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, el pasado domingo en las campas de Foronda durante el Alderdi Eguna.

En concreto, este proceso es la continuación de la apertura a expertos sin carné de partido y personas que no están integradas en la estructura del PNV que ya adelantó el año pasado el propio Ortuzar en una entrevista en DNA. Anunciaba que el PNV había realizado un ejercicio de apertura a personas que no son militantes, y que ese ejercicio se vería en la próxima Asamblea General. Apostaba por crear un punto de encuentro para recibir inputs desde fuera, la plataforma E-erakundea, a través de las redes sociales, para que tomaran parte en ella personas que se mueven por el mundo y no pueden integrarse en las estructuras de las asambleas municipales, o que por su actividad profesional no pueden militar en un partido. En los últimos meses, el PNV ha realizado un trabajo previo de diagnóstico con varias personas. Ahora, en los próximos dos años, se va a abrir una fase para hablar con la ciudadanía y, en una tercera etapa, se actualizará el ideario del PNV con sus aportaciones.

Se busca actualizar el ideario con las preocupaciones del nuevo mundo: digitalización, cambio climático, sostenibilidad, igualdad entre hombres y mujeres, crisis demográfica, y el refuerzo de las políticas sociales públicas. Este jueves, la Asamblea Nacional podrá fecha y lugar a la Asamblea General, que a finales de noviembre dará a conocer el mecanismo exacto de esa dinámica.

Andoni Ortuzar deslizó este domingo que sería una especie de actualización de Think Gaur, el proceso de reflexión con el cual el PNV imaginó la Euskadi de 2020. Tras un año y medio con el motor interno al ralentí, los jeltzales quieren intensificar su relación con la sociedad vasca.

Los detalles se conocerán en la Asamblea General que está pendiente desde el estallido de la pandemia y que podría tener lugar a finales de noviembre (la fecha se conocerá el jueves). Ese proceso quedó en suspenso y solo se adoptó la solución de mínimos, la renovación de la Ejecutiva del PNV; y se dejó para más adelante el debate de los cambios estatutarios, como que un militante pueda ser suspendido si está siendo investigado por violencia de género. También se apuesta por activar mecanismos de conexión con la diáspora.