- No había pasado un día del encuentro bilateral en la mesa de diálogo cuando el Govern tuvo que salir ya ayer al paso de Moncloa para replicarle sus impresiones acerca de la pulsión independentista. No en vano, el Gobierno de Pedro Sánchez da por muerto el procés e insta a consensuar una mayor capacidad de autogobierno bajo los parámetros de la Constitución. Fue la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, quien tuvo que parar los pies a su homólogo Félix Bolaños recordándole que “esto no se va a terminar porque haya 44 acuerdos menores en infraestructuras y cercanías de Renfe. Esto no es el conflicto político”. Previamente, el ministro de Presidencia había asegurado que “el proceso soberanista se está acabando” y que ahora se está iniciando una nueva etapa para buscar soluciones a un conflicto que solo se puede producir a través del “diálogo”. “Al final en Catalunya lo que quiere la gente es que solucionemos sus problemas”, argumentó, entre los que enumeró la ejecución de los fondos europeos, que el proceso de vacunación vaya a muy buena velocidad y que exista un crecimiento económico importante. La dirigente de Esquerra, también en la Cadena Ser, le respondió que los catalanes tienen “un deseo muy fuerte de querer decidir” sobre la independencia, advirtiendo al Ejecutivo español de que “no se van a quedar en casa” aunque se consensúen temas importantes entre ambas administraciones, que a su juicio deben resolverse en otros foros como las comisiones bilaterales.

La visión de Moncloa es, desde luego, diametralmente opuesta a la que se respira en la Generalitat pese a las diferencias en el mundo soberanista. La responsable de Política Territorial, Isabel Rodríguez, reiteró las palabras de Sánchez para rechazar el referéndum y la ley de amnistía, y se limitó a apostar por avanzar en el autogobierno con los mecanismos que prevé el Estatut y la Carta Magna, acuerdo que después se sometería a votación. Un regreso a la estación previa a la sentencia del Constitucional de 2010. “Empieza algo nuevo”, destacó en Catalunya Ràdio. “La responsabilidad política es tener claro lo que se pregunta a la ciudadanía cuando se recurre a ella para qué dé su opinión. Y, sin duda, siempre que haya que preguntar será sobre acuerdos, no sobre discrepancias”, expuso la ministra portavoz, que ve probable que la próxima cita de la mesa se celebre en Madrid. Por su parte, el líder del PSC, Salvador Illa, señaló que ese diálogo debe complementarse con otro interno en Catalunya, que defiende que se produzca entre los partidos representados en el Parlament.

Entre tanto, Aragonès, que ayer trasladó a su vicepresident Jordi Puigneró lo acontecido en la cumbre del Palau, para dar fe de ello a Junts tras su exclusión, afirmó en una entrevista en The New York Times que quiere explorar la posibilidad de crear una ley en el Estado que permita legalizar la celebración de un referéndum de independencia. “Lo importante es que hay voluntad política” para alcanzar un acuerdo, indicó en el diario, donde se le describe como un “político independentista moderado que asumió el cargo prometiendo diálogo, y ha hecho frente al escepticismo de los partidos catalanes de línea dura”. Un objetivo que, según Vilagrà, es posible “en el marco de la actual arquitectura jurídica”. El president evitó ahondar en la crisis con Junts y, en declaraciones a RAC1, se mostró partidario de ofrecer asimismo un “papel” a sus dirigentes a medida que avance el proceso. “En esta negociación nos hemos de acabar implicando todos”, zanjó.

Jordi Turull, uno de los representantes de JxCat vetados para conformar la delegación catalana, cree que esa decisión tiene su origen en el rechazo de Moncloa de sentarse junto a los presos soberanistas indultados, y le mandó un recado a Aragonès. “Si nuestro secretario general, Jordi Sànchez, es bueno para encerrarse con él y firmar un acuerdo que le hace presidente de la Generalitat y llegar a un acuerdo de gobierno, tiene que ser bueno también para estar a su lado dialogando con el Estado”, justificó en TV3. Además, al exconseller no le parece bien la “actitud” del Estado de defender un diálogo con el Govern “sin prisas, pero sin pausa y sin plazos” por una cuestión muy clara y que en este caso comparte Aragonès: “La represión sí que va con mucha prisa en este país”.

Por la trama rusa. Carles Puigdemont votó a favor del informe del Parlamento Europeo sobre la relación con Rusia que incluye la petición de estudiar los lazos del independentismo con la Inteligencia rusa. La petición de una investigación en profundidad fue incluida como enmienda en un informe más amplio en el que se pide a la UE que no reconozca a la Duma estatal rusa y suspenda a Rusia de organismos como el Consejo de Europa si los comicios legislativos del próximo domingo son considerados fraudulentos. La paradoja es que Puigdemont y los exconsellers han apoyado el informe en su totalidad pese a que pone la lupa sobre los contactos del secesionismo con el Kremlin. El documento se aprobó con 494 votos a favor, incluyendo el apoyo de Junts, 103 en contra y 72 abstenciones. Eso sí, Puigdemont cree que la enmienda busca “por la puerta de atrás” fomentar una acusación “infundada” contra el independentismo catalán.

“El proceso soberanista se acaba, lo que la gente quiere es soluciones para sus problemas”

Ministro de Presidencia

“Los catalanes tienen un deseo muy fuerte de querer decidir y no se van a quedar en casa”

Consellera de Presidència

“No comparto el diálogo sin prisas porque la represión sí que va con mucha prisa en este país”

Vicepresidente de Junts