Si a Pablo Casado le disgustó la buena acogida de los indultos por parte del prelado catalán, a buen seguro que le chirría más la posición adoptada por los obispos españoles, que instan al “abandono de las actitudes inamovibles” en todas las situaciones de conflicto, en clara alusión a la postura adoptada por la derecha y, singularmente, por el PP en este asunto.

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, aseguró ayer que comparten con sus homólogos catalanes la apuesta “por el diálogo y las medidas de gracia”, como ya señaló la Conferencia Episcopal Tarraconense, aunque reconoció que dentro de la Iglesia española hay “opiniones diferentes” en cuanto a la concesión realizada por el Gobierno de Pedro Sánchez a los presos independentistas.

“Los indultos ya se han producido. Nosotros hemos querido hacer un ejercicio en la Conferencia Episcopal Española de la que formamos parte obispos con diversas sensibilidades y diversas opiniones sobre cómo podría organizarse la vida política y social. Y profundizar en la nota de los obispos catalanes para desde ella extraer unas consecuencias que seguramente ponen acentos distintos, pero nosotros estamos, como ellos, por el diálogo”, explicó Argüello. Aseguró en este contexto que todos los prelados españoles defienden “la aplicación de la ley, que se respete la justicia”, y calificó de “valiosa” la llamada hecha por los obispos catalanes. “Ahora que los indultos ya se han producido, que han salido a la calle, tendríamos que subrayar este aspecto de que las actitudes inamovibles no ayudan a construir la sociedad”, insistió, recogiendo el sentir de los obispos durante la reunión mantenida en Madrid.

A juicio de los obispos españoles, un asunto “cada vez más enquistado no se puede resolver solo desde el sentimiento”. Por ello, reconocen el “esfuerzo” que han hecho los prelados catalanes por “discernir” en esta situación “que divide a la sociedad catalana y que también puede causar tensiones fuertes en la sociedad española”. El portavoz de la CEE añadió que para que el “diálogo” no sea “una palabra hueca” debe “incorporar la escucha del otro, nombrar también los aspectos en los que no se está de acuerdo y abordarlos desde un marco compartido”.

Por todo ello, invitan a invocar “la razón” y abordar “la verdad sobre una gozosa historia compartida y la verdad también de una insatisfacción que muestra un numeroso grupo de catalanes sobre la situación de Catalunya en su relación con el resto de España”. “Lo importante es ver en qué medida esa insatisfacción responde a argumentos legítimos o si es interesada, y seguramente haya de las dos cosas”, precisó Argüello. En cualquier caso, los obispos españoles creen que “la Constitución no es un dogma”. “No consideramos que sea como las Tablas de la Ley, pero marca un campo de juego para que incluso su propia modificación sea planteada en los propios términos que la Constitución establece”.

Recursos

PP, C’s y Vox se preparan para la batalla judicial. Inés Arrimadas (C’s) presentó un recurso ante el Supremo a título personal, junto al actual portavoz naranja en Catalunya, y José María Espejo, diputados del Parlament en 2017 y, por tanto, “perjudicados directos”, como argumentan en el recurso, admitido a trámite. Aparte, pidieron medidas cautelares. El PP estudia los argumentos jurídicos y baraja que el requisito de legitimación para interponerlo no solo contemple la alegación de Casado como perjudicado directo por ser señalado por los CDR. Santiago Abascal (Vox) también fue al TS pero sin explicar el contenido del recurso, aunque alegan haber sido acusación popular en la causa.