- El recuento por territorios que realiza el informe de la comisión de abusos policiales deja como resultado una espectacular incidencia en Bizkaia. Concentra 39 de los 55 expedientes en estudio, frente a los 10 de Gipuzkoa, cuatro de Araba, uno de Nafarroa y otro de Madrid. La inmensa mayoría son del periodo franquista y la Transición. Esta incidencia en Bizkaia se explica poco después en el informe. En esta primera tanda de reconocimientos, se ha constatado que “la zona de Busturialdea (Gernika y Bermeo) y Bakio, por extensión, fue objeto de especial atención por parte de las fuerzas policiales, que protagonizaron actuaciones desproporcionadas que extendieron un clima de miedo y tensión entre la población. Muchas detenciones fueron indiscriminadas”, explican.

Se citan algunos casos concretos, como la detención de una veintena de personas que fueron introducidas en un autobús de línea de madrugada para ser conducidas al cuartel de la Guardia Civil de Bermeo. “Todas ellas fueron puestas en libertad sin cargos, excepto cuatro, cuyo caso fue sobreseído, sin juicio, más adelante”, se detalla.

El informe menciona que las detenciones se repetían de manera cíclica, “perpetuando un clima de arbitrariedad y control social mediante el terror y el abuso de autoridad”. Se cita como ejemplo la detención de una mujer, al no encontrarse su hermana en casa. “La madre, enferma, se quedó sola, y a ella la introdujeron en uno de los Land Rover, donde la tuvieron dando vueltas y vueltas por la localidad a ver si aparecía su hermana. Tiritaba de miedo. No sabía qué le querían hacer. No le dijeron que estuviera detenida, ni le enseñaron papel alguno, ni la acusaron formalmente de nada (...). Ella no sabía dónde se encontraba su hermana. La tenían a modo de señuelo o reclamo, y le decían: si no aparece dentro de un tiempo, te llevamos a Bermeo, al cuartel”. Finalmente, se presentó su hermana en el cuartel. Entonces, los agentes le dijeron que se fuera a casa, sin más explicaciones”, se relata.

La ley tiene por objeto centrarse en las víctimas y reparar el daño sufrido, y no se centra en esclarecer la autoría de los abusos ni trata de suplantar la labor de los tribunales, un matiz clave para que haya superado la criba del Tribunal Constitucional. De ahí que ni el informe ni el Gobierno Vasco ofrezcan más detalles sobre la autoría de esta campaña en Busturialdea. En aquella época, controlaba el cuartel de la Guardia Civil el capitán Manuel Hidalgo Salas, quien desató una oleada de quejas y acusaciones por su crueldad y fue finalmente trasladado a León.