- Representante de notable influencia en el Partido Popular vasco, Raquel González defiende un centroderecha fuerte liderado por su partido, por ejemplo de cara a las elecciones municipales y forales de 2023 en Euskadi.

Es conocida la postura del PP contraria a los indultos por el 'procés'. Sin embargo, obispos, empresarios y sindicatos se han mostrado a favor de esta medida. ¿Está calando el mensaje de Moncloa?

—Los empresarios han rectificado porque se malinterpretaron sus palabras. En ningún caso estaban a favor de los indultos y aunque lo estuvieran el PP mantiene su postura, lo que significa estar a favor de la democracia y la justicia para todos. Los indultos marcan un antes y un después, atacan directamente a la democracia con todas las altas instancias judiciales haciendo informes contrarios y un señor que va en contra de la justicia porque sí y deja al español de a pie vendido.

¿Es adecuada una campaña como la recogida de firmas contra los indultos, teniendo en cuenta el precedente del Estatut?

—Hemos sacado las carpas a la calle porque hay mucha gente que, sin ser del PP, está en contra de los indultos pero le cuesta más venir a tu sede, por lo que se lo hemos puesto fácil. La verdad es que en Bizkaia ha tenido muy buena acogida, llevamos un ritmo elevado de recogida de firmas. Queremos que el presidente sepa que hay una gran mayoría de españoles, además de la justicia, que no están de acuerdo con esto. Lo que va a hacer va a ser indigno para todos, incluso para él mismo.

La última concentración en Colón, ¿resultó más beneficiosa para Vox que para el resto de partidos que la secundaron?

—Tiene que resultar beneficiosa para los españoles, no era una concentración de partidos, los partidos nos sumamos a una iniciativa civil. Los partidos lo que hacemos es canalizar el sentimiento de los españoles en función de lo que está más acorde con el ideario que defendemos. En este caso nosotros seguimos estando totalmente en contra de los indultos y de hecho creo que defendemos también a muchas personas que en público dicen una cosa pero en privado dicen otra.

La transferencia de prisiones a Euskadi se hará efectiva el 1 de octubre, y el Gobierno vasco ya está trabajando en un modelo basado en la reinserción. ¿Qué le parece?

—¿La reinserción significa que va a haber privilegios para esos presos que han venido al País Vasco? Presos terroristas que estaban dispersos por pertenecer a banda armada. La pregunta es cómo van a disfrazar los beneficios que les van a dar. Han hecho un hincapié inaudito en conseguir la transferencia en tiempo récord, incluso han llegado a amenazar con retirar el apoyo al Gobierno central si no conseguían las prisiones. La pregunta es por qué no se hace ese hincapié en las cosas que benefician a todos y no solo a esos poquitos. Aquí hay que poner a los vascos por encima de todo, y eso el PNV hace mucho que no lo hace.

¿Cuál es su postura sobre los 'ongi etorris'? ¿Qué le pide a la izquierda abertzale?

—La izquierda abertzale siempre dice que vivimos en el pasado pero resulta que los únicos que reviven el pasado cada día son ellos. Yo les pediría que asuman que aquello estuvo mal y que tienen que pedir perdón. Que se olviden de la teoría del conflicto porque aquí hubo asesinos que decidieron matar a gente inocente por pensar diferente. Cuando entiendan que hay que resarcir a esas personas que murieron o que perdieron a un familiar solamente por vivir aquí, se podrá solucionar.

En su discurso durante el congreso extraordinario en el que fue reelegida presidenta del PP de Bizkaia cargó duramente contra el PNV. ¿Cómo valora la gestión del Gobierno Vasco en temas como la pandemia?

—Aquí en el País Vasco no estamos acostumbrados a que nadie señale que el lehendakari está desnudo pero es la verdad. Hemos sido la última comunidad en vacunación, hemos sido la comunidad con más restricciones de todo tipo y teníamos los índices de contagios más altos... Creo que se ha hecho todo muy mal y no se ha querido rectificar por no reconocer que otras comunidades, como por ejemplo Madrid, lo estaban haciendo muy bien y se podía haber copiado su modelo hace mucho tiempo y haber salido adelante.

Fueron muy críticos después de que la Eurocopa abandonara Bilbao. ¿La compensación económica y las tres finales que acogerá la ciudad le parece que palian la situación?

—Es un premio de consolación. Bienvenido sea pero la situación agónica de los comercios y de los autónomos es ahora. Había muchísimos hoteles que iban a volver a abrir porque tenían las reservas de la Eurocopa que se han marchado a Sevilla porque las condiciones leoninas que puso Urkullu sabía que eran incumplibles. Creo que puso su ideario nacionalista por encima del bien de los vascos. El nacionalismo empobrece.

Con Ciudadanos a la baja, ¿tiene futuro la coalición en el Parlamento Vasco?

—Creo que la coalición fue un gran acierto en el momento en el que estábamos, especialmente en el País Vasco. Había que hacer entender que el centroderecha tenía que estar unido. Mientras el centroderecha siga repartiéndose en distintos partidos, habrá más sanchismo-comunismo o nacionalismo, en nuestro caso. Todas aquellas personas que se identifiquen con el centroderecha necesitan un partido fuerte que sea una alternativa real. Y para eso no puede haber distintas sucursales, debe estar la casa madre, que es el PP, a la que se sumen todos las demás y que seamos un bloque fuerte que ofrezca esa alternativa.

Elkarrekin Podemos ha acordado con el PNV y el PSE su apoyo a la Ley Antipandemia, lo que puede abrir la puerta a más colaboraciones futuras. ¿Cuál es el terreno de juego que le queda a PP+C's?

—Yo veo ahí a un PNV peligroso. Lleva una línea política con Bildu para no perder a ese votante radical; va siempre de la mano del PSE, aunque el PSE esté completamente mimetizado con ellos y ya no sea ni partido, es una extensión del PNV; y ha pactado en esta ocasión la Ley Antipandemia con Podemos como pactó el año pasado los presupuestos, lo que me parece muy peligroso. La economía en manos de Podemos es un peligro para todos, lo hemos visto en España, arruinada. El PNV les tendió la mano y estoy convencida de que los vascos no quieren un sistema comunista en nuestro territorio. El PP lo único que hace es ser esa alternativa de cordura y esa forma libre de vivir, que cada uno tenga las mismas oportunidades y que pueda decidir su vida sin rendir pleitesía en ningún batzoki.

¿Están por tanto abocados a coincidir con EH Bildu y Vox en las tareas de oposición?

—El PP está abocado a defender siempre aquello en lo que cree, y que cree que es lo mejor para los vascos. Si en algún momento hay otro partido que está en ese punto de encuentro, podemos coincidir, pero no porque coincidamos con esos partidos, porque nosotros tenemos un ideario, unos principios y una forma de entender el gobierno que siempre vamos a defender. Si alguno, en su fluctuación, entra en nuestro círculo de acción, ocurrirán estas cosas. Pero lo que es evidente es que llevamos nuestra propia hoja de ruta y de ahí no vamos a salir. Porque donde se ha aplicado ha funcionado y lo volveremos a hacer con Casado después de Sánchez.

La victoria electoral y reelección de Isabel Díaz Ayuso, ¿refuerza el liderazgo de Pablo Casado? ¿O todo lo contrario?

—Por supuestísimo. Cualquier éxito de cualquier miembro del PP siempre es un éxito especialmente del presidente, que fue el primero que eligió a Isabel Díaz Ayuso. Ella ha ganado esa presidencia de Madrid con su maravillosa forma de actuar y de contener el sanchismo y el comunismo de Iglesias, pero la decisión final siempre fue de Casado.

Se ha afirmado que la sede del PP vasco está ahora mismo sobredimensionada. ¿Se ha tomado alguna decisión al respecto?

—Sobredimensionada no lo sé, pero lo que sí está es muy mal ubicada. Hace cuatro años yo llevaba en mi programa recuperar la calle porque era el momento de que todo el mundo se acostumbre a ver el logo del PP, que sepa que el PP está aquí para todos. Entiendo que en aquellos tiempos negros había que estar aquí arriba, en un edificio vigilado, pero ya no estamos amenazados de muerte y podemos volver a la calle. Es una de las espinitas de mi legislatura anterior, estaba muy avanzado porque estamos en ello pero 2020 ha sido nefasto en todos los sentidos, todo tuvo que paralizarse y ahora hay que empezar de nuevo.

También se ha insistido en sede judicial en que no solo la sede de Génova, sino también la de Euskadi, se sufragaron de forma opaca, con dinero en efectivo de empresarios.

—Esta sede tiene muchos años, cuando llegué ya estaba aquí, pongo la mano en el fuego por lo que ha hecho mi comité de dirección desde 2017, igual que por el presidente Casado, que es absolutamente ajeno a todas las cosas que se están escuchando continuamente.

¿Cómo vive los interminables procesos judiciales contra el PP? Lo último, la imputación de María Dolores de Cospedal.

—Es una tristeza ver todo ese tipo de cosas porque Bárcenas, los ERE de Andalucía o el 3% de Pujol hacen mucho daño a la política en general. Te meten en una espiral de descrédito en la que tienes que responder a algo que ni siquiera conoces hasta que consigues que el ciudadano vuelva a conectar contigo.

"La pregunta es cómo van a disfrazar los beneficios que les van a dar a los presos que estaban dispersos por pertenecer a banda armada"

"En el País Vasco no estamos acostumbrados a que nadie señale que el lehendakari está desnudo pero es que es la verdad"

"Mientras el centroderecha siga repartido, habrá más nacionalismo o sanchismo-comunismo. Debemos ser un bloque fuerte, una alternativa"

"Veo a un PNV peligroso que lleva una línea política con Bildu, va de la mano de un PSE mimetizado y deja la economía en manos de Podemos"