- El bloque de la investidura avala los indultos a los presos del procés. La medida de gracia que se dispone a tramitar el próximo martes el Gobierno de Pedro Sánchez quedó refrendada ayer en el Congreso con una fotografía clara de la polarización que suscita una concesión que el independentismo abraza para “mitigar el dolor” de los encarcelados, pero señalando que no son la solución para el conflicto catalán y exigiendo la amnistía. Moncloa se va sacudiendo la presión de la derecha, que piensa judicializar el asunto, y se felicita por una estrategia de distensión que espera lleve a la “concordia” y para la que se afanará en hacer “pedagogía”, incluyendo un pleno donde el líder socialista se explicará ante la Cámara Baja.

La iniciativa del PP para que el Ejecutivo ceje en su empeño de indultar a los dirigentes soberanistas, y abandone su pretensión de modificar el delito de sedición, cayó en saco roto y fue rechazada por 190 votos (55% de los diputados). Pablo Casado espetó al presidente español que no se puede “caer más bajo al aceptar ya hasta el referéndum que prometió en campaña tipificar como delito” -en principio sería solo para un nuevo Estatut con mayor autogobierno-; y Sánchez le desnudó aludiendo a la polémica abierta con Felipe VI, a quien Isabel Díaz Ayuso implicó por ser el encargado de firmar los indultos: “Nosotros no vamos a utilizar ni la Constitución ni la bandera de España ni la integridad territorial ni la monarquía parlamentaria para dividir a los españoles como ustedes sí hacen”, mandando a la presidenta de la Comunidad de Madrid a “decir incongruencias”.

Hasta el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, retrató a la oposición, en respuesta al popular José Antonio Bermúdez, instándole a que se repase el artículo 29 de la Ley del Indulto porque “lo mismo se lleva una sorpresa”. El citado precepto permite otorgarlo respecto de determinados delitos, entre los que se hallaría la sedición, sin necesidad de pedir informe al tribunal sentenciador, el Supremo. Incluido en la Ley de 1870, hace mención a determinados capítulos y títulos del Código Penal vigente entonces entre los que se encontrarían los comportamientos sediciosos, por lo que englobaría una de las conductas por las que fueron condenados los políticos presos, y pese a ello sí se solicitó dicho informe al tribunal. El ministro tiró de flema al acusar al PP de acoger “la idea de los indultos como la kriptonita del Gobierno”, advirtiéndole de paso de “cómo acabó Superman”. Pero el trío de Colón siguió acusando a Sánchez de pretender perpetuarse en el poder con gestos hacia el independentismo, “dando un golpe a la democracia y atrincherándose a cualquier precio”. “Para usted el Estado de derecho es venganza; la Constitución, revancha; dar un golpe al Estado, concordia; y romper la igualdad de los españoles, convivencia”, le reprochó Casado mientras el dirigente de Vox, Santiago Abascal, vaticinaba que “acabará pagando por ello y esperemos que sea delante de un tribunal”. Pero el líder del PSOE no bajó al barro pese a que el ambiente se crispaba con críticas socarronas por su breve paseo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la Cumbre de la OTAN. Sánchez les puntualizó una evidencia: que desde que gobiernan PSOE y Unidas Podemos ha habido “cero” declaraciones unilaterales de independencia, “cero referéndum ilegales y cero ilegalidades” en el Parlament.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, descartó que los indultos puedan debilitar la orden europea de detención del expresident Carles Puigdemont y, de paso, calificó de “vergüenza” que el PP haya preguntado en el Congreso si el trato recibido en las cárceles por los presos del 1-O anticipaba esta medida, una insinuación que a su juicio supone un ataque a los funcionarios de prisiones, a los jueces y fiscales en un intento de “desprestigiar las instituciones”. Marlaska contestó en defensa de la aplicación de la ley y el tratamiento individualizado a cada preso para aspirar a su reinserción social, y lo comparó con el “trato de favor” que sí hubo en casos que afectan al PP, aludiendo al máster “regalado” a Casado o los coches que “aparecen en garajes y regalos de viajes y cruceros”.

Fuentes del Ejecutivo hicieron hincapié en que el PP debería hacer “algo de autocrítica” sobre su actuación en Catalunya y se quejaron de que la oposición hable de cuestiones de ilegalidad que “no han existido” con Sánchez. “Tenemos una oposición instalada en las musarañas más profundas”, piensan desde Moncloa, que además ven a Esquerra “amoldándose” a unas circunstancias en las que “tampoco se lo pone fácil” Junts. Pero Casado siguió cargando contra Sánchez porque “no tiene palabra, miente siempre y ya no engaña a nadie”. El PP intentó abrir una brecha apelando a la titular de Defensa, Margarita Robles, quien en su época de juez firmó un manifiesto que pedía extinguir la figura del indulto gubernamental. Ayer se escabulló al desviar la pregunta dirigida a ella hacia el ministro Campo. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, sentenció la matinal: “¿Qué clase de programa tienen ustedes para España si no pintan nada ni en Catalunya ni en el País Vasco?”.

152 votos favorables. Vox y C’s respaldaron el texto del PP, al igual que UPN y Foro y PRC.

190 votos en contra. PSOE, Unidas Podemos, ERC, Junts, PDeCAT y CUP tuvieron el apoyo de PNV, EH Bildu, Más País, Compromís y BNG. Teruel Existe se abstuvo. Hubo votación en los tres puntos de la moción del PP.

“Nosotros no usamos la Constitución, la bandera, la integridad de España y la monarquía para dividir”

Presidente del Gobierno español

“Se vende para alargar su estancia en Moncloa, traicionando a sus promesas y a la Justicia”

Presidente del PP

“¿Qué clase de programa tienen para España si ni en Catalunya ni en el País Vasco pintan nada?”

Vicepresidenta primera del Gobierno