- El decreto del fin del estado de alarma salió adelante ayer en el Congreso de los Diputados, y lo hizo con algunas sorpresas y cambios de voto de última hora. EH Bildu terminó votando a favor aunque había pedido un paraguas jurídico al presidente español para poder mantener las restricciones de movilidad contra el virus. No llegó a intervenir en el debate para argumentar su posición, aunque fuentes del grupo explicaron su voto en la necesidad de apoyar las medidas sociales que también incluye el decreto. Esta misma idea presionó a otros grupos como ERC. Finalmente, los votos favorables fueron superiores a lo esperado por esta maniobra de Sánchez, acostumbrado a estos decretos que mezclan toda clase de conceptos. Hubo 189 síes, frente a los 100 en contra liderados por PP y C’s, y las 60 abstenciones del PNV y de Vox, que dio igualmente la sorpresa por no votar en contra.

Esta fotografía no maquilla el malestar generalizado entre la oposición y entre los socios del presidente Sánchez. El PNV mantuvo hasta el final su abstención, un reflejo de su descontento por el proceder unilateral del PSOE a la hora de dejar caer el estado de alarma el 9 de mayo y de ofrecer como única solución a las comunidades para seguir limitando la movilidad el recurso en casación al Tribunal Supremo, la vía que recoge este decreto y no convence a nadie. El Congreso apoyó casi por unanimidad, solo con cuatro abstenciones y ningún voto en contra, que se tramite como proyecto de ley.

La vía del Supremo se activó sin pactarla con los jeltzales e ignorando la disconformidad de un grupo que apoyó su investidura, y la preocupación del propio lehendakari. El debate del decreto en el Congreso, un decreto que tuvo el apoyo del PSOE, Unidas Podemos y otras fuerzas, se saldó con críticas de “irresponsabilidad” y “unilateralidad” a Sánchez por desentenderse del coronavirus. También el PDeCAT, pese a votar a favor, dejó ver que lo hacía por las medidas sociales. EH Bildu no tomó la palabra en este debate y sí en otros que acogió la larga sesión en el Congreso, un dato llamativo que sirvió al PNV para criticar su “silencio cínico” cuando en Euskadi “utiliza de manera constante la pandemia” para buscar el desgaste de Urkullu. Además, EH Bildu terminó votando a favor porque, según explicaron fuentes del grupo, querían respaldar la prórroga de las medidas sociales como “ERC, Junts, CUP y BNG”. El PNV lo vio como una espantada ahora que EH Bildu trata de mostrar un perfil conciliador con Sánchez, frente a su dureza en Euskadi.

No hubo entusiasmo con la vía del Supremo. Así lo demuestra que no haya recibido una avalancha de recursos. Abordará los cierres quirúrgicos en las islas de Canarias más afectadas, y las medidas en sendos municipios de Andalucía y Castilla-La Mancha, además de las limitaciones en reuniones, como se conoció ayer. Fue muy dura Coalición Canaria, con Ana Oramas preguntando a Sánchez qué haría en caso de que el Supremo fallara contra los intereses de las islas. Al presidente se le reprochó que ponga fin a la alarma por razones políticas, sin dialogar, y dando pie a que comiencen a subir los contagios, como mencionó el PNV sobre el caso vasco.

Josune Gorospe exigió que “reoriente” su actuación y le tiende la mano, pero avisa de que tendrá que tratar de otra manera a sus socios. Le reprochó que asuma “el riesgo de rebrotes”. Los populares votaron en contra defendiendo su plan jurídico alternativo, su reforma legal para habilitar a las comunidades autónomas, un plan que en su momento pudo tener opciones, pero que ahora ya llegaría demasiado tarde. Criticaron que se “abuse del decreto” y no se dialogue. El desenlace ayer podría haber sido más desfavorable para el Gobierno español de no ser porque este decreto 8/2021 incluye también la prórroga de medidas sociales como evitar el corte en el suministro de gas y agua para los colectivos vulnerables, medidas antidesahucios y para que los jubilados sigan trabajando como sanitarios sin perjudicar su pensión.

La vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, a la defensiva, volvió a justificar la caída del estado de alarma con tres argumentos: las perspectivas sanitarias son más optimistas por el avance de la vacunación; las comunidades pueden restringir los movimientos de los ciudadanos con el marco legal de 1986 y sometiéndose al control judicial o al Supremo; y su Gobierno tiene la convicción “democrática” de que la alarma “no puede ni debe prolongarse de forma indefinida”.

Ana Oramas pronunció uno de los discursos más duros con la actitud de Sánchez, asegurando que “no se entiende que por razones políticas” y no sanitarias deje caer el estado de alarma, y que opte por dejar a las comunidades “sin defensas”. “Eso es mala política. Es política de la peor. Se han quitado la responsabilidad de encima. Su gobierno no ha dado la talla. Ha tirado la toalla en el momento mas difícil. Dios quiera que esa decisión no tenga un coste terrible para este país”, lanzó, para criticar la actitud “totalmente irresponsable” del Ejecutivo.

La jeltzale Josune Gorospe criticó que el Gobierno español pretenda “pasar la pantalla del estado de alarma, de un pasado pandémico, y llegar pronto a una nueva pantalla de un futuro inmune, pero en medio hay otra pantalla muy arriesgada”. “Han asumido el riesgo de que haya rebrotes. Lo único que denota es imprudencia”, afeó. Recordó la “esperpéntica noche” de botellones el día en que cayó el estado de alarma, y avisó de que, por ejemplo en la comunidad autónoma vasca, “donde están haciéndose más tests que en el Estado, ya se ve que hay más personas infectadas”. En lo político, censuró la decisión “unilateral” y lanzó un aviso. “No nos han llamado para nada. Yo soy representante del PNV en esta Cámara, nuestro grupo votó a favor de la investidura, ha apoyado múltiples propuestas del Gobierno para dar estabilidad institucional”, dijo, para rechazar que vengan “a pedir apoyo para sacar esto adelante”. Dijo que la vía del Supremo solo supone someter las decisiones al poder judicial, “estableciendo así un marco de desconfianza”, cuando lo que tendrían que haber hecho es crear un marco que permitiera tomar decisiones a las comunidades. “Les pedimos que reorienten su actuación porque probablemente habrá muchas más pantallas; nos ofrecemos a colaborar, pero tienen que poner de su parte para acordar”, aclaró.

Desde C’s, Edmundo Bal coincidió en la falta de diálogo y responsabilidad, y resumió la cogobernanza: “Para ti los marrones, para mí las flores”. Genís Boadella, del PDeCAT, votó a favor con críticas por haber colado la vía del Supremo “en medio de medidas sociales necesarias”. El socialista Rafael Simancas aseguró que “solo desde la ignorancia o la voluntad de hacer daño se puede decir que no a este decreto”, y que el plan B de Pablo Casado es el plan I: injusto, inconstitucional e incoherente, porque Andalucía ha ido al Supremo.

“Dios quiera que su decisión sobre el estado de alarma no tenga un coste terrible en el país”

Diputada de Coalición Canaria