- ¿Cuál es la principal característica del 15-M?

-Algunos autores hablan de ciertas características propias de movimientos autónomos: falta de jerarquía (horizontalidad), metodología asamblearia para la discusión y toma de decisiones, búsqueda del consenso. Si entendemos el 15-M como un proceso largo que va de 2011 a 2015, y que abarca no solamente los campamentos que tomaron las plazas, sino que también incluye la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, las asambleas de barrio o las mareas, la definición pasa a abarcar todo un ciclo que busca plantear las decisiones políticas como algo que pasa inevitablemente por la gente. El 15-M era la propuesta de organizar la existencia a partir de principios de generosidad, comunidad, solidaridad.

¿Aquel movimiento puede ser comparable con algún otro precedente en la historia?

-Quizás por ser un mayo y por el tipo de personas que protestaban, se puede ligar a mayo del 68. Por otro lado, tiene en común muchas característica con el movimiento antiglobalización de los años noventa y dos mil. Asimismo, recibe una influencia muy fuerte de la autogestión del movimiento okupa, y muchas personas que de él toman parte se implican intensamente en el 15-M sosteniendo los sistemas de organización. Y, pese a ser muy diferente, la Primavera Árabe fue uno de los grandes modelos a seguir.

¿Diez años después cuantos de sus objetivos considera cumplidos?

-El movimiento 15-M era muy variado y no funcionaba a partir de una estructura centralizada que pudiera presentar propuestas unificadas. Por eso, más que objetivos, había preocupaciones, reflexiones colectivas, líneas de trabajo. Por poner unos cuantos ejemplos, la crítica a los recortes, sería una de ellas. En ese sentido, la gestión de la crisis actual, apostando por el gasto y las ayudas sociales (ERTE, renta básica), dejando de lado las políticas de austeridad, puede verse como un legado del 15-M y del aluvión de protestas que inundó Europa después de la crisis de 2008, que se había tratado a base de recortes. En ese sentido, el 15-M nos guiña el ojo a lo lejos. Respecto a la denuncia de la corrupción, sí parece que hoy hay menos impunidad. Otros movimientos como el feminismo, el antirracismo y el ecologismo han tomado desde entonces mucha fuerza y permiten decir que ha habido un crecimiento político en España.

Una de sus metas era acabar con el bipartidismo, pero PSOE y PP siguen siendo básicos.

-En cuanto a la crítica del bipartidismo, hoy en día parece que este se encuentra de nuevo con buena salud, aunque habrá que ver qué nos trae el porvenir.