rente a los plácidos procesos con candidaturas únicas para presidir el PP en Araba y en Gipuzkoa, en Bizkaia hay dos aspirantes en liza, lo que el presidente del partido en la CAV, Carlos Iturgaiz, trató de evitar abogando por "una lista de integración". A su juicio, las diferencias entre ambas planchas "no son de principios" sino de "equipos, personas y organización", pero su propuesta cayó en saco roto y la actual presidenta en Bizkaia, Raquel González, y el exportavoz del PP en el Ayuntamiento de Bilbao, Luis Eguiluz, se enfrentarán en el congreso territorial del próximo 15 de mayo. Esa supuesta coincidencia ideológica será imposible de comprobar, ya que en dicho cónclave no habrá ocasión de debatir la estrategia política del partido. La elección del formato de asamblea extraordinaria y no ordinaria hace que, por primera vez, no se vaya a presentar una ponencia política, lo que ha provocado numerosas críticas a nivel interno.

El último intento de rearmar el PP vasco a nivel ideológico se produjo en la convención política que se celebró los días 13 y 14 de septiembre de 2019 en Gasteiz, todavía con Alfonso Alonso como presidente de la formación. El objetivo doble de esta cita fue reafirmar la "personalidad propia" del partido frente a la dirección en Génova que, con Pablo Casado al frente, ya daba muestras de radicalización; y, por otro lado, poner pie en pared frente a una sangría creciente de votos en las sucesivas citas electorales en Euskadi.

Con seis ponencias temáticas para fijar su posición en materia política, económica y social, el PP de la CAV reivindicó su defensa de la foralidad, la identidad propia y su afán por ser la "casa común del constitucionalismo". Un esfuerzo que suponía la pista de despegue perfecta para las elecciones autonómicas de 2020, en una época en la que Alonso amagó incluso con un cambio de nombre del partido para diferenciarse de forma clara de Génova. Pero la injerencia del PP estatal se produjo con consecuencias dramáticas.

Alguien tan poco dado a la sutileza como la entonces portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, se encargó de dinamitar la convención a pocas horas de su inauguración con unas incendiarias declaraciones en las que acusó a Alonso de ser "tibio" con el PNV y le recordó que un anterior acercamiento al nacionalismo vasco "ya fracasó", en referencia a la Ponencia de Libertad y Convivencia que impulsó Arantza Quiroga en 2015 y que le acabó costando el cargo como presidenta del PP vasco -le sucedió precisamente Alonso-. Las palabras de Álvarez de Toledo generaron indignación y dirigentes como Borja Sémper la pusieron en su lugar -"mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas nosotros nos jugábamos la vida", reprochó-. A pesar de las dificultades, los populares vascos llevaron a buen término su convención e incluso firmaron una paz aparente con Casado, que fue el encargado de clausurar el cónclave con un cierre de filas. Pero a medida que se acercaba la cita con las urnas, el armisticio se fue resquebrajando y el PP vasco salió de este proceso de forma irreconocible.

La razón de las diferencias fue la fórmula con la que concurrir a los comicios previstos inicialmente el 5 de abril de 2020, antes de la afección de la pandemia, con Pablo Casado convencido de ensayar en Euskadi la coalición con Ciudadanos, primero con la marca España Suma y después con la definitiva PP+C's. Alfonso Alonso se resistió como gato panza arriba, incluso cuando los dos partidos firmaron la coalición el 21 de febrero del año pasado. Garantizar a la formación naranja dos puestos de salida pese a su cariz residual en Euskadi se antojaba inasumible. El 23 de febrero, Casado asestó el golpe definitivo contra Alonso al apartarle de la carrera electoral y situar como candidato a lehendakari al entonces retirado Carlos Iturgaiz, que ya presidió el PP vasco entre 1996 y 2004 y había dejado la política en abril de 2019 tras ser relegado por el propio Casado en las listas al Parlamento Europeo.

Un golpe de mano sorprendente al que siguió, 24 horas después, la dimisión de Alonso y su abandono de la política, tras lo que fue sustituido de forma interina por la hasta entonces secretaria general, Amaya Fernández. El sector del PP vasco más afín a Casado saludó el regreso de Iturgaiz, es el caso de la presidenta en Bizkaia, Raquel González, y de Beatriz Fanjul, la única con acta de diputada en el Congreso. Sin embargo, el experimento no fue satisfactorio, como se comprobó cuando por fin se celebraron las elecciones, el 12 de julio de 2020. PP+C's cosechó un nuevo mínimo histórico, regresando a las cifras de Alianza Popular al perder casi la mitad de los votos de los comicios de 2016 y bajar de nueve a seis parlamentarios. Para más inri, dos de dichos asientos los ocupan dirigentes de C's, tal y como se pactó en Madrid.

Cualquier duda acerca de la injerencia de Pablo Casado sobre las sucursales territoriales del PP quedó de este modo zanjada de forma dramática. El ensayo de la coalición en Euskadi impuesto por Génova, con la vista puesta en futuras citas electorales como las autonómicas catalanas, atestigua que los resultados en la CAV no eran una prioridad. Este modus operandi se ha repetido más recientemente en otros procesos provinciales como en Sevilla, donde la candidata auspiciada por Casado se impuso al aspirante que respaldaba el PP andaluz, lo que derivó en la denuncia de irregularidades durante el congreso.

Los hechos consumados respecto al regreso de Carlos Iturgaiz a la primera línea de la política vasca culminaron con la convocatoria, el pasado 8 de octubre y de nuevo por impulso de Génova, de una Junta Directiva Regional extraordinaria en la que se le designó por la vía rápida y amplia mayoría presidente del PP vasco, cargo que compagina con la presidencia del grupo parlamentario PP+C's. Como consecuencia, el PP de la CAV tuvo tres presidentes distintos en un año: Alonso, Fernández e Iturgaiz. Todavía está pendiente de ratificar el nombramiento de este último en un congreso, tal y como establecen los estatutos.

Cuando el río suena, agua lleva, podían haber afirmado en el seno de los populares vascos, ya que un mes antes de la hecatombe que se llevó por delante a Alfonso Alonso, el entonces presidente del PP de Gipuzkoa y portavoz en el Parlamento Vasco, Borja Sémper, dimitió de todos sus cargos y volvió al ámbito privado por sus discrepancias con el ala dura del partido.

El peso de Génova que ha laminado la defensa de un proyecto del PP vasco desde el arraigo y las particularidades de Euskadi se está visualizando ahora en la pugna en el partido en Bizkaia. El origen de esta disputa también hay que buscarlo en el cambio radical de caras que se produjo en el grupo del Ayuntamiento de Bilbao. Tras ser elegida presidenta del PP vizcaíno el 9 de junio de 2017, Raquel González, que forma parte de la Ejecutiva de Casado como Secretaria Nacional de Política Local, expresó su deseo de ser asimismo portavoz en Bilbao. Ello supuso la salida de Luis Eguiluz y del resto de concejales, algunos de los cuales le acompañan ahora en su candidatura. Otras como Beatriz Marcos, que acumulaba cinco legislaturas como edil, se alejaron de la política. El día 15 se comprobará de qué lado cae la balanza.

Campaña electoral. Una vez los dos candidatos a presidir el PP de Bizkaia, Raquel González y Luis Eguiluz, superaron la franja de 75 avales exigidos, ambos están embarcados en una campaña que concluirá este martes día 4, ya que al día siguiente los afiliados elegirán a los compromisarios que votarán a uno de los dos aspirantes en el congreso del 15 de mayo. Este sistema ha sido criticado por la plancha de Eguiluz, ya que el reparto de compromisarios supone "una manera burda de controlar el congreso", por lo que han amagado con acudir a la vía judicial. Como ejemplo apuntaron que Getxo, más favorable a González, está sobrerrepresentada frente a Bilbao.

El rearme ideológico de la convención de 2019 en Gasteiz se evaporó tras la imposición de Iturgaiz como candidato a lehendakari

Frente a las listas únicas de los congresos en Gipuzkoa y Araba, la pugna en Bizkaia visualiza la defensa del Cupo, el Concierto y la foralidad

(1996-2004, 2020-...)

Presidente del PP del siglo pasado, fue recuperado por el 'dedazo' de Casado para contrarrestar a Vox. Aboga por confluir con Vox, reivindica la coalición con C's y carga contra el nacionalismo y contra una ETA que ya no existe.

(2013-2015)

Presidenta del Parlamento Vasco en la legislatura de Patxi López como lehendakari merced al pacto PSE-PP, sustituyó a Basagoiti al frente del PP vasco. Pero fue un liderazgo efímero, ya que dimitió después de que Génova le obligara a retirar una iniciativa sobre convivencia que incluía a EH Bildu.

(2004-2008)

Referente del ala más conservadora del PP, la derrota del partido en las generales de 2008 supuso el principio del fin de su carrera. Reclutada para la ponencia política del XVI Congreso Nacional 'popular', dimitió por sus diferencias con Rajoy. Antonio Basagoiti la sustituyó como líder en Euskadi.

(1989-1996)

Selló el asalto más ambicioso a Lehendakaritza con el 'abrazo del Kursaal' con Nicolás Redondo Terreros en 2001. Pese a lograr el mejor resultado del PP en Euskadi (19 escaños), la suma con el PSE no desbancó a Ibarretxe. En 2007, Mayor Oreja defendió la "extraordinaria placidez" del franquismo.