- La atmósfera se enturbia a pasos agigantados camino del 4-M con una nueva carta amenazante a dirigentes de la izquierda. La ministra de Industria, Reyes Maroto, recibió ayer una misiva con una navaja “aparentemente” ensangrentada en su interior días después de las entregadas con balas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Para eludir el control de seguridad, el sobre, de tamaño folio y acolchado, incluía un cedé que evitaba que el objeto apareciera en el escáner, y contenía también varios folios grapados con copias ampliadas de mensajes de WhatsApp y Twitter, y una hoja manuscrita con palabras sueltas y frases, todo ello dirigido a la socialista, fichada por la candidatura de Ángel Gabilondo para ser vicepresidenta económica de la Comunidad si las urnas lo avalan.

Ante esta ofensiva, la izquierda ha hecho un frente común desde el que exigen al PP que abandone la equidistancia ante Vox, que ha deslizado no dar credibilidad a estos hechos. Pedro Sánchez expresó su “rotunda condena a la grave amenaza” y, a través de Twitter, advirtió: “¡Basta! No vamos a permitirlo. No vamos a dejar que el odio se apodere de la convivencia en España”. Sin embargo, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, aprovechó para evocar que “hace mes y medio” el presidente español “decía que Vox demostraba tener más sentido de Estado que el PP, y ahora resulta que hay que aplicarle un cordón sanitario”, como reclama Gabilondo. A juicio de la lideresa, el rechazo a la extrema derecha tiene que ver con que la izquierda “lo está pasando muy mal” en campaña. Pero por los sondeos.

En el sobre recibido por Marlaska la pasada semana había un escrito que decía textualmente: “Tienes 10 días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos”. Y en su interior, dos cartuchos sin percutir. A Gámez se le envió otra misiva con el mismo tono amenazante y un cartucho del calibre de 7,62 mm; mientras que en la de Iglesias había cuatro balas y una nota con amenazas dirigidas contra él y su familia: “Pablo Iglesias Turrión, has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota”. Al día siguiente el líder de Podemos abandonó un debate entre candidatos en los estudios de la Cadena Ser tras cuestionar la representante de Vox, Rocío Monasterio, la veracidad de estas amenazas. Acoso redoblado por la carta a Reyes Maroto, con la autoría ya descubierta y presumiblemente distinta a la de las anteriores, y al que la responsable de Industria respondió asegurando que ni las amenazas ni la violencia “acallarán la voz de la democracia”. “La libertad prevalecerá”, garantizó.

Desde Vox no se dan por aludidos, se limitaron a denunciarlo y a señalar que se personarán en la causa, pidiendo “de nuevo a todos los partidos que condenen toda la violencia”. Es más, el portavoz de ultraderecha, Jorge Buxadé, en consonancia con su líder, Santiago Abascal, apuntó que no piensan virar su estrategia de campaña ni “a admitir una sola lección de democracia por parte ni del PSOE, ni de Podemos, ni del Gobierno socialdelincuente”, porque a su juicio “ellos son los que se colocan extramuros del sistema democrático”. “¿Qué línea hemos traspasado, Pedro Sánchez?”, inquirió, al entender que el PSOE no condena las acciones violentas que sufren los simpatizantes de Vox. “Este Gobierno sí está superando todas las líneas para poner en riesgo el sistema democrático”, zanjó. Por contra, el ministro del Interior evocó en La Sexta la época en que era perseguido por ETA: “El comando Bizkaia me intentó matar en tres ocasiones. Esto me recuerda bastante a aquellos tiempos. No tengo sensación de inseguridad. Pero el cuerpo me dice, ¿esta es la sociedad que queremos? Ni pena ni miedo, pero sí de desánimo. ¿Dónde vamos? La convivencia se está deteriorando porque se está banalizando el odio”. Y añadió: “Parece que olvidamos lo que pasó con el mural feminista en Ciudad Lineal, o cuando se vandalizó la estatua de Largo Caballero. Y estamos con el cartel del menor no acompañado, con cuestiones que parecen legitimar que todo está bien”.

Las muestras de repulsa hacia Vox no cesaron. El candidato Gabilondo, en clara alusión a la actitud de Ayuso y a la posibilidad de un pacto PP-Vox para gobernar Madrid, ahondó en que este partido “representa la violencia moral, no se puede normalizar a una fuerza que daña la democracia ni darle poder. Entre fascismo y antifascismo no hay neutralidad, hay que elegir”. También desde el PSOE, su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, conminó al PP a abandonar a la ultraderecha porque “la indiferencia es criminal, no hay un término medio frente a la amenaza”. A su vez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, alertó del peligro que supone que existan fuerzas como Vox que “van en contra de los principios básicos de la democracia”. Sin embargo, Ciudadanos percibe como “un disparate” pensar en proceder a su ilegalización.

Mientras, Iglesias ejemplificó el contexto en que ya ni siquiera puede llevar a sus hijos al parque. “Es una situación insoportable. Ya está bien de amenazas fascistas”, alegó. Y verbalizó: “No se puede consentir que Jiménez Losantos diga en su programa que hay que poner una alarma en la Asamblea porque vaya a entrar el negro de Podemos, o que Vox copie carteles de la Alemania nazi y los jueces lo consientan”, clamó Iglesias.

Desde Génova se adivina incomodidad conscientes de que para la mayoría absoluta necesitarán probablemente a Vox. Pablo Casado condenó las amenazas y apeló a salir de la radicalidad, pero lo hizo apoyándose en que muchos compañeros suyos también pagaron la violencia con su propia vida. Apostilló que no va a “aceptar ni tolerar” ataques al PP como el de Marlaska por acusar a su partido de “organización criminal”.

“¡Basta! No vamos a permitir que el odio se apodere de la convivencia en España”

Presidente del Gobierno español

“No vamos a admitir lecciones de democracia de este Gobierno socialdelincuente”

Portavoz de Vox

“El ‘comando Bizkaia’ me intentó matar tres veces, esto me recuerda bastante esos tiempos”

Ministro del Interior

“La coacción y el chantaje, vengan de donde vengan, no tienen cabida ni en la política ni en la sociedad”

“Solo hace mes y medio Sánchez decía que Vox tenía un mayor sentido de Estado que el PP”

Presidenta de la Comunidad de Madrid

“Esta situación es ya insoportable, ya está bien de amenazas como las de la Alemania nazi”

Secretario general de Unidas Podemos

“Dejemos la radicalidad pero el PP no va a tolerar que Marlaska nos llame organización criminal”

Presidente del PP