- El dirigente del PSC y candidato a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, advirtió ayer a ERC de que situar la fecha de caducidad de la mesa de diálogo con el Estado en 2023, tal y como han acordado los republicanos con la CUP, supone un “chantaje” que revela su escasa “sinceridad” a la hora de negociar con el Estado. “No es aceptable el planteamiento de: ‘vamos a dialogar, nos sentamos a hablar, pero si en dos años no se ha acordado lo que yo quiero, lo haré igualmente por mi cuenta de forma unilateral’. Esto no es dialogar, esto es chantajear, es querer imponer”, denunció Illa en una entrevista con Efe.

Illa se refería así al punto del acuerdo entre ERC y la CUP para investir a Pere Aragonès como presidente de la Generalitat en el que ambas formaciones se dan dos años de margen para evaluar los avances de la mesa de diálogo en amnistía y autodeterminación. A su juicio, este planteamiento es como si, en una relación de pareja, uno le dice al otro: “Vamos a ponernos de acuerdo a ver dónde vamos de vacaciones, pero si en diez minutos no vamos a donde yo quiero y como yo quiero, pues iremos igual porque lo digo yo. Eso no es sinceridad, eso es chantajear”, deploró.

En su opinión, el pacto de ERC y la CUP es “un mal acuerdo” que evidencia “una subordinación política, conceptual e incluso moral” de los republicanos a la formación anticapitalista pese a que “solo tiene el 6 % de los votos”.

Frente a esta actitud, Illa avisó de que el PSC no se arrugará ante las críticas de la CUP, que tacha a los socialistas de “partido del régimen del 78”. “Lecciones, las justas, porque no hay fotos de líderes socialistas abrazados y besándose con el señor Artur Mas. Las credenciales de izquierda no se predican, se practican. Lecciones a nosotros, las justitas”, espetó Illa a la CUP, evocando la imagen del abrazo entre el expresidente catalán Artur Mas y el exdiputado de los anticapitalistas David Fernàndez tras la consulta del 9 de noviembre de 2014.

Según Illa, para resolver el conflicto catalán hay que apostar por el diálogo, “sabiendo que cuando intentas llegar a un acuerdo tiene que haber renuncias” y que “esto no se arregla ni en una semana ni en un mes”.