- El pleno del Congreso de los Diputados da hoy el visto bueno definitivo a la ley orgánica de la eutanasia, un texto que regulariza y despenaliza la muerte digna y que incorporará al Sistema Nacional de Salud la prestación de solicitud por parte de aquellas personas que padezcan una enfermedad grave e incurable con un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable.

Después de algo más de un año de tramitación parlamentaria, que se vio interrumpida por la pandemia, la propuesta de regulación de la eutanasia, presentada por el PSOE será aprobada en el pleno de hoy y entrará en vigor dentro de tres meses, a partir de junio. Durante su tramitación en el Congreso y el Senado, la ley de eutanasia ha tenido que superar los vetos presentados por PP y Vox y ha contado con el apoyo mayoritario de ambas Cámaras. UPN, PP, Vox y Foro Asturias anunciaron ayer que recurrirán al Tribunal Constitucional la ley por “ser un capricho político” y “carecer de rigor sanitario”

El texto ha incorporado enmiendas parciales para mejorar la redacción del artículo que describe las condiciones físicas para solicitar la eutanasia, ante las advertencias de plataformas de personas con discapacidad que estiman que la ley les señalaba como candidatos a la eutanasia. También se han retocado varios de los plazos marcados desde que se solicita la eutanasia, que deberá ser autorizada por una comisión de garantías en la que se ha incorporado la presencia de profesionales de enfermería.

Con esta ley, las personas mayores de edad que sufran “una enfermedad grave e incurable” o un “padecimiento grave, crónico e imposibilitante” que afecte a la autonomía y que genere un “sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable” podrán solicitar la ayuda para morir. Cada caso será supervisado por una Comisión de Garantía y Evaluación creada en cada comunidad autónoma, así como en Ceuta y Melilla y el afectado podrá recibir la eutanasia unas cinco semanas después de solicitarla, tras ser informado de las distintas alternativas y de los cuidados paliativos disponibles y después de confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo de todo el proceso.

La ayuda para morir podrá realizarse tanto en centros sanitarios -públicos, privados o concertados- como en el domicilio del enfermo y la ley contempla la objeción de conciencia para los profesionales sanitarios que participen en el proceso.

Para poder recibir esta prestación será necesario que la persona tenga la nacionalidad española, residencia legal en España o certificado de empadronamiento que acredite un tiempo de permanencia en territorio español superior a doce meses, tener mayoría de edad y ser capaz y consciente en el momento de la solicitud. Se tendrán que formular dos solicitudes con al menos quince días de separación entre ellas, pero si el paciente no se encuentra en el pleno uso de sus facultades y ha pedido la eutanasia en un testamento vital o de voluntades anticipadas, también se podrá facilita.

Velasco celebra la ley pero advierte que “no es perfecta”. “Nadie quiere morir, pero a veces la vida es más dura que la muerte”, asegura Javier Velasco, presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente. Velasco celebra una ley que permitirá a miles de enfermos elegir el momento de su muerte y se defiende de las acusaciones de quienes le llaman nazi: “Somos personas que amamos la vida y a las personas y luchamos por sus derechos y libertades”. A pesar de dar la bienvenida al nuevo texto, Velasco cree que la ley que se aprueba hoy no es perfecta, le hubiera gustado que se eliminaran trabas burocráticas y que se contemplara a menores de edad.