- En estos tiempos de intrigas palaciegas, despachos sigilosos y llamadas que todo lo cambian, la frustrada moción de censura en Murcia, que impulsó el movimiento de Isabel Díaz Ayuso en el epicentro del Estado español, ha evidenciado que ni la pandemia ni la profunda crisis socioeconómica han detenido los más bajos instintos en el ejercicio del poder. La convulsa bronca política respirada el último año sube de decibelios y amenaza con provocar una inestabilidad de consecuencias imprevisibles en el tablero, que a buen seguro se disparará después de que la Justicia avalara ayer la celebración de elecciones en la Comunidad madrileña el próximo 4 de mayo. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) rechazó conceder las medidas cautelares que exigía la Mesa de la Diputación Permanente de la Cámara autonómica en el recurso contra la disolución de la Asamblea después de que se aceptaran a trámite las mociones de censura de Más Madrid y PSOE. Aunque la decisión no es definitiva, se otorga validez al momento en que se firmó el decreto y no cuando éste se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.

Así lo extraen de la interpretación literal de lo dispuesto en el artículo 21 del Estatuto de Autonomía y en el artículo 1.1 de la Ley 5/1990, donde se recoge que la facultad concedida a la Presidencia lo que le permite realizar es “acordar” la disolución anticipada de la Asamblea. Por ello, “la validez y eficacia del correspondiente decreto no pueden verse comprometidas por la presentación ulterior de una o varias mociones de censura”, recoge el auto, que es susceptible de recurso de casación ante el Tribunal Supremo. A su juicio, sostener lo contrario “dejaría, eventualmente, a la mera voluntad del número de diputados que ostentaran la representación exigida para presentar una moción de censura el eficaz ejercicio de aquella potestad, bastando con presentarla con posterioridad a la adopción del acuerdo de disolución para privarle de virtualidad alguna”. Así, los magistrados inciden en que el decreto de la presidenta recoge por un lado la disolución de la Asamblea y por otra la convocatoria de elecciones. De ellas, según exponen, “solo la convocatoria electoral ve demorada su eficacia hasta el día de su publicación”.

Además, hacen hincapié en que firmado el decreto por Ayuso, “conteniendo todos los requisitos exigibles por la normativa electoral autonómica”, a las 12.25 horas del 10 de marzo, “ninguna prohibición podría concurrir no solo porque en esa fecha y hora no estaba en trámite ninguna moción de censura sino, más aún, porque las dos que se presentaron lo fueron posteriormente, a las 13.03 horas, la primera, y a las 13.07 horas, la segunda, como acreditan los documentos aportados por la propia parte actora”. La campaña electoral comenzará a las 00.00 horas del domingo 18 de abril y finalizará a las 00.00 del lunes 3 de mayo. La sesión constitutiva de la Asamblea se celebrará el día 8 de junio.

Ayuso tardó minutos en congratularse de la resolución. “El 4 de mayo Madrid va a elecciones porque está en su derecho”, sentenció la lideresa del PP, mientras que el candidato socialista Ángel Gabilondo, mostró su respeto al fallo señalando que “estamos dispuestos una vez más a concurrir a un proceso extraordinario, y a hacernos cargo del Gobierno”, llamando a la movilización. La diputada de Más Madrid y candidata, Mónica García, aseguró que “se consuman unas elecciones irresponsables”. “No hay problema: Me enfrenté al virus -destacó- y me enfrentaré a Ayuso”, zanjó.

El patio anda caldeado desde la tormenta producida por la fractura entre PP y Ciudadanos, con ramificaciones a todos los niveles. El exvicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado, criticó que “políticos irresponsables están llevando a los españoles a una nueva espiral de destrucción”, convirtiendo el país “en un lodazal irrespirable” en el que lo único que vale es el “conmigo o contra mí”. Reproche donde incluyó a los que “controlan medios de comunicación, ponen y quitan tertulianos y alteran las encuestas para condicionar el estado de ánimo de la opinión pública”. Desde el PSOE, su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, afirmó que la respuesta del PP de Casado a la moción de censura en Murcia “ha sido exactamente la misma de quienes le precedieron en el puesto, intentando corromper las instituciones, incluso venderlas al mejor postor para tapar la corrupción de su propio partido”. Para la socialista, el PP es el partido que “ha cambiado de cara pero sigue siendo la de siempre, la derecha de la Gürtel, de la Púnica, de Brugal, de Correa, de Rato...”. Y cerró Lastra, “la derecha que corrompió con el Tamayazo de Aguirre y vuelve a hacerlo con el de Casado”.