- EH Bildu presentó el cese de su concejal en Anoeta Jokin Tolosa como una decisión fulminante y ejemplar, pero al PNV le parece que hay más de un cabo suelto en esta versión: en realidad, el cese no fue rápido ni inmediato, porque la propia coalición admite en su nota que el edil ha incumplido las restricciones contra el virus “en reiteradas ocasiones” y, además, la última de ellas tuvo lugar cinco días antes de que se concretara laexpulsión. Por ello, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, mostró ayer su “sorpresa” y se preguntó “dónde están la celeridad y la contundencia que exigen a los demás cuando ellos mismos reconocen que el incumplimiento ha sucedido en repetidas ocasiones, siendo el último suceso hace cinco días”.

EH Bildu es una de las bancadas de la oposición que está siendo más dura y mostrando una “obsesión” más insistente con el cese de la consejera Sagardui por las vacunas irregulares en los hospitales de Santa Marina y Basurto, tal y como recordó Esteban en Radio Euskadi. En paralelo, deslizó que EH Bildu se ha podido hacer la remolona a la hora de cesar al concejal, que al parecer fue sorprendido en la madrugada del sábado al domingo en una fiesta nocturna, en un garaje, con varias personas (más que las cuatro permitidas) e incumpliendo también el cierre perimetral de los municipios. Fue multado por la Ertzaintza. La noticia llevaba días en circulación en ciertos ámbitos en Anoeta y, por lo visto, la coalición abertzale se demoró varios días en resolver la papeleta. También había medios de comunicación detrás de la información.

EH Bildu estaba necesitada de un gesto ejemplarizante por su intensa acometida contra Sagardui, y también en cierto modo para despejar las dudas que habían sembrado otros partidos por su tibia reacción a los altercados contra la Ertzaintza en los botellones. Presentó la dimisión del concejal como una señal de tolerancia cero contra los incumplimientos en materia sanitaria.

Por otro lado, Esteban se pronunció sobre la polémica de Pablo Iglesias, que ha puesto en duda la calidad democrática del Estado español. El jeltzale dijo que el Estado es una democracia, pero con “bastantes desconchados y abolladuras”, como la actuación del rey emérito, las sospechas de utilización política de la Policía, o la represión en Catalunya.