- Coincidiendo con el inicio de la campaña electoral, el Departamento de Justicia de la Generalitat volvió a conceder el tercer grado a los presos del 1-O, medida que el Tribunal Supremo había revocado y el Govern ha puesto otra vez sobre la mesa, alegando que ahora todos los reclusos soberanistas han cumplido o están a punto de cumplir una cuarta parte de la pena.

De esta forma, los presos disponen a partir de hoy de este régimen de semilibertad que les permitiría, si así lo desean, participar en los actos políticos de la campaña electoral del 14-F, que será mayormente telemática. Aunque sobre el papel estará permitido acudir presencialmente a los mítines incluso en otros municipios, ayer la Generalitat y los partidos volvieron a desaconsejarlo y pidieron a los ciudadanos que sigan la campaña desde sus casas a través de las plataformas digitales.

Respecto a los reclusos, la situación del verano pasado, cuando la Generalitat les concedió por primera vez el tercer grado, vuelve a repetirse, y la Fiscalía tiene en sus manos recurrir la medida al Tribunal Supremo y pedir su suspensión cautelar. El Gobierno español, por su parte, respeta la decisión de las autoridades catalanas y asegura que no intervendrá en este tipo de cuestiones penitenciarias que son de ámbito autonómico al tener Catalunya transferida la competencia.

Por el momento, según informó ayer la Conselleria de Justicia que lidera Ester Capella (ERC), el Govern ha dado la semilibertad a todos los presos del procés salvo a Carme Forcadell, todavía pendiente de resolución. Así, disfrutan ya del tercer grado los Jordis y los exconsellers Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Turull, Joaquim Forn y Josep Rull, que solo tendrán que ingresar en sus centros penitenciarios para pernoctar.

Según defiende la Secretaría de Medidas Penales de la Generalitat, su actuación es estrictamente técnica y se limita a avalar el régimen que las propias cárceles han propuesto para los reclusos. Recuerda además que todos ellos han cumplido o están a punto de cumplir una cuarta parte de la pena, lo que facilita su progresión de grado. En cualquier caso, se espera recurso de la Fiscalía, que vuelve a tener en sus manos la opción de forzar que el juzgado lo suspenda hasta que resuelva el Supremo, que es el que tiene la última palabra en las clasificaciones penitenciarias como tribunal sentenciador.

Las formaciones independentistas celebraron la medida y recalcaron que no es ningún privilegio, sino el cumplimiento de un derecho de las personas presas. Desde ERC, Gabriel Rufián recordó que los políticos soberanistas están “injusta y salvajemente encarcelados” y subrayó que “cada minuto que han pasado en la cárcel es un minuto que pasará a los anales de la vergüenza”. También se pronunció la candidata de JxCat, Laura Borràs, que celebró que los encarcelados puedan participar en la campaña electoral pero recordó que la solución definitiva sería la “amnistía”.

Por parte del PDeCAT, el diputado Ferran Bel destacó que la medida “es razonable” y que los presos del 1-O deberían estar en tercer grado desde hace meses. “No se trata de ninguna excepción, sino de la aplicación de la legislación”, recordó.

“La solución definitiva sería la amnistía y la autodeterminación de Catalunya”

Candidata de JxCat a la Generalitat