- El Gobierno Vasco no hace una lectura catastrofista sobre el resultado de la negociación de los Presupuestos de 2021 con la oposición. El diálogo con la única bancada que parecía dispuesta al acuerdo, Elkarrekin Podemos-IU, ha quedado ya sentenciado porque la coalición ha rechazado la última oferta del consejero Azpiazu y no habrá más, pero PNV y PSE afrontan la situación con el sosiego que les proporciona su mayoría absoluta. Salvo que Podemos dé la sorpresa a última hora y cambie de posición para incorporarse a esa mayoría, jeltzales y socialistas aprobarán las Cuentas con sus propios votos el 11 de febrero, lo que supondrá afrontar el primer año de la legislatura y la profunda crisis del coronavirus con unos Presupuestos actualizados. Además, el Gobierno Vasco cree que cubrirán las necesidades que existen, con un fondo Covid de 542 millones y una apuesta generalizada por la inversión y la ampliación de las partidas de sanidad (236,6 millones más) y educación (169 más). Las Cuentas no están en riesgo.

Por otro lado, el Ejecutivo que lidera Iñigo Urkullu no quiere extraer como conclusión que la tónica general de la legislatura vaya a consistir en una travesía en el desierto, donde las medidas se aprueben con mayoría absoluta y sin el concurso de ningún otro partido. Desvincula las Cuentas (un terreno donde ya le parecía complicado lograr respaldos) y las votaciones sectoriales en el Parlamento, donde sí cree que se están produciendo coincidencias, como la aprobación por unanimidad de la iniciativa sobre las pymes. El lehendakari, Iñigo Urkullu, aseguró ayer en la cadena Ser que a Podemos “le ha vencido la inercia del no”, pero confía en que “no sea obstáculo” para que en otros proyectos se pueda alcanzar un consenso. Dijo que “el 75%” de las propuestas del Parlamento ha contado con el apoyo de una mayoría que va más allá de PNV y PSE. Está por ver si se pueden producir acuerdos en asuntos transversales como la Ley de Igualdad o la norma de Cuerpos y Escalas de la Administración para reducir la temporalidad entre los trabajadores públicos, frente a otros debates más peliagudos como la reforma de la Renta de Garantía de Ingresos.

El problema que se le puede presentar al Gobierno Vasco consiste en el relato, en que la oposición lo acuse de aplicar el rodillo y actuar de manera autoritaria. El lehendakari tiene la baza de sus encuentros periódicos con la oposición, la dinámica de reuniones cada cuatro meses que abrió en noviembre para mantener una relación fluida pese a su mayoría absoluta. Desde Lehendakaritza no ofrecen más detalles hasta que Urkullu madure lo que va a suceder en las próximas semanas. Sí aclaran que seguirán “intentando llegar a acuerdos”. El propio Urkullu dijo ayer que, a pesar de que su gobierno no necesita respaldos para las Cuentas, ha tenido “voluntad” de acuerdo. Añadió que PP+C’s y Vox se autoexcluyeron, que Bildu vino sin ninguna propuesta y después planteó otra que abarcaba cuestiones más allá de los Presupuestos, y que a Podemos le ha vencido “la inercia del no” aunque el Ejecutivo ofreció más de 90 millones. “La voluntad de diálogo es absoluta”, dijo. Sobre los reproches de autoritarismo al gestionar la pandemia, aclaró que gobernar corresponde al gobierno, pero escuchando siempre a los técnicos.

Será hoy cuando termine oficialmente el plazo para registrar enmiendas a la totalidad de los Presupuestos. Podemos reunió ayer a su Ejecutiva y no quiso confirmar la presentación de la suya a la espera de anunciarlo hoy, aunque parece asumido que lo hará, al igual que lo hizo ayer mismo EH Bildu. Desde el PNV, la presidenta de la ejecutiva vizcaína, Itxaso Atutxa, dijo a Radio Euskadi que la oferta de EH Bildu no era real, y contrapuso su actitud con la mano tendida al acuerdo que muestra la izquierda abertzale en el Estado o en Nafarroa. En el caso de la CAV, EH Bildu ha planteado cuestiones al margen del Presupuesto, como el reparto de los fondos europeos. En cuanto a Elkarrekin Podemos-IU, el Gobierno Vasco defiende, por ejemplo, que pese a su mayoría absoluta se movió desde su posición inicial para ofrecer un incremento hasta los 275 euros en la prestación de vivienda, y le ofreció influir en el 12,2% del gasto real, cuando el peso del grupo en el Parlamento es menor, del 8%.

PP+C’s presentará hoy su enmienda a la totalidad tras no haber entrado siquiera a dialogar con el argumento de que el acuerdo ya estaba cocinado con Podemos, algo que se ha demostrado que no era cierto. También Vox ha registrado su veto.

El consejero Azpiazu confirmó ayer en rueda de prensa que no hará “ninguna propuesta más” a los grupos. Atutxa dejó la puerta abierta a que algún partido cambie de posición en el último minuto y pueda ampliarse el consenso, aunque parece poco probable.