2021 va a ser un año muy europeo. Las consecuencias del brexit, que entró en vigor el 1 de enero, y la gestión de los fondos europeos para la reactivación económica dibujan un nuevo escenario que el director general de Acción Exterior del Gobierno de Nafarroa, Mikel Irujo, observa con optimismo.

¿Qué retos tiene Nafarroa en política de Acción Exterior?

-El mundo se está haciendo muy pequeñito. El reto de Navarra es ser competitiva en el contexto europeo para luego poder serlo en el mundo. Y la capital de Europa está en Bruselas. Allí se deciden muchas cosas. El 80% del presupuesto de la UE se gestiona a través de las regiones, así que nos interesa mucho ese contacto directo con la Comisión Europea. En Bruselas además hay más de 1.500 redes de colaboración interregional. Estar allí es clave para que te conozcan. Si no estás, no existes.

¿Y se conoce Nafarroa?

-Evidentemente, la capacidad de influencia y conocimiento de Navarra no es la de Baden Wurtemberg, que tiene 11 millones de habitantes. Pero en la media en que participamos en todas esas iniciativas que se generan en el entorno europeo, especialmente en aquellas en las que Navarra tiene más potencialidad, acaban saliendo cosas. Es una lluvia fina que al final va calando.

¿Hablamos de fondos europeos?

-Sí, pero no solo. Es mucho más que eso. Se trata de suprimir barreras para tener mayor contacto. De eso va a la Unión Europea, no hay otro misterio. Y es lo que debemos potenciar. Si Europa decide potenciar una estrategia concreta, digamos la economía circular, Navarra debe estar preparada. Nuestro mercado, nuestra realidad, es Europa. Tenemos que estar alineados con ella creando un ecosistema atractivo que sea capaz de generar por sí mismo la riqueza en ámbitos en los que Europa va a ser potente.

El Gobierno navarro prevé crear este año una Oficina de Proyectos Europeos. ¿Con qué objetivos?

-Acceder a la financiación de la UE exige un trabajo administrativo complejo. Pero además, la Comisión Europea está llena de sorpresas. Proyectos piloto, iniciativas particulares y un larguísimo etcétera que muchas veces es desconocido. Así que el objetivo de la Oficina es contar con toda la información, dar apoyo administrativo y coordinar todos las proyectos que busquen financiación de la UE.

¿La UE ha acabado convertida en una simple unión de Estados?

-Es que la UE es una unión de Estados. Es así. Es verdad que se podría avanzar hacia una Europa federal, por ejemplo, convirtiendo el Comité de las Regiones en una especie de Senado europeo. Es un debate político que está pendiente. Pero eso no debe ocultar que las regiones tienen también un papel muy importante dentro de la UE, sobre todo en cuanto a la ejecución de los proyectos. Lo vamos a ver con los fondos del Next Generation.

Con los jefes de Estado fijando las directrices de la UE en cumbres no siempre transparentes, ¿entidades interregionales como la Eurorregión no corren el riesgo de convertirse en organismos meramente folklóricos?

-No, para nada. Europa va de eliminar fronteras. Algunas son políticas y dependen de los Estados, pero muchas otras son sociales o económicas, y ahí las entidades interregionales como la Eurorregión no ofrecen múltiples oportunidades.

¿Por ejemplo?

-Se ha creado un cluster transfronterizo que ha unido a universidades, administraciones y empresas de la CAV, Aquitania y Navarra para trabajar en el Big Data. Las cámaras de comercio también tienen un programas para impulsar y facilitar el intercambio comercial de empresas con Burdeos. Son dos ejemplos, pero hay muchos más.

¿Está justificada la gran expectativa que han generado los fondos Next Generation?

-Es algo histórico, desde luego. La UE ha hecho algo que se le demandó mucho en la crisis anterior, dar una respuesta a una situación excepcional, y lo ha hecho de forma clara y contundente. La Comisión ha sido muy inteligente. Sabe que Europa se está quedando atrás en aspectos como la digitalización. Así que ha hecho de la necesidad virtud con una inversión nunca vista antes, y que además nos convierte en el continente verde por excelencia.

¿Pero no hay riesgo de que las administraciones recojan proyectos que tenían en el cajón y los presenten con un lazo verde? Pablo Casado ya está pidiendo el dinero para compensar a Madrid por la nevada.

-Tendrán que justificarlo muy bien, por que los fondos no son un cheque en blanco. El objetivo no es tapar huecos en el presupuesto, sino reformar la economía, y se va a mirar con lupa. Así que desde ese punto de vista estoy tranquilo. El Gobierno español puede proponer la limpieza de las calles de Madrid, pero se lo van a rechazar. Hay muchos países europeos que no pueden aceptar que el dinero no se destine a lo que se ha acordado porque su opinión pública no se lo va a permitir.

¿Le preocupa que el Gobierno central pueda priorizar criterios políticos?

-Este es un fondo que va dirigido a los Estados miembros, y son ellos los responsables de su distribución. Es así. Pero no tengo por qué presuponer que se vaya a hacer mal. Se va a crear una conferencia sectorial con comunidades autónomas que todavía no se ha reunido, y confío en que sea una fuente de información más clara, porque sigue habiendo mucha incertidumbre en torno a los criterios de distribución. Habría que acabar con esa incertidumbre lo antes posible.

¿Debería Nafarroa poder optar directamente a los fondos, sin pasar por el filtro de Madrid?

-Evidentemente, entendemos que la financiación debería estar al alcance, y que las comunidades deberían tener mayor poder de decisivo. Pero son estas las reglas que ha fijado la UE, así que ahí poco podemos decir.

“Europa va a eliminar fronteras. Algunas son políticas, pero muchas otras son sociales o económicas”

“Los fondos europeos no son un cheque en blanco. El objetivo no es tapar huecos, sino reformar la economía”