¿Cuáles son las prioridades del PNV para este ejercicio 2021?

—Tenemos una prioridad urgente, que nos apremia día a día: hacer frente a la pandemia del coronavirus, desde el punto de vista sanitario y de las consecuencias económicas y sociales. En paralelo, tenemos retos estructurales muy importantes: la transformación ecológica, la de la industria, la digital, el reto demográfico y el envejecimiento con sus consecuencias en el sistema de protección social y las pensiones... Si somos capaces de aprovechar esta crisis para hacer frente a la modernización pendiente, saldremos fortalecidos como en crisis anteriores. Este primer año todavía va a ser totalmente un año covid, y la urgencia es la asistencia sanitaria.

El Gobierno Vasco ha comenzado la ronda presupuestaria con EH Bildu, que dice que la cita fue decepcionante. ¿También para el PNV?

—La actitud de EH Bildu está siendo decepcionante desde hace muchos meses. No es algo nuevo. Es una auténtica desgracia para este país que, en un momento tan grave, el principal partido de la oposición esté en una posición tan obstruccionista, de acoso y derribo al Gobierno, en clave de destrucción en vez de construcción. Es una desgracia para el país, no tanto para el PNV o para el Gobierno Vasco. Contrasta con la actitud que está manteniendo en España, de entrega total y absoluta, sin condiciones. En Euskadi, está en una clave electoral. No es entendible que, a cuatro años de las elecciones, Bildu esté todavía en esa estrategia. Hablan de Presupuestos austeros y dicen que no sirven para hacer frente a la crisis, cuando son los Presupuestos más expansivos e importantes de toda la historia del autogobierno vasco desde que se aprobó el Estatuto de Gernika. A pesar de la caída de la recaudación, con el endeudamiento hemos sido capaces de aumentar en 700 millones los Presupuestos. Son los mejores que se podían presentar. No esperaba mucho por las actitudes de EH Bildu desde hace más de un año. Ha aprovechado todas las desgracias y crisis que ha atravesado este país para hacer una campaña política de acoso y derribo al PNV. La sociedad vasca espera otro compromiso por parte del principal partido de la oposición que, en principio, debería tener vocación de gobierno.

¿Tiene recorrido la negociación con Bildu?

—El Gobierno va a perseverar hasta el final en el intento de conseguir nuevos apoyos. Con ese recorrido de EH Bildu, el panorama no es muy halagüeño. En la reunión, EH Bildu se ha presentado con las manos vacías, sin una sola propuesta, hablando de que es necesaria una revolución en las formas de gestionar el país. Es difícil llegar a un acuerdo. Cuando la coalición de gobierno acaba de recibir la confianza de la mayoría absoluta de la población, parece que no tiene mucho sentido pretender darle la vuelta completamente a lo que plantea ese gobierno, porque tiene unos compromisos que ha adquirido ante la ciudadanía que tiene que cumplir. La oposición tiene que ser consciente de que es lógico que pretenda influir, pero no puede pretender dar la vuelta a las políticas del gobierno como un calcetín. Está en contra de toda lógica democrática.

Bildu dice que el Gobierno tiene una actitud autoritaria y solo autoriza retoques mínimos.

—No es cierto. El Gobierno Vasco está negociando cada semana en el Parlamento a pesar de contar con mayoría absoluta. Estamos siendo capaces de aprobar iniciativas con el concurso de todos los grupos de la oposición: EH Bildu, Elkarrekin Podemos, PP... Las entrevistas de la portavoz de Bildu previas a la reunión no hacían más que construir el relato del no. ¿Se ha presentado con una tabla de reivindicaciones? Con Podemos, por lo menos, sabemos de qué se puede hablar, de políticas sectoriales. Bildu no está atacando los problemas ni planteando alternativas concretas y reales.

EH Bildu ha alcanzado acuerdos con gobiernos liderados por los socialistas (el Estado, Nafarroa y Eibar), pero no por el PNV. ¿Bildu está más dispuesta al acuerdo con gobiernos liderados por los socialistas?

—Para EH Bildu es muy difícil acordar o colaborar con aquel al que quiere sustituir. Los acuerdos de gobierno (PNV-PSE), tanto en el Gobierno Vasco, como en las diputaciones y los ayuntamientos, son acuerdos sólidos, están permitiendo hacer frente a la crisis, y están recibiendo el apoyo de la ciudadanía. Es una estrategia equivocada la de EH Bildu si pretende que por esa vía va a acabar con el PNV.

En Gipuzkoa hay movimientos desde el PSE, aunque vienen desde sectores muy concretos como el alcalde de Irun, José Antonio Santano. Firmó un acuerdo con Podemos y acaba de enviar una carta con EH Bildu desde Eudel sobre los fondos europeos. ¿Se está larvando algo?

—Si escucha al PSE, a los responsables en Gipuzkoa, la respuesta sería no. Y yo creo que es así. El caso de Irun es muy concreto. No podemos utilizar Irun para hacer una extrapolación del PSE en Gipuzkoa, tanto por la figura del propio Santano, como por la realidad política del PSE en Irun, como por las relaciones entre el PNV y el PSE en Irun. Se equivoca EH Bildu si pretende hacer de eso un laboratorio a corto plazo. No está pasando nada grave en Gipuzkoa, nada destacable, pero es algo que tenemos que seguir, porque está claro que en la estrategia de algunos partidos está intentar ahondar en esa vía.

Elkarrekin Podemos dice que no hay líneas rojas en la negociación presupuestaria y que, aunque quiera ser alternativa al PNV, no es óbice para llegar a acuerdos. ¿Ve un cambio de tono real?

—Es evidente que la música de estos días suena muy distinta a la que hemos escuchado hasta ahora. Miren Gorrotxategi ha mostrado una actitud más dispuesta al acuerdo, más propositiva, y circunscrita a los márgenes de negociación de un acuerdo presupuestario. Podemos parece que ha entendido que hay un marco presupuestario, porque le sucede lo mismo en el Gobierno del Estado o en las comunidades autónomas en las que gobierna. Comprobaremos en las próximas semanas si se va concretando en disposición y flexibilidad para acordar. Una negociación es dar y recibir porque, si cada uno se mantiene en su trinchera, es imposible acordar.

¿A qué atribuye este cambio?

—Si se abraza mucho a EH Bildu, corre el riesgo de ser engullido en el abrazo del oso. Probablemente tenga que definir su propuesta como algo realmente influyente. Puede ser también que haya comprobado qué es gobernar y le dé otra perspectiva sobre cómo encarar la negociación huyendo de maximalismos y grandes proclamas, y bajando a lo concreto. Ojalá una combinación de ambas le conduzca a llevar esta negociación con voluntad real de acuerdo y éxito para que podamos aprobar los Presupuestos con el mayor apoyo posible. Dicho esto, tenemos conciencia de la responsabilidad adquirida, necesitamos un Presupuesto, y los 41 votos de PNV y PSE están puestos al servicio de la construcción de Euskadi.

¿La subida de las ayudas al alquiler que pide Podemos y prohibir las exploraciones de gas entran dentro del margen de la negociación?

—Las ayudas al alquiler perfectamente entran dentro de los márgenes presupuestarios. Es un programa que ya existe en el Presupuesto, se trataría de dotarlo de una mayor cantidad, y entra en la negociación hasta dónde puede dotarlo más el Gobierno o de dónde lo detrae, salvo que uno presente unos números inalcanzables y no se baje de eso. El gas depende de lo que pretenda Elkarrekin Podemos. Mientras hacemos la transición ecológica, hay un proceso durante el cual la alternativa menos gravosa es el gas. Tenemos dependencia de un gas que hay que importar desde el extranjero. Supone costes económicos y también ambientales de transporte por barcos y oleoductos. Que no se confunda lo que planteamos con el fracking, que está prohibido en Euskadi, incluso con objetivos exploratorios. No estamos hablando de fracking, sino de explorar las sospechas de existencia de gas en Euskadi. Probablemente los ritmos que plantea Podemos no son posibles, y un tiempo vamos a tener que depender del gas. ¿Es mejor traerlo de fuera? Ahí se va a mover la negociación, y espero que flexibilice su postura sin una posición maximalista.

El alcalde Urtaran no concedió la licencia de exploración de gas de Subijana por un informe municipal, pero el Gobierno Vasco no descartó que hubiera un recurso. ¿No puede dar la sensación de que hay un pulso entre dos instituciones del PNV?

—Cada institución está sujeta a la legalidad. El alcalde de Gasteiz no concedió la licencia en aplicación de su normativa municipal. Por otro lado, hay un proyecto en el que participa una empresa pública, no el gobierno como tal, con un informe de impacto ambiental positivo del Ministerio. Pueden defender sus derechos. No hay una contradicción. Los objetivos políticos del alcalde Urtaran y la consejera Tapia son los mismos.

¿Espera que Podemos no registre una enmienda a la totalidad?

—Sería un buen ejercicio para demostrar voluntad. Tampoco sucede nada si registra una: voten o no todos los partidos de la oposición la devolución de los Presupuestos, seguirán adelante y hasta el último día hay posibilidad de llegar a acuerdos. La disposición del Gobierno es mantener la negociación hasta el final.

¿Hay deshielo con el PP de Iturgaiz?

—Obras son amores. Iturgaiz está con una mano ofreciendo la zanahoria y, con otra, el palo. El PP ha vivido una crisis y está encontrando su sitio. Le falta encontrar la serenidad suficiente para afrontar un proceso de negociación y acuerdo con garantías.

¿Hay diálogo con Pedro Sánchez sobre los fondos europeos, o trata de controlar todo el proceso?

—El Gobierno español pretende dirigir de una manera poco negociada con otros gobiernos la gestión de estos fondos. Lo que nos gustaría es que Euskadi tuviese representación directa en Europa, sin hacerlo a través de gobiernos interpuestos pero, si no se produce, nos gustaría otra forma de practicar la cogobernanza.

¿Debe dimitir el ministro Illa?

—El alcalde de Bilbao lo hizo cuando era consejero de Políticas Sociales. Que en plena crisis sanitaria el ministro de Sanidad esté en el doble juego de ministro y candidato parece nada estético, dudosamente ético y poco práctico, porque ser candidato exige esfuerzo y dedicación. Eso sin contar la utilización del Ministerio en beneficio de su candidatura. No debería aguantar un solo día más a partir de la proclamación de candidaturas.

¿Está la comunidad autónoma abocada a endurecer las restricciones?

—No sé si hay que endurecer más, pero hasta ahora hemos estado en vanguardia: fuimos los primeros en marzo en cerrar los centros educativos, declarar la emergencia sanitaria... Confío en que seamos capaces de conservar el equilibrio entre la salud y mantener el motor de la vida.

¿Que el lehendakari ponga en valor el cierre perimetral de los municipios anticipa que lo va a recuperar?

—Lo que hace es llamadas a la responsabilidad. Las vacunas nos pueden hacer caer en una falsa esperanza. Me pareció entender que hablaba de cierres perimetrales en municipios por encima de las tasas de contagio.

El Gobierno Vasco reserva vacunas para la segunda dosis, pero Denis Itxaso dice que lo responsable es vacunar al máximo. ¿Está proyectando el Gobierno Vasco desconfianza en el Gobierno español sobre el ritmo de llegada de las vacunas?

—No soy epidemiólogo, pero lo que han dicho todos es que las vacunas son de doble dosis. Denis Itxaso dice la verdad, pero hay que asegurar la segunda dosis para que no se pierda la vacuna. Como estas vacunas, a diferencia de otras como las de la gripe, no las adquiere Osakidetza directamente ni tiene el control del proceso, me parece prudente hacerlo de esta manera si no está seguro el Gobierno Vasco de que va a recibir las dosis.

¿Hay alguna discrepancia con el PSE que impida que se pueda registrar ya la ponencia del nuevo estatus?

—Si hay que sacrificar algo los tiempos para lograr mayores acuerdos, lo haremos. Es fundamental que el proceso no acabe en una frustración colectiva y acabe en un mayor autogobierno. En el Estado hay un equilibrio de fuerzas que puede permitir desatascar voluntades. Hay que actuar con inteligencia y generosidad. Es verdad que se nos ha cruzado la pandemia. Parece difícil que, cuando el 90% de los debates parlamentarios tienen que ver con el coronavirus, entremos en un debate sosegado sobre autogobierno. Confío en que nos dé tregua. Tampoco se puede dilatar mucho porque deberíamos aprovechar el equilibrio de fuerzas en el Estado.

“Los ritmos de Podemos en la transición energética no son posibles y tendremos que depender un tiempo del gas”

“El ministro Illa no debería aguantar un solo día más a partir de la proclamación de las candidaturas”

“Es prudente que Osakidetza se reserve vacunas si no tiene el control del proceso ni las puede adquirir directamente”

“La actitud de EH Bildu está siendo decepcionante desde hace meses; su actitud es una desgracia para el país”

“Se equivoca Bildu si quiere hacer un laboratorio de alianzas en Gipuzkoa; no está pasando nada destacable”